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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

viernes, 9 de mayo de 2014

Sevilla: Ponce, gran faena de apaga y vámonos…/ Por J.A. del Moral


"...Sevilla había visto al grandioso torero a su mayor placer y maestría. Enorme, clamorosa la ovación y la posterior vuelta al ruedo que Ponce dio con la parsimonia y el señorío que le caracterizan. La ovación final en los medios se eternizó..."


9ª de Feria en Sevilla
Ponce, gran faena de apaga y vámonos…

J.A. del Moral / De toros en libertad
Por pinchar, perdió las dos orejas del quinto toro de la variada corrida de Victoriano del Río. No fue ni de lejos uno de los mejores, quinto y sexto. Se lo inventó Ponce sacando más de lo que tenía. El final de la obra fue contemplado con la gente en pie. El valenciano no pudo hacer nada con el inválido que abrió plaza. Mal Sebastián Castella por espeso y vulgar, dejó escapar al excelente quinto. Joselito Adame fue el triunfador numérico del festejo (vuelta por su cuenta y oreja) gracias a su valiente entrega y acendrado entusiasmo

Sevilla. Plaza de la Real Maestranza. 
Viernes 9 de mayo de 2014. Novena de feria. Novena de feria. Tarde muy calurosa con casi tres cuartos de entrada aparente.

Seis toros de Victoriano del Río y Toros de Cortes (del mismo encaste), voluminosos y algunos con exceso de kilos. Dieron juego desigual. Muy noble aunque derrengado e inservible el primero. Noble y bravo aunque muy a menos hasta rajarse el segundo. Tardón aunque noble y encastado el tercero. Indefinido hasta tomar la muleta del matador a noble aunque remiso por el lado derecho el cuarto. Estupendo el quinto. Bueno el sexto. 

Enrique Ponce (añil y oro): Pinchazo hondo, protestas por cómo había sido el toro. Dos pinchazos y estocada, aviso y enorme ovación con vuelta clamorosa.
Sebastián Castella (añil y oro): Buena estocada, aviso y silencio.
Joselito Adame (granate y azabache): Media estocada tendida y dos descabellos, gran ovación y vuelta por su cuenta. Gran estocada y dos descabellos, oreja.

Cuando Enrique Ponce fue “tocado” para que se sumara al G-10, declinó participar. Solo hubiera faltado eso para que la maniobra se completara con un G-6. Pero Ponce no es el sexto de nada, ni amigo de formar grupitos, ni falta que le hace. Además de grandioso torero con la carrera más brillante de la historia – no hay ni creo que habrá nadie que logre lo que él ha conseguido – , es un gran señor y en su cabeza no caben martingalas de ninguna clase. Y menos, chantajes. Ponce solo habla toreando. Dotado de infinita paciencia, sabe esperar. Y, cuando le llega la ocasión, es el más feroz de los contrincantes sin que ponga cara ni haga gestos de serlo. Es como un eterno niño que parece no haber roro nunca un plato, solo que cada vez que puede y son muchas destroza los esquemas del enemigo, elegantemente. Como sin darse importancia. Lo saben muy bien todos los toreros que han pasado a su lado y, sobre todo, los que han pretendido destronarle. Son los que más le envidian aunque no lo digan sin poder evitar que siempre les ronde por la cabeza. Lo que se convierte en odio. 

Ayer volvió a Sevilla en AVE a primeras horas de la tarde para cumplir su segundo compromiso, sabiendo que para su corrida en Madrid ya se han agotado las localidades. Alli no llegó la peste mexicana. Tras el primer compromiso sevillano, sin suerte alguna con sus toros, Ponce se resintió del percance de Valencia y algunos creyeron que no volvería a Sevilla cuando se quitó del festival de Granada que se celebró al día siguiente. Se quitó precisamente para estar más en forma en su segunda corrida de esta feria. Entre tanto, continuó entregado por entero a su puesta a punto en las ganaderías de Victoriano del Río y en la de Alcurrucén de los hermanos Lozano. Le gustan los toros de ambas casas y conoce perfectamente cómo son. El primer toro indultado en Francia, en Nimes concretamente, fue a manos de Ponce. Y su por ahora último gran e indiscutible golpe de autoridad lo dio el año pasado en Bilbao con dos corridas, una de ellas de Alcurrucén. Se han hecho muchas apuestas para lo que ocurriera en la tarde de ayer en Sevilla. Veremos si tiene más suerte que en la anterior.

El toro con más peso de la corrida, 590 kilos, salió por delante. Un señor toro aunque bien proporcionado. Tomó el templado capote de Ponce con nobleza y metiendo la cara. Al rematar la serie de verónicas con media, se pegó una voltereta que acusó después al perder las manos. Fue picado livianamente, pese a lo cual quedó evidentemente mermado. También lo acusó en banderillas y un sector del público empezó a impacientarse. Derrumbado el toro al dar el tercer muletazo, Ponce ensayó la media altura con la derecha sin conseguir evitar otra claudicación ni que se derrumbara por completo el morlaco por lo que se oyeron voces muy desagradables. Bastó un pinchazo hondo para que fuera apuntillado y continuaron las protestas.

A Ponce solo le quedaba un toro para resolver la malísima suerte que le había acompañado en su feria. Ninguno de los tres toros que llevaba matados había valido para nada. Al cuarto, negro, alto y engatillado de cuerna lo saludó con templadas verónicas rodilla en tierra y en pie con el compas abierto. Por el momento, bien. Peleó el animal con bravura. Bonito recorte de Ponce para dejarlo colocado para el segundo puyazo que también tomó de bravo aunque tardeó. Indefinido el toro en banderillas salvo por lo mucho que tardeó. Bien Jocho. No hubo brindis. ¿Mala señal? No en las manos de Ponce que empezó por bajo muy torero, dos con la derecha y de pecho. Tres más templadito con relajo. Cambio y el de pecho sin apenas brío el toro. Lo puso Ponce y de qué manera atacando y templando una barbaridad. Música. Soberbio en la siguiente, ligando cuatro como si fueran un solo pase. No humilló el toro al natural resolviendo con perfumada trincherilla. Y sensacional la última tanda por redondos prolongados con infinito temple. La poncina fue estreno de gala en el gran escenario de La Maestranza. Cumbre y a más en los de pecho para cerrar la obra. Había sacado del toro mucho más de lo que tenía. Nadie daba nada por él hasta que lo tomó la mano derecha del valenciano. La mano torera de Dios. Distraído al perfilarse para matar, dejó un par de pinchazos por echarle el toro la cara arriba en el embroque antes de agarrar la estocada que le hubiera valido cortar las dos orejas. Pero qué más daba. Sevilla había visto al grandioso torero a su mayor placer y maestría. Enorme, clamorosa la ovación y la posterior vuelta al ruedo que Ponce dio con la parsimonia y el señorío que le caracterizan. La ovación final en los medios se eternizó. Qué lujo, señores, qué inmenso placer. Y eso después de recibir una de las cornadas más graves de su vida. Chapeau. Que dios te guarde, maestro de maestros.

El segundo cayó en manos de Sebastián Castella. Castaño y bien puesto. El francés fue desarmado al lancear a pies juntos y enganchado al llevar el capote por arriba, supongo que para evitar que este también se cayera. Y es que también le faltaban las fuerzas. Lástima, porque fue alegre al caballo desde lejos y mostró bravura. De mírame y no me toques fue el segundo puyazo. Quitó Joselito Adame por chicuelinas remanguilleras y no debió hacerlo. Restó viajes al toro y, encima, le salió mal. Afortunadamente, pareció que el toro se fue arriba en banderillas. Tuvo buen tranco y galopó aunque el tercio resultó muy premioso. Gran par de José Chacón
Castella empezó la faena en el tercio con estatuarios de su especialidad citando desde muy lejos. El toro se fue a tablas, volvió por sí mismo y, por fin, acudió veloz. Los estatuarios se consumaron ligados a pases de pecho sin enmienda. Cuatro con la derecha que el animal tomó con nobleza aunque queriéndose ir. Y tras cuatro naturales sin brillo, se paró. La tardanza en embestir y lo rajado que fue este animal, depararon mucha premiosidad al trasteo. Castella cortó la faena y mató de buena estocada.

Después de lo de Ponce, la tarde sufrió el bajón clásico del término de la comparación. Y mira que Castella anduvo con ganas y hasta inspirado con el capote. Marronazo del picador en el primer encuentro. Señalado simplemente el segundo. Otro inoportuno quite de Adame mal resuelto, perjudicial para el toro, no sobrado de fuerza y protestado al ser desarmado. Torerísimo Ambel en banderillas. Largo tomó el capote de Chacón el toro en la brega. Sacado al tercio, respondió muy bien a Castella con la derecha. Vulgar, por las afueras y muy ligero el francés. No gustó a todos. Algo mejor pero sin alma al natural. Continuó pesadísimo y mató de pinchazo y estocada. Por debajo del toro anduvo Sebastián. Este toro se fue con las orejas puestas y eso no puede ser, Sebastián.

Horrible el vestido de Joselito Adame. De opereta barata. Se fue a porta gayola para recibir al bonito burraco tercer toro y a duras penas la dio porque, nada más pasar el animal, se revolvió furioso desluciendo los intentos de lancear. De inmediato lo consiguió Adame aunque sin poder evitar otro enganchón. En varas, el animal cantó la gallina en cuanto a fuerza. Quite de Adame por aparatosas zapopinas que gustaron a la gente y perjudicaron al animal. Se notó en banderillas. Brindis de Adame. Buenos doblones rodilla en tierra para empezar la faena. Y una vez abierto el toro a los medios, tras un veloz molinete, bien por redondos en dos tandas. Repuesto en animal, embistió tardeando pero con encastado brío. Trasmitiendo mucho. Aunque ligó varios naturales, los mejores fueron los últimos de la primera ronda. Y de nuevo bien y muy entregado con la derecha. La faena caló mucho en el tendido. Mató de media estocada tendida y dos descabellos. Tras recibir una gran ovación, dio una vuelta al ruedo un tanto por su cuenta.

Farol a porta gayola de Adame en el recibo del sexto, el de mejores hechuras de la corrida. Y vibrante por verónicas después con media muy barroca. Bravo en el caballo. Le midieron el castigo. Tardío quite de Adame por chicuelinas. Apuros en banderillas. Y otro brindis al público del azteca. A ver si esta vez lo consigue. Ayudados por alto a pies juntos, natural y de pecho muy bueno. El toro vale mucho. Uno de los dos mejores de la tarde. Entusiasta, que no templado en los redondos de la primera tanda. Mejor, más ligadas la segunda y la tercera. Muy acelerado al natural aunque los dio. Y lo mismo otra vez por redondos hasta sufrir una voltereta de padre y muy señor mío por atropellarse amontonado. Sin mirarse, continuó tal cual al compás de la rajadura del toro hacia tablas. Lo mejor fue la gran estocada con que mató. Le valió una oreja productivista tras dos descabellos. ¡Que viva México¡.

El diestro mexicano Joselito Adame en la faena a su primer toro. 

5 comentarios:

  1. Yo no estuve en La Maestranza pero si se del afecto personal de José Antonio del Moral a Enrique Ponce que a veces sobrepasa la imparcialidad profesional de lo que debe ser un periodista taurino sin ataduras de simpatía, amistad o vaya usted a saber…

    De la misma actuación del torero valenciano leo en “burladero.com”: Desde el mismo sitio observé las evoluciones de un Enrique Ponce precavido y receloso con un toro noble y franco al que, tras muchas probaturas, le escamoteó cuatro pases ligados no sin antes esconderse tras la pala del pitón y pegarle un toque en la oreja contraria, para así equivocarlo todavía más. Después de aquella tanda habilidosa volvieron las precauciones y las dudas, rubricando tan exasperante trasteo con dos pinchazos y un bajonazo.

    Del destacado aficionado que dirige el blog taurino “Y digo yo” (y este si estuvo en La Maestranza) podemos leer: Enrique Ponce despachó un primer toro que salió débil de manos y que apenas pudo estirarse en el capote. Mera anécdota de la suerte de varas. Ponce actuó de enfermero ante un invalido que tuvo cierta entrega en la muleta pero que en los primeros compases se fue al suelo. El público protestó y la lidia fue insufrible. Palmas de tango y el grito de "toro, toro". No les faltaba razón.
    Con el cuarto con un toro sin fijeza en los primeros tercios lo recibió con cierta suavidad en el capote pero sin aperturas. En la muleta Ponce tiró de técnica y oficio y se inventó una faena pulcra pero le faltó hondura y ajuste. Las series con la derecha tuvieron cierto empaque. Con la izquierda no fue tan ligada la serie y mejor disposición y clase tuvieron los doblones con mucha estética que sumaron detalles al epílogo de la faena. Tras fallar a espadas, y con un aviso, el diestro de Chiva fue recompensando con una vuelta al ruedo muy sevillana, llena de cariño y reconocimiento a su figura, y porque no decirlo, por su tremenda voluntad de reaparecer en esta feria. Si es por eso, merecería esa vuelta. Hubo público que no vio esa vuelta.

    En definitiva, división de opiniones.

    J P L


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  2. Lo de siempre, la envidia es el pecado capital de esta cainita tierra. Del Moral nunca ha ocultado su admiración por Enrique Ponce y escribe sin complejos: pero lo hace con conocimiento yt explicando como fue la corrida, toros y toreros; o sea que se entera uno de lo que allí ocurrió con veracidad e independencia. Cuano ha tenido que criticar duramente a Ponce también lo ha hecho. Yo si he visto la corrida y estoy más de acuerdo con Del Moral que con las opiniones que transcribe el comentarista anterior, JPL, las cuales también puedo juzgar como injustamente partidista contra Ponce. Para mi, la actuación de Ponce, junto con la de David Mora con el toro "Niñito" de El Pilar, y la entrega de Joselito Adame, ha sido lo único destacable que yo he visto en esta lamentable feria de Sevilla, Puestos a rebuscar por ahí, aquí adjunto la que dice el diario El MUndo: "Las lágrimas de dolor que le han caído a Enrique Ponce con el pecho reventado para estar en Sevilla sólo las conoce Enrique Ponce. Y quien pretenda restarle un ápice de valor a su comparecencia únicamente puede aspirar al título, nada honorífico, de ilustrísimo cabrón de la cofradía de la santa amargura. Al final, todo sacrificio encuentra su recompensa. A pesar de la puñetera espada, la entrega de la Maestranza ya merece la contrarreloj sin respiro de la cicatrización de la mente y el alma. Ponce se reencontró consigo mismo y con la afición sevillana, o lo que queda de ella, tantos años después. Por este orden de importancia. Corría el año 2006 cuando el título 'De Ponce es el trono de Sevilla' causó fortuna. Si ayer entierra el acero, tal y como bullía el personal en los tendidos, se repite de otro modo y en otras circunstancias la coronación ocho años después, que en 25 de alternativa pesan como una cuesta arriba."

    Saludos

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  3. La actuación de Ponce en Sevilla...para todos los gustos:
    Lección magistral de Enrique Ponce en la Feria de Sevilla,- En su segunda actuación, Enrique Ponce sienta cátedra, con una faena extraordinaria, pierde las orejas por la espada. (Andrés Amorós en ABC)

    Aquí Antonio Lorca en El País: Sorprende el alboroto que provoca este torero entre el público, pero su labor no resiste un análisis sereno. No se prodigó con el capote y las verónicas con las que recibió a su lote encerraban una espantosa vulgaridad. Es verdad que ante el cuarto construyó una faena de menos a más a un toro soso y aplomado, pero no es menos cierto que es torero ventajista, que no carga la suerte, que muletea despegado y deja solo migajas para el recuerdo. Su labor a ese toro fue la lección superficial, epidérmica e insulsa de un maestro que no parece dispuesto a apretarse los machos para poner la plaza del revés.

    ¿Y el público de Sevilla que opina? pues que aclamó a Ponce en una fastuosa vuelta al ruedo del torero.

    Polos opuestos, pero si llevaran razón los detractores ¿como se explica que el publico se rinda ante Ponce?

    Buena polémica.

    Satur Viana

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  4. Yo si estuve el 21 de abril de 2006 en La Maestranza y titula ABC de Sevilla escrito por Zabala de la Serna, “Tarde histórica de Ponce. El matador de toros valenciano Enrique Ponce cuajó ayer una tarde sublime en la Maestranza, en la sexta corrida de la Feria. El maestro de Chiva realizó una de las faenas más importantes que se recuerdan en el coso del Baratillo al cuarto de la tarde, de las consideradas de rabo. Por desgracia, falló con la espada, dando dos vueltas”. “FAENA DE PUERTA DEL PRÍNCIPE. PORQUE ERA DE RABO. TARDE HISTÓRICA PARA EL SABIO DE CHIVA. TARDE DE RENDICIÓN TOTAL DE LA MAESTRANZA AL MAESTRO”. Es el mismo que ahora en el diario EL Mundo escribe: “Las lágrimas de dolor que le han caído a Enrique Ponce con el pecho reventado para estar en Sevilla sólo las conoce Enrique Ponce. Y quien pretenda restarle un ápice de valor a su comparecencia únicamente puede aspirar al título, nada honorífico, de ilustrísimo cabrón de la cofradía de la santa amargura. Al final, todo sacrificio encuentra su recompensa. A pesar de la puñetera espada, la entrega de la Maestranza ya merece la contrarreloj sin respiro de la cicatrización de la mente y el alma. Ponce se reencontró consigo mismo y con la afición sevillana”.
    Indica el distinguido y parece que buen aficionado anónimo, que yo puedo juzgar como injustamente partidista contra Ponce. Para su tranquilidad señor anónimo, NO TENGO TOREROS, tengo mi admiración y agradecimiento para todo aquel que en determinado momento y con un TORO tenga la facultad de emocionarme, independientemente de la categoría profesional que tenga dentro del escalafón. Pienso que a usted le ocurrirá exactamente igual ¿verdad señor anónimo?.
    Hace un momento he leído al crítico taurino Antonio Lorca que escribe esto: Lo mismo, salvando las distancias, ocurre con Enrique Ponce. Algo tendrá el agua cuando la bendicen. Algo habrá hecho en casi 25 años de carrera para que sea considerado por todos un catedrático del toreo. Atraviesa una brillante madurez, está pletórico de recursos, desborda gusto y estética hasta rozar la cursilería, —sus famosas poncinas son de una fealdad fulgurante—, y no dice casi nada; no emociona, no arrebata ni conmueve. Su toreo de ayer fue pura bisutería.

    Sorprende el alboroto que provoca este torero entre el público, pero su labor no resiste un análisis sereno. No se prodigó con el capote y las verónicas con las que recibió a su lote encerraban una espantosa vulgaridad. Es verdad que ante el cuarto construyó una faena de menos a más a un toro soso y aplomado, pero no es menos cierto que es torero ventajista, que no carga la suerte, que muletea despegado y deja solo migajas para el recuerdo. Su labor a ese toro fue la lección superficial, epidérmica e insulsa de un maestro que no parece dispuesto a apretarse los machos para poner la plaza del revés. Sobró facilidad y faltó esencia; sobraron ventajas y se echó de menos el torero embraguetado. Será que hoy se ha impuesto la bisutería, que se ha perdido la exigencia y basta con el mínimo esfuerzo. Pero a un catedrático como Enrique Ponce hay que exigirle más, mucho más, en la plaza de la Maestranza.

    Esto escribía entre otras cosas Antonio Lorca de la corrida del 21 de abril de 2006 “Una gran lección en toda regla dio ayer Enrique Ponce a la afición sevillana, tan sabia ella. Y una demostración de poder, de dominio y de arte sublime. Las cosas, como son. Y esa misma afición reconoció la supremacía del valenciano y lo recompensó sobradamente con sonoras y unánimes ovaciones. Por culpa del mal manejo del estoque, Ponce no salió por la Puerta del Príncipe, pero Sevilla, ayer, se hizo poncista para siempre”.

    Saludos

    J P L


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  5. Desde México. No sé a que se refiere don José Antonio a lo de "Allí no llegó la peste mexicana", sabe que en México se le ha tratado con cortesía y amabilidad, espero que no sea una de esas palabrillas que suele meter cuando ataca a sus "enemigos toreros" pues de verdad que es quien escribe mejor de lo que ve en las plazas del mundo taurino. Ahora de que el terno que sacó Joselito Adame tiene toda la verdad pues lo están mal vistiendo quienes lo llevan actualmente. Por acá hay un programa llamado la Familia Peluche, por que visten todos con telas llenas de pelos y bordados y, hay quienes ahora le dicen al matador "Joselito Peluche", pues sus ternos exagerados en los bordados y sobre todo en sus golpes y alamares, son muy feos. Tiene razón y creo que lleva otros igual de feos que el que sacó en Sevilla, aunque esto no le resta ni un ápice de valor y entrega.

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