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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 8 de junio de 2024

Apuntes al natural: Lenguaje inclusivo / por Francisca García

 

"..¿Cómo es posible que haya tanta gente con ese mal gusto? ¿Qué pensarían si en la mejor literatura o en cualquier novela introdujéramos ese lenguaje? ¿Sería alguien capaz de leer con gusto una sola página? Sencillamente, es que doy por hecho que quienes adoptan esa manera de hablar ni tienen el hábito de leer y, es más, la literatura les trae al pairo.."

Apuntes al natural: 
Lenguaje inclusivo

Insoportable es para mí el escuchar a ciertas personas, fundamentalmente entre la clase política, si hablan para una masa más o menos numerosa con ese machacón “ellos y ellas”, “vosotros y vosotras”, “todos, todas y todes”, etc, etc. Ese lenguaje inclusivo que acaba con cualquier discurso más o menos apañado hasta hacerlo cargante.

Se trata de un problema ideológico que no solo implica a la política, sino que trata de involucrar a la lingüística. Dos posiciones muy difíciles de conciliar que no entiendo cómo se adhieren a él personas con una mediana formación.

¿Cómo es posible que haya tanta gente con ese mal gusto? ¿Qué pensarían si en la mejor literatura o en cualquier novela introdujéramos ese lenguaje? ¿Sería alguien capaz de leer con gusto una sola página? Sencillamente, es que doy por hecho que quienes adoptan esa manera de hablar ni tienen el hábito de leer y, es más, la literatura les trae al pairo.

Sin embargo, esta moda parece ser que no nació en España. La han tomado de otras naciones muy posiblemente dentro del espectro bolivariano y tiene como objetivo la lucha por la igualdad. Para que no se discrimine al sexo femenino y sobre todo como una forma de extender la igualdad de hombres y mujeres. Que la mujer sea más visible en la sociedad.

Para eso… ¿es necesario agredir al lenguaje? Ahí tenemos haciendo el ridículo a un montón de personas que promueven un cambio en las normas de expresión atacando el idioma en aras de la igualdad de género.

Si hemos de salir a copiar algo, que sea lo bueno y no aquello que, humildemente, considero una aberración. Los españoles tenemos un idioma riquísimo que permite expresarnos con total propiedad sin recurrir a semejante esperpento. Para empezar, en la lengua española el género masculino es inclusivo en un gran número de casos y, cuando no lo sea, existen múltiples expresiones en nuestro vocabulario que pueden sustituirlo.

Lo que me irrita más, ya no es el empleo tan lamentable del discurso para esa pretendida paridad, que parece ser contagiosa, porque la adoptan todos los que no tienen muy claro el idioma que hablan. Allá cada cual cómo quiera expresarse. Lo lamentable es que quienes promueven esas posiciones ideológicas pretendan extenderlas a toda la sociedad, más aún cuando la máxima autoridad en cuestiones lingüísticas, la RAE, ha rechazado ese empleo del lenguaje de manera frontal, y para remachar aún más el rechazo, están las declaraciones de Mario Vargas Llosa que ha tildado de aberración el lenguaje inclusivo: 

“…el lenguaje inclusivo no va a resolver el problema; las lenguas cambian en libertad; y no hay que forzar la lengua y evitar los excesos que pueden ser risibles.”

Este largo parlamento viene a cuento en estos momentos porque la Sociedad General de Autores de España en convocatoria a sus socios de la Asamblea General Ordinaria, para el 11 de junio próximo, en el Orden del día, tras el informe del 125 aniversario de su fundación, plantea el examen y aprobación si procede de 109 modificaciones estatutarias sobre el lenguaje inclusivo. Y yo pregunto: ¿es una obligación que toda institución tenga que estar plegada y sometida a esa moda que el ejecutivo parece elevar a norma de obligado cumplimiento? Que yo sepa la SGAE es una entidad privada sin ánimo de lucro dedicada a la defensa y gestión colectiva de los derechos de autor. No está obligada a someterse a esa aberración. Sin ella nos hemos comunicado sin problemas toda la vida. ¿Cómo una entidad que dedica su esfuerzo a una parte importante de la cultura se aviene a pasar por una ideología que dicta normas hasta en el lenguaje? No parece, sino que hemos politizado todo en este país, y estaría bien que los socios votasen mayoritariamente en contra de esta norma. Parece mentira que actualmente sus responsables, los que integran su junta directiva y la comisión permanente, dediquen el tiempo a esta modificación de los estatutos. Estatutos en los que casi el cincuenta por ciento de sus artículos están pendientes de ser reescritos adoptando un lenguaje inclusivo. La directiva de la SGAE debería ser más independiente y dedicar sus esfuerzos a otras cuestiones como prestar atención a aquello por lo que se le votó, es decir, velar por los intereses de todos los autores.

Hace ya unos años que este lenguaje inclusivo se ha extendido, aparte de por España, por otros países de Hispanoamérica, pero, por ejemplo en Argentina, ya se han iniciando actuaciones para prohibirlo en toda la Administración Pública. Una decisión del nuevo presidente Javier Milei, que como no puede ser menos, parece estar interesado en que el idioma español, del que tan buen uso se hace en aquella nación hermana, no se desnaturalice.

Por favor, no nos dejemos arrastrar por ese lenguaje asociado a las “élites y vanguardias”. Hay muchas propuestas alternativas en nuestro idioma para hablar, no sólo con propiedad, sino con un buen léxico sin hacerle el caldo gordo a una clase política que nos quiere hacer perder nuestra personalidad.

Francisca García
Toros de Lidia/7 junio, 2024

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