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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 4 de julio de 2023

A Pamplona hemos de ir... / por Álvaro R. del Moral

La ‘fiesta’ por antonomasia convertirá al dios toro en el tótem indiscutible de siete días de jarana que no se pueden entender sin el temblor ancestral que presta la bravura

A Pamplona hemos de ir...

ÁLVARO R. DEL MORAL
El Correo/Sevilla/03 Julio 2023

...con una media y un calcetín

Este mismo jueves se encenderá el ansiado chupinazo que convertirá a la ciudad de Pamplona en la capital festiva el mundo. Las fiestas de San Fermín –la Feria del Toro- deben gran parte de su universalidad al reflejo literario que trazó Ernest Hemingway, hechizado por esa ecuación de vino, jarana y toros que marca el hilo conductor de la celebración. El premio nobel norteamericano pisó la capital navarra por primera vez hace justo un siglo y sintió un hondo flechazo que, de una forma u otra, iba a cambiar la historia y la proyección de la propia ciudad.

Y San Fermín pedimos, por ser nuestro patrón, que proteja a corredores y toreros en esos siete días de diversión que no se pueden entender sin el temblor ancestral que presta la bravura. Pero es necesaria la advertencia: los toros corren y se encierran para ser lidiados por esos hombres que se visten de luces al atardecer. El encierro, con toda su fuerza visual, es un medio no un fin en sí mismo. No estaría de más que tomaran nota del asunto los comentaristas escogidos para la tele de todos. El extraño pacto que silencia la corrida de la tarde se une al escaso aprovechamiento económico de un impresionante acontecimiento que debería generar otros rendimientos a su definitivo promotor y sus protagonistas: la casa de la Misericordia, los ganaderos que ponen las reses jugándose su prestigio y los que se ponen delante vestidos de luces, arriesgando su vida.

La gran temporada

Mientras tanto, el hilo de la temporada avanza al calor de santos, solsticios y cosechas. Atrás ha quedado Burgos, Alicante o Badajoz y Pamplona, ya lo hemos dicho, está en el horizonte más cercano, solapada con Teruel. Pero el viaje de la gran temporada continúa. Después del bullicio de San Fermín llegará la feria de San Jaime en Valencia, Santiago en Santander... Y en Agosto comenzará esa gran feria global del litoral andaluz que tiene sus escalas, sucesivamente y de mar a mar, en las plazas de la Merced de Huelva, Real del Puerto de Santa María, la Malagueta en la capital de la costa del Sol y el coso de Vilches en Almería.

El toro en todas partes: el nomadeo de los hombres de luces entra en su apogeo entre San Juan, San Pedro y las ferias septembrinas de la vendimia recuperando parte del terreno perdido en estos años. Hay ganas de toros; aforos aceptables cuando las cosas se hacen en tiempo y forma y también hay que felicitarse por la creciente regularidad de algunos toreros que –como Aguado u Ortega- son necesarios para dar sal y son a todas esas ferias que necesitan de un verdadero refresco en sus nóminas. La campaña sigue navegando a todo trapo, los toros embisten –es el año de Victorino y Juan Pedro Domecq- y los parroquianos se sacuden el polvo de cualquier complejo para sentarse en los tendidos. España –que no París- sí es una fiesta a la que sólo queda poner un perejil: echar a los que no creen en ella.

En recuerdo de Alfredo Flores

Andaba delicado de salud pero tan lúcido, atento, cariñoso y locuaz como siempre. El último encuentro estrecho fue en el divertido almuerzo convocado por en Corte Inglés de Sevilla para fallar los premios Puerta del Príncipe correspondientes a la pasada Feria de Abril. Alfredo quiso dar a la comida tintes de despedida y hasta se empleó en un extenso discurso en el que hizo un repaso a sus años de aficionado. Algunos días después, en el patio de la Montería del Alcázar, iba a recibir una mención o recuerdo especial por los muchos años en los que formó en ese jurado en el que también figuraron un día el gran Almensilla, el maestro Manolo Vázquez o el cirujano Ramón Vila. Ley de vida...

Pero en esas dos citas nadie podía atisbar que Alfredo Flores, eterno fiscal jefe de la Audiencia de Sevilla, se iba marchar tan de repente en estos días del primer verano. Su palabra ponía sensatez y moderación cuando las deliberaciones –algunas veces un pelín apasionadas- llegaban a algún punto de no retorno. En los albores de su extensa trayectoria como fiscal, recién aterrizado en Sevilla, le tocó lidiar con las escabrosas circunstancias del suicidio de Juan Belmonte. La autoridad eclesiástica llegó a exigir a la familia una declaración jurada de muerte accidental para que pudiera ser enterrado en sagrado. Así estaban las cosas...

Del nuevo percance de Morante y el ciclo de promoción

Nos marchamos ya, deseando que el recentísimo percance de Morante en Vilafranca de Xira –al día siguiente de su reaparición en Zamora- sólo haya quedado en un susto. El diestro de La Puebla, cogido en Badajoz, arrastra una dolorosa fractura de costilla y volvió a ser golpeado en la misma zona por su primer toro en la localidad portuguesa. Lo levantaron del suelo, visiblemente dolorido, literalmente molido. Desde su entorno llaman a la tranquilidad. Que así sea. Sólo una cosa más: este jueves comienza el ciclo de promoción de nuevos valores en la plaza de la Maestranza; cuatro jueves de julio en los que se puede gozar de un marco verdaderamente incomparable en un ambiente sano, familiar y con selecta nevería. La excusa es perfecta: seguir viendo y hablando de toros.

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