Una furgoneta y una mochila.
Así comenzó el engaño
LUIS DEL PINO
La mochila de Vallecas y la furgoneta Kangoo son los dos principales señuelos que dirigieron la investigación hacia la versión oficial.
Los trenes, y prácticamente todas las evidencias recogidas en ellos, se hicieron desaparecer. No quedó nada, por tanto, con lo que determinar qué explosivo estalló en los trenes o cuál era la composición de los artefactos explosivos utilizados.
Sin embargo, dieciocho horas después de la masacre, nos dicen que encontraron una bolsa-bomba sin detonar en una comisaría de Vallecas. Y a partir de ahí, razonando a la inversa, le dijeron a la opinión pública que las bombas de los trenes eran como esa mochila de Vallecas.
Una conspiración islamista y vale ya
Bien está que las tres asociaciones de víctimas del 11-M se hayan unido en el décimo aniversario de la matanza en la catedral de la Almudena de Madrid para, con los Reyes, rendir un solemne homenaje a los asesinados y heridos aquella infausta mañana. Sin embargo, ningún dolor ni emoción compartida, ningún réquiem integrador, ningún incienso ni solemnidad consensuada pueden ni deben ser utilizados para negar u ocultar el hecho de que ni siquiera ellas se ponen de acuerdo en las cuestiones fundamentales de la tragedia, empezando por la de quién fue quien dio la orden.
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