"...Por la reacción de algunos periodistas interpreto, y creo que correctamente, que a ellos sólo les parecía gracioso que un futbolista del Barcelona se burlara del Real Madrid y que, en vista de cual ha sido la actitud del club blanco en los últimos tiempos, nunca barajaron la posibilidad de que un futbolista del Real Madrid también pudiera burlarse del Barcelona..."
Lo de Piqué y Arbeloa
Juan Manuel Rodríguez . 11 de Abril de 2016
Mientras lo de Piqué y Arbeloa fue sólo lo de Piqué nadie se tentó las ropas ni se llevó por supuesto las manos a la cabeza porque el simpático y dicharachero defensa culé se burlara del Real Madrid. Él es así, decían, qué le vamos a hacer. La salsa del fútbol, ¿no es cierto?... Además, y según la extendida versión que de los acontecimientos hizo Sor Del Bosque, el jugador no se encontraba en el ámbito de la selección en el instante exacto de la mofa, tenía coartada. Mientras lo de Piqué y Arbeloa fue sólo lo de Piqué no saltaron a la palestra demasiados periodistas deportivos para criticar la actitud del defensa culé. Es un niño grande, decían, y en el fondo tiene gracia, ¿no?... Ha sido curiosamente cuando lo de Piqué y Arbeloa ha pasado a ser también lo de Arbeloa cuando el aparato oficial periodístico ha pegado un respingo en sus asientos y ha exclamado "¡basta!". Pero, ¿no era tan gracioso?, ¿no nos estábamos divirtiendo tanto?... Riamos todos juntos, por favor. Jamás perdamos el sentido del humor.
Por la reacción de algunos periodistas interpreto, y creo que correctamente, que a ellos sólo les parecía gracioso que un futbolista del Barcelona se burlara del Real Madrid y que, en vista de cual ha sido la actitud del club blanco en los últimos tiempos, nunca barajaron la posibilidad de que un futbolista del Real Madrid también pudiera burlarse del Barcelona. Así sucedió el otro día con Sor Del Bosque, siempre dispuesto a pasar por alto cualquier barrabasada de Piqué alegando en su defensa que el jugador se encontraba fuera de las fronteras del ámbito de la selección en el momento justo de llevarlas a cabo, pero sin embargo con la sensibilidad a flor de piel cuando un ex internacional, y fuera por lo tanto para siempre de dicha frontera imaginaria, dijo que él no veía los partidos de España. Ayer, según me cuentan, un periodista llegó a comentar que Piqué defendía a España y Arbeloa no, a ese punto de podredumbre intelectual hemos llegado.
Mientras lo de Piqué y Arbeloa fue sólo lo de Piqué no había por qué poner límites al artículo 20 de la Constitución que consagra nuestra sacrosanta libertad de expresión, pero en el preciso instante en que lo de Piqué y Arbeloa ha pasado a ser también lo de Arbeloa han empezado a salir en fila de a uno de sus catacumbas los periodistas objetivos antimadridistas para recordarnos a todos la lección de que hay niños delante, que hay que dar ejemplo, que hay cosas que no se pueden decir. Y es que, tras años de doctrina delbosquiana, hay un sector del periodismo que ha interiorizado la idea de que el ciudadano del Barcelona es superior al de cualquier otro equipo, y especialmente al ciudadano del Real Madrid. Y ese es el motivo principal, pienso yo, de que no sólo Arbeloa sino también otros muchos compatriotas nuestros se hayan desenganchado definitivamente de la selección de fútbol más ganadora de la historia.
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