la suerte suprema

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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 21 de mayo de 2024

Toros en Cataluña sin excusas / por Carlos Bueno

Plaza de Toros Monumental de Barcelona

La Generalitat abolió el toreo de forma tiránica y unilateral, pero en octubre de 2016 el Tribunal Constitucional anuló la prohibición por invadir competencias del Estado y tratarse de una actividad declarada Patrimonio Cultural.

Toros en Cataluña sin excusas

Carlos Bueno
Burladero/ 21 de mayo de 2024
El 25 de junio se celebra el Día Mundial Antitaurino, dedicado a promover la erradicación de las corridas de toros y a exigir su abolición. Resultaba paradójico que la Tauromaquia no contara con una fecha para comunicar con orgullo sus valores culturales, artísticos, históricos y medioambientales, para presumir del trabajo, esfuerzo, sacrificio y respeto que conlleva, y para cantar a los cuatro vientos su cariz libre, popular, del pueblo, alejado de tendencias políticas, de sexos, razas y edades. Y por fin, este mismo año, por primera vez en la historia, se declaró el 16 de mayo, conmemorando la muerte de José Gómez ‘Gallito’, el Día Internacional de la Tauromaquia.

En tiempos políticamente revueltos, especialmente para el sector taurino, la institución de una fecha exclusiva en homenaje al toreo tiene una especial carga simbólica. Últimamente, demasiados dirigentes se han apuntado al oportunismo electoral de aliarse con el animalismo y nuevas sensibilidades buenistas sustentadas por un generoso patrocinio de lobbies internacionales, olvidando el impacto económico de los toros y, sobre todo, la voluntad de todos cuantos los viven con pasión y se emocionan con ellos.

El último ejemplo de esta deriva la ha protagonizado el activista radical y dictador Ernest Urtasun, ministro de Cultura, que se ha cargado de un plumazo el Premio Nacional de Tauromaquia y la limosna que significaba. Nimiedades. Con el toreo no acabarán reyes ni gobernantes. Únicamente un supuesto desencanto de los aficionados podría provocar su desaparición. Así es que toreros, ganaderos y empresarios tienen en sus manos la llave de su perpetuidad. Sólo es cuestión de hacer las cosas bien y ofrecer verdad, interés y emoción.

Y entre agitaciones políticas los toros han logrado tener su Día Internacional. Un detalle, un guiño, un simple gesto que las diferentes asociaciones taurinas mundiales y aficionados han aprovechado para celebrar actos en su honor. Uno de los que más eco tuvo fue el que se llevó a cabo en Cataluña, en concreto en la plaza Monumental, que no se abría desde el 25 de septiembre de 2011, cuando se celebró allí la última corrida. La Generalitat abolió el toreo de forma tiránica y unilateral, pero en octubre de 2016 el Tribunal Constitucional anuló la prohibición por invadir competencias del Estado y tratarse de una actividad declarada Patrimonio Cultural.

Esto quiere decir que desde hace ocho años podrían estar anunciándose festejos en territorio catalán. Pero no ha habido ni uno solo. Los taurinos señalan a los propietarios privados del coso barcelonés como culpables de la situación. Y, muy a pesar de la afición, Pedro y María José Balañá, dueños del edificio, están en su derecho de no querer reabrirlo. Las razones que esgrimen tienen que ver con las trabas laborales, burocráticas y económicas que los mandatarios podrían ponerles en sus negocios en caso de permitir el regreso de los toros.

Para el acto de celebración del Día Internacional de la Tauromaquia en Barcelona, Pedro y María José Balañá cedieron su inmueble y, además, estuvieron presentes. ¿Un primer signo de cambio de actitud? Sea como fuere, los profesionales no deberían escudarse en ellos sino ponerse manos a la obra en la organización de funciones. Porque en Cataluña hay más plazas, y siempre está la posibilidad de instalar una portátil. Se pondrán dificultades y obstáculos, pero con todos los papeles en regla nadie podrá impedir su realización. Es cuestión de voluntad, de altruismo y de amor por el toreo. Lo demás son excusas.

Cal y arena de los Victorinos en Osuna / por Francisca García

Curro Díaz

"..Los Victorinos ofrecieron una tarde interesante porque son toros que tienen nervio, viveza, y por lo general bastante que torear. Si salen nobles nunca pierden esa chispa, ese riesgo latente que nunca se puede obviar.."

Apuntes al natural: 
Cal y arena de los Victorinos en Osuna

Los toros de Victorino Martín constituyen siempre un desafío para los toreros. Su viveza, su expresión, lo imprevisible de su comportamiento, hace que sólo los espadas avezados puedan ponerse con garantía de triunfo ante sus pitones. Se diría que solo los curtidos en mil batallas pueden lidiarlos con éxito. A sabiendas de ello, y una vez que la empresa de la plaza de Osuna quería contar con la famosa ganadería en su feria de mayo, determinó que nadie mejor que tres toreros con más de veinticinco años de alternativa, fueran los ideales para formar la terna y hacer de la corrida un verdadero espectáculo. Y así fue: Rafaelillo, Antonio Ferrera y Curro Díaz hicieron el paseíllo ayer en el coso de la plaza de toros de Osuna. Los dos primeros, expertos en la lidia de corridas duras y comprometidas (Antonio Ferrera, por ejemplo lleva estoqueados 82 toros de Victorino) y su experiencia no se podía desaprovechar, y Curro Díaz es un torero que puede con cualquier ganadería y su actitud ante los retos propicia que no le asusten las embestidas imprevisibles de los fieros Victorinos a los que ha desorejado no pocas veces.

Con la experiencia como distintivo, arrancó la corrida. Los Victorinos salieron bien presentados, con trapío, musculados como es costumbre, pero con mayor peso de lo habitual, aunque algo escasos de cara.

Abrió plaza el murciano Rafaelillo que se las tuvo que entender con un astado feo, pobre de pitones, de embestida imprevisible, lento, gazapón y peligroso al que echando mano de su oficio, tras doblarse con él no pudo sacarle mas que dos tandas de derechazos y con problemas. A la hora suprema lo mató de mala manera. Al cuarto, un toro un poco más manejable, lo recibió Rafaelillo con unos lances muy asentados tras una larga cambiada. El burel se portó bien en varas y le permitió una faenita voluntariosa diseñada casi en exclusiva con pases con la derecha. Mató de pinchazo hondo y descabello, paseando una oreja.

Antonio Ferrera vio salir por el chiquero un torazo, un auténtico tío con el que apenas pudo desplegar su capote azul que, además era de seda y se lo llevaba el viento desbaratando su disposición para los lances. El toro era peligroso. Se cambió con un puyazo que se quedó corto, se volvió pegajoso y no consiguió nada con él, optando por un trasteo rápido preparándolo para la muerte, que consiguió con varios pinchazos, estocada corta y descabellos.

El quinto fue un hermoso ejemplar pero escaso de pitones, noble en la embestida con el que Ferrera se lució con el capote. Peleó bien en varas y permitió al diestro una faena que comenzó con la mano derecha. La banda de música comenzó a tocar pero al minuto el torero hizo un gesto al director con el fin de que detuviera la acompasada melodía. Para mi asombro solicitó que se interpretara el pasodoble Nerva. Ya me parece discutible que un torero demande música, pero que la solicite a la carta lo encuentro absolutamente fuera de lugar. La banda se plegó sumisa. Antonio Ferrera, ya feliz con “su” Nerva, compuso una faena meritoria con derechazos y naturales, algunos de buena factura. El toro respondía con nobleza sin cansarse de embestir. Pero las demandas de Antonio Ferrera hacia los tendidos no habían terminado. En otro gesto censurable instó a que al público reclamara el indulto. Victorino Martín, que estaba en barrera, le indicó que matara al animal, pero él siguió toreando, haciendo caso omiso, es más, animó con llamativos aspavientos a que el público perseverara. El presidente, no accedió y se llegó a escuchar el segundo aviso. A la vista de lo irremediable, Ferrera se vio forzado a entrar a matar. Quizá deseaba ahorrarse ese riesgo, pero finalmente fue hábil y lo despachó de una estocada. Dos orejas y rabo para el diestro y vuelta al ruedo para el bravo y noble animal.

El tercer matador de la terna era Curro Díaz. A tenor del genio y las malas intenciones de los dos bureles que le precedieron, se intuía otra decepción. De salida, Curro desplegó su capote y le administró unas meritorias verónicas. Aunque se presagiaban en el astado pocas intenciones de embestir por derecho, el de Linares brindó al público, lo que hizo pensar que algo vería en él. En efecto se hizo rápidamente con el toro y pese a las dificultades que ofrecía, no se amilanó y ofreció una faena inteligente, cerca de las tablas, con ese gusto y ese arte que tiene para ligar pases en tandas excelentes, bien rematadas y con unos naturales soberbios. No puedo ni quiero ocultar mi pasión por Curro Díaz, pero la corrida, al ser televisada, llegó sin dudarlo a muchos miles de espectadores y con ello me eximo de describir lo que, en su meritoria, aunque corta faena, hizo el maestro. Con poderío y sin arredrarse ante las inciertas embestidas del encastado Victorino, entusiasmó al público plasmando los lances de mayor gusto y arte de toda la tarde. Mató de una estocada y cortó dos orejas.

Su segundo y último de la corrida, sin fuerza, inválido y descoordinado, salió doblando las manos y cayéndose a cada pase. Curro lo despachó con prontitud, fuertemente contrariado al haberse quedado sin un toro. Terminado el festejo, Antonio Ferrera y Curro Díaz salieron a hombros.

Los Victorinos ofrecieron una tarde interesante porque son toros que tienen nervio, viveza, y por lo general bastante que torear. Si salen nobles nunca pierden esa chispa, ese riesgo latente que nunca se puede obviar. Es notable, y a veces apasionante, ver cómo los hombres que se les enfrentan, con esfuerzo, oficio y sangre fría los dominan llegando en ocasiones a construir una obra de arte. Aplaudo cuánto de estas cualidades derrocharon los diestros que hicieron el paseíllo en Osuna, y lamento tener que reprobar los gestos antes comentados, dirigidos a obtener los mayores galardones, en quien, por su trayectoria, no necesitaría de ardides tan poco… edificantes. Me quedo con la seriedad y la rectitud que muestran aquellos profesionales que van por derecho.

Francisca García
Toros de Lidia / 2o de Mayo de 2024

El futuro o la aniquilación de VOX / por Jesús Lainz



"..EPartido Popular no disimula que no tiene por enemigo político al PSOE, al fin y al cabo el colaborador con el que lleva medio siglo repartiéndose cómodamente el pastel del 78. Su enemigo mortal es VOX, como los dirigentes populares demuestran cada vez que tienen ocasión.."

El futuro o la aniquilación de VOX

Jesús Lainz
La Gaceta/Mayo 20, 2024
El Partido Popular no disimula que no tiene por enemigo político al PSOE, al fin y al cabo el colaborador con el que lleva medio siglo repartiéndose cómodamente el pastel del 78. Su enemigo mortal es VOX, como los dirigentes populares demuestran cada vez que tienen ocasión.

Feijoo acaba de explicar que pretende recuperar votantes huidos a VOX mediante el endurecimiento de sus declaraciones contra el PSOE “pero sin escorarse a la derecha”, que es pecado, así como con una estrategia de comunicación pensada para “hacer que el electorado de derechas se dé cuenta de que ahí (en VOX) hay una panda de frikis”.

El senador popular Vicente Azpitarte ha sacado como conclusión de las elecciones autonómicas catalanas que “entre los partidos de extrema izquierda y los de extrema derecha suman en Cataluña 58 escaños, 1.345.000 votos y el 43% de los votos. Se ha quedado una Cataluña muy moderna y moderada”. El PP, por lo tanto, equipara a VOX con los comunistas separatistas de la CUP. Para este senador, por el contrario, los separatistas de Junts y ERC forman parte del grupo de los modernos y moderados.

El omnipresente Margallo, por su parte, se ha apresurado a explicar que es posible un pacto del PP con Junts si éstos renuncian a la autodeterminación. Y el argumento principal es que ambos partidos coinciden en materias socioeconómicas, como desea el Foment del Treball Nacional. En román paladino: que ambos partidos defienden los intereses de la oligarquía empresarial y por eso tienen que entenderse. El dinerito no tiene patria; sólo intereses.

Para redondearlo, Feijoo acaba de declarar que con Felipe González “no hubiera pasado lo que está pasando en España”. La derecha ha cambiado, pues, el “esto con Franco no pasaba” por el “esto con Felipe no pasaba”. Interesante evolución.

A todo ello hay que añadir el dato que conocen muy bien quienes hayan hablado alguna vez con representantes del Partido Popular: casi todos ellos arden de odio contra VOX, un odio furioso que nunca han experimentado contra los izquierdistas que, en agradecimiento, nunca han dejado ni dejarán de odiarles. La última manifestación, singularmente expresiva, ha sido la del sincero lema de Más Madrid: “Voy a educar a mis hijos para que se coman a los tuyos vivos, puto pijo”.

A VOX le ha puesto el PP en bandeja mil argumentos para que deje claro cada día que la formación verde no es alineación suplente de la azul, sino algo completamente distinto. Tan distinto, en muchos aspectos, del partido de la supuesta derecha como de los partidos de izquierda. La oposición frontal de VOX a los separatistas, por ejemplo, es incompatible con el eterno pasteleo del PP, que tantas desgracias ha traído a España en el último medio siglo y que tantas nuevas desgracias seguirá trayendo en el futuro.

Pero éste no es el único punto de imposible entendimiento entre el PP y VOX. Los hay mucho más importantes que la amenaza de unos miopes separatistas condenados a acabar anulados, sobrepasados y ahogados en el maremoto inmigratorio. Por ejemplo, la sumisión del PP a una Unión Europea enemiga de las naciones soberanas y principal actora de la eliminación de los milenarios pueblos europeos para sustituirlos por mano de obra barata. Y su colaboración en la locura de género y todos sus nefastos efectos personales, familiares y sociales. Y su obediencia a la liberticida agenda 2030, el evangelio según san Margallo.

Pero, lamentablemente, VOX comparte con el PP –y con el PSOE– un impotente atlantismo que nada bueno ha traído ni va a traer a una España que, en el momento de la verdad, quedará abandonada por sus supuestos aliados. No parece fácil que pueda y quiera rectificar este error. A lo que hay que sumar algunas alianzas exteriores bastante discutibles.

Si VOX se empeña en no ceder ni un milímetro en todos estos problemas de extrema gravedad, seguirá existiendo y podrá continuar su labor, Dios sabe si con posibilidades de éxito o sin ellas. Pero como caiga en la debilidad de hacer de bastón del PP, no tardará en perecer abrazado por el oso con independencia de que las garras sean las de Feijoo, las más probables de Ayuso o las del que venga después.
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Santanderino de 1965. De labores jurídicas y empresariales, a darle a la pluma. De ella han salido, de momento, diez libros de historia, política y lingüística y cerca de un millar de artículos. Columnista semanal en Libertad Digital durante once años, ahora disparo desde La Gaceta. Más y mejor en jesuslainz.es

lunes, 20 de mayo de 2024

''REJA DE ENFERMERÍA' del Dr. Máximo García Padrós


 Continúa el eco de la brillante presentación, en días pasados en la Sala  Antonio Bienvenida de la Plaza de Toros de Las Ventas, del libro ‘𝗥𝗲𝗷𝗮 𝗱𝗲 𝗘𝗻𝗳𝗲𝗿𝗺𝗲𝗿𝗶́𝗮’ del cirujano jefe Don Máximo García Padrós. 

D. Máximo García Padrós flanqueado por D. José Mª Sotomayor, D. Miguel Abellán, y Vidal Pérez Herrero, editor de la obra

"..Casi sesenta años lleva en la enfermería de Las Ventas el doctor Máximo García Padrós: primero, desde 1964, junto a su padre, don Máximo García de la Torre; desde 1985, como cirujano jefe; ahora, con su hijo, Máximo García Leirado. Una trayectoria ejemplar. Acaba de publicar un libro documentadísimo, Reja de enfermería. Las Ventas, 1931-2021 (ed. Temple). Además de informar sobre la cirugía taurina y sobre la enfermería de Las Ventas, cuenta 75 cornadas muy graves con datos, fotos y parte facultativo: una documentación de gran interés. Usando la expresión de Lorca, ¡cuánta «sangre derramada»! Nunca queremos que eso suceda pero sabemos que contribuye a la grandeza de la Fiesta y a que se reconozca el heroísmo de los toreros. Ningún lector de este libro podrá no admirar y agradecer la impagable labor que realizan los cirujanos taurinos.."

Andrés Amorós


"Reja de Enfermería", un texto de gran formato que recoge una profunda y dilatada investigación del Cirujano Jefe del coso madrileño, el doctor Máximo García Padrós, sobre los eventos ocurridos en la enfermería de la plaza entre 1931y 2021.




Francia. Grave cornada a Román en Vic

 
Vic-Fezensac, Francia. Toro de Los Maños cornea a Román

Román, ‘cornada de tres trayectorias, una de ellas con orificio de entrada y salida, y rotura de vaso escrotal’



Ha sido trasladado en ambulancia a Mont de Marsan

Román, según cuentan las redes del propio matador, ha sufrido una ‘cornada de tres trayectorias, una de ellas con orificio de entrada y salida, además de una rotura del vaso escrotal’ en Vic, donde lidiaba la última corrida de la feria, ante los toros de Los Maños. ‘Aún no sabemos el alcance de la cogida, pero lleva una cornada muy fuerte’, afirma Eduardo Martínez, apoderado del diestro valenciano. Ya ha sido intervenido en la enfermería de la plaza y en estos momentos, está siendo trasladado en ambulancia al hospital de Mont de Marsan.

El segundo fue un toro que desarrolló sentido y peligro desde el comienzo, le cogió feamente de la pierna izquierda cuando el diestro valenciano lo llevaba al caballo, quedando colgado del pitón durante segundos angustiantes. Se encuentra en estos momentos en la enfermería siendo atendido por el equipo médico.





Plaza de toros de Vic-Fezensac, Francia. Último festejo de la feria. Tres cuartos de entrada. Toros de Los Maños,

• MORENITO DE ARANDA, vuelta al ruedo, oreja en el que mató por Román, dos orejas

• ROMÁN, herido

• EL RAFI, silencio, silencio

La topera del Bernabéu / por Ignacio Ruiz Quintano


Vaginas peligrosas, Roland Topor
Fragmento

Ignacio Ruiz Quintano / Abc
En el país de la leyenda negra, ese rencor español que brota de la envidia igualitaria contra cualquier asomo de excelencia, el Real Madrid agranda su leyenda blanca con una “ligueta” nacional ganada de calle y una final de Champions en Londres que, de ganarla, sumiría al antimadridismo, único elemento de cohesión espiritual de la Españeta pobre, en la misma postración histórica de la España del 98.

Los barandas del fútbol español entregarán el título liguero al campeón en una ceremonia clandestina en algún hangar del Área 51 de Valdebebas, por cierto sin la felicitación oficial del Atlético, que no olvida que una vez a Ceballos no le sacaron la segunda amarilla. Algo así como cuando, en lo más oscuro de la Dictadura, el gobierno prohibía la cena del Cavia en la sede de ABC por temor a los alegatos monárquicos de los invitados, y la entrega del premio se hacía en el domicilio de Juan Ignacio Luca de Tena. (Mateu Lahoz, el “Toño” de Movistar, tiene contado cómo fue enviado a la nevera arbitral por participar en un pasillo de campeón al Real Madrid). Es la forma oficial que el fútbol español tiene de complacer al antimadridismo, que el miércoles completó su colección de camisetas con la amarilla del Dortmund, que unida a la roja del Bayern y a la celeste del City le da para diversas combinaciones: Rumanía, Mongolia, Congo, Chad… Si el Real Madrid levantara en Londres la Decimoquinta, Vinicius ganaría el Balón de Oro que le sería entregado por Eric García en una gala presentada por el gagman Joaquín, aquél que en Lopera veía a Jesucristo y en Vinicius a un futbolista “muy malo”, lo que redunda en la leyenda de Vinicius, a quien muchos comienzan a elogiar ahora, pero sólo porque viene Mbappé: en España todos los elogios son siempre contra alguien.

–Sea usted orgulloso, y, sobre todo, oiga bien lo que le dice un viejo: siembre odios. El odio da la vida al que es odiado. A propósito… ¿tiene usted una leyenda?

Ese consejo dio a Ruano el poetastro Vargas Vila, y lo redondeó con las instrucciones para obtener una leyenda:

 “Cuide mucho de tener una leyenda. Si no tiene difamadores, haga por tenerlos. Si no tiene usted una leyenda monstruosa, horrible, no será nunca nada. Ya sabe usted, ser audaz, hacer elogios crueles y meterse con los maestros. Ahora procure usted que lo difamen. ¡No hay tiempo que perder!”

El poetastro conocía de sobra este mundo de roedores hispánico: somos como comadres que vivimos de la vida ajena a falta de la propia, murmurando de todo, decía Pérez de Ayala al indio Guillén: “Ensayando el palillo de dientes en el nombre del amigo. Dando mordisquitos de ratón en...”

Cuánto mejor la gracia de Simplicíssimus del portero del Bayern, Neuer, que los periodistas pronuncian “Noya”, “prima donna” del fútbol mundial que justificó su fallo en el gol fatídico del Bernabéu, ese gol que todo lo incendia, culpando… ¡a una topera! ¡Neuer ve toperas en casa de Casillas! Esas toperas que cree ver Neuer serían como las “Vaginas peligrosas” de Topor, hijo de polacos (¡como Marciniak, el árbitro que cortó con el pito un ataque alemán por fuera de juego!) y polifacético del grupo “Pánico”. (En realidad a Marciniak le salió del pito un Gil Manzano: para arreglar el borrón, montan un “ecce homo” de Cecilia la de Borja. Marciniak alargó un cuarto de hora el juego, y si el Var no lo llega a obligar, todavía estaríamos en el estadio).


Lo del miércoles en Madrid, donde una esquina de alemanes se comía al resto del estadio hasta que Joselu, consagrado como el nuevo Corazón de Jesús del madridismo laico, acertó en el 88 con el gol que en Champions y en el Bernabéu hace de picadura de cobra mortal, y ves cómo quien lo recibe, al paso del veneno, se necrosa por instantes, la cabeza se le nubla, el cuerpo se le descompone y su alma se entrega. Entre esas nieblas, Neuer tiene la pesadilla de la topera, siente el peligro vaginal de Topor (“No entiendo nada, pero ¡qué arte!”, solían decir los lectores de Topor), que murió como el Bayern, sin darse cuenta.

El mundo (para admiraciones, España no cuenta) acepta que el fútbol tiene al Real Madrid como tuvo la tauromaquia a José Gómez Ortega. Lo llaman naturaleza competitiva, una fuerza apagada por los amaneramientos ochenteros de la Quinta, que luego, sobre los restos avaldanados de Queiroces y Pellegrinis, fue rescatada por Mourinho (“señorío es morir en el campo”), que inculcó en los jugadores esa hambre como de perros de caza (¡aquellas controversias bizantinas de perros y gatos!) que devolvió al club a la lucha por la Champions. Hoy, a los visitantes europeos del Bernabéu, para intentar sobrevivir sólo les queda probar el método de Mitrídates, que se alimentaba de veneno para resistir el envenenamiento.

Un alineador (Ancelotti) y un meme (Vinicius) se cargan al City de Pep (¡el inventor del fútbol!) y de Haaland y al Bayern de Tuchel (¡qué manera la suya de bilardear en el Bernabéu cuando se puso por delante en el marcador!) y de Kane (¡menuda bala de plata esquivó con este tío Flóper!) y tienen cita en Wembley para levantar la Quince.

MADRID/ 9ª San Isidro. La gesta de Juan Jorge / por Díaz Reyes


Juan de Castilla. Foto: Las Ventas
Salvo la facha y la romana el soso encierro no mostró los blasones del abolengo. Juan de Castilla ovacionado por partida doble. Rafaelillo una y Colombo silenciado…

La gesta de Juan

Jorge Arturo Díaz Reyes
CrónicaToro/Cali, V 19 2024
Cuatreños, de imponente presencia, erizadas cabezas, y gran alzada los miuras pisaron Madrid con su dispar tonelaje, 98 kilos de extremo a extremo. Tres castaños, dos cárdenos y un solo negro. Todos, ayunos de su proverbial fiereza, hostil personalidad y sagacidad siniestra. Dejando toda la emoción en la fachada y ninguna en su talante. “Divorciado”, el quinto, hasta se tiró de salida dos veces al callejón, que no fueron tres porque en el tercer vergonzoso intento se atrancó por la barriga en la barrera. Qué espectáculo triste, de un hierro que ha sostenido la epopeya de la fiesta. Dejarse manosear sin decoro. Ojalá sea un accidente, solo eso, y no un extravío genético definitivo.

Aun así, con los caballos estuvieron decorosos, comprometedores en banderillas, más por las cabezadas arriba que por una decidida pelea y en la muleta, lo más preocupante, se fueron por la obediencia, la endeblez y la desvergüenza. Qué tiempos aquellos del viejo Antonio, cuando dicen que mató toda la reata de un toro que se dejó tocar un pitón de Joselito. Ya no viene la bravura en borbotones ni el aceite en botijuelas.

El paisa Juan de Castilla, voló desde la matinal, concurso torista de ganadería en Vic de Fezenzac con solo el tiempo justo para cambiarse de traje y salir a tan expectante compromiso. La plaza estaba llena, o casi. “Infractor” el descarado, pero más ligero de la tarde (537 kilos), se refrenó en el lanceo de saludo. Solo empujó tímido en la segunda vara, se dejó banderillear pacíficamente. Y luego del brindis de Juan a sus lejanos y perseguidos compatriotas, opuso temple, sitio y alguna lentitud a unas embestidas (mejor caminatas), ralas, tardas, dóciles y blandas. Confiado, aseado y compuesto pasó y pasó escalando sus likes en una serie de ocho diestras y otra de siete siniestras. La dura plaza estuvo comprensiva, incluso los feroces reventadores de bien arriba.

El otro, ya dijimos, luego de sus huidas cobardes por sobre la barrera, dudó, blandeó y se dejó, como todos. Cuando el cite lejano inicial le trajo de tablas a medios, y la inercia lo repitió en tres derechas y el de pecho calentando corazones, él tonto se cayó. Buscando siempre el pitón contario para no dar pábulo a los obsesos, fue desgranando una faena planchada (pese al viento), no muy embrocada y de forzada extracción. Paso a paso, cite a cite y suerte a suerte. Emoción, la suya, la del soso ninguna. El honesto volapié y la estocada cimera y eficaz firmaron la derrota del mansurrón y la victoria del colombiano.

El alegre venezolano Colombo, cimentó su discurso en el segundo tercio. Tres pares al sesgo de espectacular ejecución, precisa colocación, e impacto, ganaron quizá la ovación más rotunda de la tarde. Con el capote había cumplido por verónicas, largas y quite por chicuelinas. Pero con la muleta muy poco ante la boba obediencia, y con la espada ni se diga. Bajonazo inocuo y tres crucetazos en silencio.

Al sexto, de 637 kilos, mucha leña y gran calado, pero noblote y aburridor, no le atinó igual con los palos. El primer par a toro pasado, indignó la feligresía, y el excesivo cuarto desarmado por un pitonazo en el antebrazo al momento de clavar desangeló todavía más la cosa. Porfió cauto ante la estulticia de la mole, sin lograr sacarlo de su modorra, y le dio de baja con un pinchazo Y una estocada que perecía imposible dada la enorme diferencia de estaturas.

De Rafaelillo, hay que hablar siempre con respeto, mucho. Ahí está su heroico historial. Aun cuando pasa tan desapercibido y pinchaúvas como con el parado primero. Y cuando da lecciones de lidia, sí de la olvidada lidia, como con el menos desrazado cuarto. Andándole por la cara, cual decían de Domingo Ortega, para construir estrofas de tres, cuatro y cinco versos. Para entender cuando la faena estaba hecha y no abusar ni del toro ni de los contribuyentes. La estocada levemente descentrada produjo una muerte espectacular del soso en los medios, que pesó a la hora del voto popular. Un paso de los miuras por la primada plaza que nos entristece a sus devotos y da pasto a los infieles.

FICHA DEL FESTEJO
Madrid. Domingo 19 de mayo 2024. Plaza de Las Ventas. 9ª de San Isidro. Sol. Lleno. Seis toros de Miura, bien pero disparmente presentados, 591 kilos promedio, blandos, noblotes y sosos.

Rafaelillo, silencio y saludo
Juan de Castilla, saludo tras aviso y saludo
Jesús Enrique Colombo, silencio y palmas de despedida.

Corrida clásica de Miura, que se presentó en Madrid el mismo año de la muerte de Edgar Allan Poe. Tal para cual. Márquez (sin Moore)


Teorema pánico

"..A Miura no se puede ir como el que va a ver al Parralejo o a Parladé. A ver a Miura hay que ir siempre con respeto y unción, en señal de deferencia hacia una impresionante historia y hacia una misma familia que ha mantenido la propiedad y, sobre todo, las señas de identidad de su ganadería durante cerca de doscientos años para que los aficionados de hoy en día podamos tener el privilegio de vernos con este ganado tan singular en su aspecto como sorprendente en su imprevisible comportamiento.."


JOSÉ RAMÓN MÁRQUEZ
Miura se presentó en Madrid el mismo año de la muerte de Edgar Allan Poe. Y mientras los tatarabuelos de Urtasun, ese zascandil que está ahora puesto como Ministro de Cultura (léase Propaganda), ese pijo del Liceo Francés, andaban escardando cebollinos en vaya usted a saber qué pueblo o qué aldea, el toro Jocinero de Miura ya había herido de muerte a Pepete en la Plaza de toros de Madrid, la de la Puerta de Alcalá. Y cuando del infeliz ministrillo no quede ni la raspa y su fútil memoria se haya evaporado, ahí seguirá incólume la fama de esta ganadería y permanecerá intacto el recuerdo de esta singular vacada.

A Miura no se puede ir como el que va a ver al Parralejo o a Parladé. A ver a Miura hay que ir siempre con respeto y unción, en señal de deferencia hacia una impresionante historia y hacia una misma familia que ha mantenido la propiedad y, sobre todo, las señas de identidad de su ganadería durante cerca de doscientos años para que los aficionados de hoy en día podamos tener el privilegio de vernos con este ganado tan singular en su aspecto como sorprendente en su imprevisible comportamiento. Miura puede salir más fuerte o más flojo, pero nunca decepciona y, para aquél que se dedique a observar en la Plaza las evoluciones de cada uno de los toros, hay una garantía asegurada de diversión. No hablamos aquí de bravura, pues no es ésa una de las características principales de los toros de la A con asas, sino de sus repentinos cambios de humor, sus inesperadas reacciones, sus imprevistos parones o sus súbitas arrancadas, su grave seriedad de cristiano viejo traída de otros tiempos o su palpable certidumbre de riesgo, características propias de esta singular vacada de bueyes bravos, en opinión del marqués de Saltillo, cuando le decía al Miura de las patillas:

Usted, don Eduardo, con sus bueyes bravos y yo con mis toros mansos, nos hemos hecho los amos de la Feria.

Seis años hacía que estos toros tan singulares no vestían la divisa verde y negra, que es la que usan específicamente en la Plaza de Madrid. Hubo una época, entre 1977 y 1987 que los Miura se tiraron diez años sin venir a Madrid, por lo que nos íbamos a Sevilla en peregrinación a ver cómo los despachaban Ruiz Miguel, José Antonio Campuzano, Manili o Víctor Mendes y después el niño Pepe Luis, el gran Domingo Valderrama o el Fundi. Ahí vimos grandes éxitos y también grandes cornadas.

Para conmemorar su retorno a los madriles los señores Miura embarcaron en Zahariche a seis cuatreños serios y bien puestos, dos de ellos cárdenos, dos castaños girones, un castaño listón y un negro entrepelado, para hacer valer la variedad de capas consustancial a este encaste. Siempre esperamos que nos traigan un salinero, tan raro de ver, recordando a aquél Escogido, número 60, salinero bragado al que toreó Ruiz Miguel con sus proverbiales suficiencia, brevedad y conocimiento en aquel otro retorno de Miura a Madrid de hace cerca de cuarenta años. Para la lidia y muerte de los seis discípulos de don Eduardo y don Antonio contrataron a Rafaelillo, que lleva una buena pechá de miuradas, Juan de Castilla, que se vino volando desde Vic-Fézensac (Francia) donde había actuado por la mañana, y Jesús Enrique Colombo.

La salida del primero de la tarde Almejito, número 9, fue saludada con una ovación a su impresionante presencia miureña de lomo recto y patas largas. Lo primero que hace el toro es destrozar el capote de Rafaelillo y a continuación entrar al caballo de José María González a dejarse pegar. Siempre pensamos en qué harían estos toros de Miura si entrasen a los caballos sin peto, cómo sería su comportamiento. El toro no anda nada sobrado de fuerzas y recibe una barbaridad de capotazos durante el segundo tercio que terminan dejando al animal más parado que los toros de Guisando. Rafaelillo, con casi veintiocho años de alternativa y con un buen saco de corridas de Miura a cuestas, ni se despeina con el marmolillo y lo mata al cuarto intento.

El segundo, de impresionante cabeza y de aspecto que evoca a lo procedente de Gallardo, atendía por Infractor, número 76, su capa era castaña, girón, bragado, meano y axiblanco y su debilidad supina. Los que se habían soliviantado con el primero llegaron al paroxismo con este segundo y no cesaron en sus censuras y protestas buscando la expulsión de Infractor al averno de Florito para ver salir a uno de El Montecillo que estaba de sobrero. Los que habíamos ido a los toros por los Miura hicimos una novena en versión reducida a San Isidro para que don Ignacio Sanjuán, que hoy presidía, no echase al toro y afortunadamente así fue. Juan de Castilla dio distancia al toro y le dejó galopar en tres tandas planteadas de manera muy decidida con las que aplacó a los díscolos y después fue componiendo una faena bastante ensamblada y viril con pases al natural de enjundia, buen trazo y buena colocación. Juan de Castilla fue desgranando su faena de manera muy ordenada y a más para rematar, como final, con una excelente serie de derechazos antes de perder la oreja con el acero a base de dos pinchazos y un bajonazo. Según los datos de la Empresa hoy había en Las Ventas 20.749 almas, de las que sólo el que escribe esto aplaudió al toro en el arrastre.

Halconero, número 77, fue el primero del lote de Colombo, un toro largo y alto de astas menos gordas que lo habitual en esta casa. A estos Miura no les puedes echar cuentas, porque el toro metió la cara con clase en las verónicas de recibo del venezolano, pero eso no implica en ningún caso que el toro fuera a mantener esa actitud en el futuro, como así fue. El toro se echó sin demora por dos veces al cite de Gustavo Martos y cumplió en varas empujando. Banderilleó Colombo como en él es costumbre dejando tres pares que fueron muy aplaudidos. Su faena de muleta comenzó dando distancia al toro, que estaba en el burladero del 10, citándole desde los medios en una serie algo atropellada en la que dejó confiarse al toro y después otras dos en las que le bajó la mano. El toro tenía cuatro series y a partir de ahí cambia su disposición y comienza a quedarse, costándole arrancar al cite. Decía Pepe Luis Vázquez, gran amigo de la casa Miura, que en el toreo «es mejor que digan: ‘qué pena que ya ha acabado’, a que digan: ‘gracias a Dios que ya ha acabado’» y pensamos que Colombo alargó en demasía su trasteo cuando las condiciones del toro ya sólo iban en contra del torero. Con una estocada baja y no sé cuántos descabellos acabó su obra.

El segundo de Rafaelillo fue Gorronsito, número 45, que era la repetición del segundo pero con casi 100 kilos más. El toro husmeó un poco las tablas como con ganas de saltar al callejón, pero seguramente las 54,4 arrobas que llevaba encima le disuadieron de tal acción. Cumplió en varas metiendo los riñones y Juan de Castilla le quitó por gaoneras. En banderillas no da facilidades. Rafaelillo, muy suelto, porfía con las incertidumbres que plantea el toro e incluso consigue medio sacarle una serie a derechas, sin que lo que viene después sea reseñable salvo la buena estocada en los medios y la espectacular muerte del toro, apenas aguantándose en pie y con la boca cerrada hasta que rueda como una pelota, que levantó aplausos entre el público.

Divorciado, número 60, fue el segundo de Juan de Castilla. Para darnos una idea de lo que era tan común en el siglo XIX, el toro decidió saltar por dos veces al callejón. Toma el primer puyazo con convicción y en el segundo la cosa cambia, aunque tampoco podemos decir que la tarde de Iván García sobre el équido fuera como para darle ni siquiera un premio de consolación. De nuevo brilla la disposición de Juan de Castilla frente al Miura. Su faena se basa en el temple y en buscar la buena colocación. El toro es cambiante y aunque Juan de Castilla le va sacando muletazos de uno en uno el conjunto no acaba de ensamblarse, aunque el torero deja buena nota. Mata de estocada desprendida.

Para cerrar la miurada, el de más peso: Escandaloso, número 85, de 637 kilos, castaño con un listón que parecía una flecha, un señor toro que cumple en su entrevista con Pepe Aguado, arrancándose de largo al segundo puyazo. Vuelve a banderillear Colombo con dos pares de exposición dando ventajas al toro y otros dos pares que fueron nones. El toro sacó su otra cara en el último tercio no dando ni media facilidad a su matador, pues a su imponente presencia se unían sus cambiantes intenciones que lo mismo se frenaba en medio del muletazo que amagaba con embestir y no lo hacía o que le colocaba los pitones en el pecho. Colombo no se amilana e intenta diversas maneras de buscarle las vueltas a Escandaloso hasta que, finalmente, tras un pinchazo le deja una estocada que pone punto final a la corrida de Miura, de la que salimos dando gracias a Dios porque, al fin, no hemos visto salir al de El Montecillo de los chiqueros.


Divorciado

Imagen: Botán.


FIN

San Isidro/24: El doble salto de Juan de Castilla / por Jean-Charles Olvera - España


 "..toreó la tradicional corrida concurso matinal de la feria del Toro en Vic-Fezensac (Francia) bajo una fuerte lluvia, saludando al tercio tras lidiar el 3º jabonero de Prieto de la Cal, y cortando una oreja del 5º toro negro francés de Pagès-Mailhan, triunfador de la concurso. Tras terminar con este toro, Juan de Castilla se fue de inmediato al aeropuerto vecino de Toulouse (Tolosa) para embarcar en un vuelo comercial hacia Barajas llegando poco antes del paseíllo, listo para tragarse 2 miuras.."

San Isidro/24: El doble salto de Juan de Castilla

Por Jean-Charles Olvera - España
Opinión y Toros/19 Mayo 2024
Doble jornada taurina tuvo el colombiano Juan de Castilla toreando por la mañana en la plaza torista de Vic-Fezensac (Francia) y por la tarde los miuras en Madrid.

Una hazaña sin duda fuera de lo común que el antioqueño guardará siempre en su memoria. Así es que toreó la tradicional corrida concurso matinal de la feria del Toro en Vic-Fezensac (Francia) bajo una fuerte lluvia, saludando al tercio tras lidiar el 3º jabonero de Prieto de la Cal, y cortando una oreja del 5º toro negro francés de Pagès-Mailhan, triunfador de la concurso. Tras terminar con este toro, Juan de Castilla se fue de inmediato al aeropuerto vecino de Toulouse (Tolosa) para embarcar en un vuelo comercial hacia Barajas llegando poco antes del paseíllo, listo para tragarse 2 miuras... De lo que son capaces estos toreros...

El otro punto de interés de la tarde era el regreso a Las Ventas de la mítica ganadería de Miura tras 6 temporadas de ausencia, lo que casi llenó la plaza. Pero decepcionó el imponente lote que blandeó y que apenas empujó al caballo, impidiendo cualquier ligazón en la muleta. Pero Miura sigue siendo Miura y si vimos una moruchada se podría decir que paradójicamente mantuvo cierto interés.

El 2º de la tarde fue aplaudido en su salida de chiqueros, pero también fue inmediatamente protestado por otro sector por blandear de los cuartos delanteros, lo que electrizó el ambiente que no fue suficiente para desestabilizar al joven torero colombiano Juan de Castilla, ni para obtener el cambio desde un palco inflexible (Iñaki Sanjuán). Juan de Castilla cogió la muleta cargando bien la suerte en cada inicio de tanda, pero con el defecto de terminar a menos cada serie con un remate final o un pase de pecho buscando generalmente las afueras. El toro protestado resultó trotón y cara arriba con una embestida molesta que en parte pudo corregir el antioqueño. Acabó con 2 pinchazos y un bajonazo y la parroquia le pidió saludar tras aviso, por la planta torera y la firmeza vistas con el astado.

El 5º cárdeno bragado de nombre ‘Divorciado’ parecía salir de los chiqueros perseguido por cualquier descontenta vaca tras un hipotético… divorcio. Husmeó de inmediato las tablas del 7 y saltó una 1ª vez al callejón del tendido 6 y una 2ª vez al del 9 en un hito histórico. Un doble salto que tampoco molestó al medellinense que intentó calmar al asustado y manso astado con el capote y con la muleta. El Miura resultó mermado de fuerza, algo tardo y de corta embestida impidiéndole ligar. Aun así, Juan de Castilla le sacó, con ciencia y paciencia, pases por pases con meritorios naturales finales. Nuevo bajonazo, los miuras suelen ser complicados también al matar con la cara y los pitones altos, y saludo final para este serio torero que ahora mismo es la gran esperanza colombiana.

Abría plaza el guerrero murciano Rafaelillo que venía de lidiar el día anterior una corrida de Victorino Martin en Osuna (Sevilla), cortando una oreja, y que se presentaba este domingo como si nada y con la sonrisa con los Miuras en Madrid. Se estrelló con el abreplaza cárdeno bragado que se paró al iniciar la faena cuando le sacó de tablas hacia los tercios donde ya no quiso moverse. Finiquitó al marmolillo de 3 pinchazos y de una entera contraria.

Mas movilidad tuvo el 4º al inicio de faena al que Rafaelillo propinó los mejores derechazos de la tarde, con poder y relajo. Se fue a menos el toro, bajando de tono una faena a la que el murciano imprimió seriedad y serenidad. Mató de una entera ladeada certera y saludó merecidamente al tercio. Crédito total para el diestro de Murcia.

El venezolano Jesús Enrique Colombo, aunque lidie a menudo corridas duras en España y Francia, tuvo una tarde difícil con el lote más complicado. Fue ovacionado por sus pares arriesgados al 3º que guardaba la cara alta. Valor de sobra demostró el sancristobalense con un toro que tuvo movilidad, pero pegando hachazos molestos en cada pase, provocando que las tandas tuviesen entonces menos fondo. Bajonazo final.

Espectacular presentación del 6º Miura (637 kilos), un corniveleto largo como un tren con el cual Colombo tuvo sus complicaciones con los palitroques, banderilleando hasta un 4º par para enmendarse, pero sin brillo. Poca fortuna también con la muleta, el astado acusando parte de ese sentido tan característico del hierro. Pinchazo y entera tendida ladeada con un balance idéntico en su lote (silencio tras aviso).

La ‘miurada’ acabó con sendas ovaciones para los toreros, la de mayor calado recayendo en Juan de Castilla. Fue este torero que vio su 2º toro dar ese doble salto histórico al callejón, en un paralelismo simbólico a su propia doble jornada taurina europea. Así fue como este torero colombiano, que ya vimos interesante en la Copa Chenel la pasada temporada, se dio a conocer por la mañana al público torista francés, de mucho peso en esa afición, y por la tarde al público español capitalino, de mayor importancia, como también al sudamericano y paisano que vino en masa esta tarde en Las Ventas. Un doble salto vertiginoso para este humilde torero en una jornada ya histórica para su carrera que podría por fin despegar.

Foto: Las-ventas.com

'SAN ISIDRO' 9ª.- MIURA, NADA / por Juan Miguel Núñez Batlles


"..Colombo rindió la plaza en un espectacular y muy emocionante tercio de banderillas en su primero. Mucho más allá de unas portentosas facultades, el dominio y el valor, arrancando el hombre mucho después del toro, en la verdadera versión de poder a poder,  dejando llegar una barbaridad y para sacar el par de abajo, metiendo los brazos en un espacio inverosímil. La plaza en pie en unánimes y enfervorizadas ovaciones.."

MIURA, NADA

Juan Miguel Núñez Batlles
Miura con toda su leyenda se quedó en nada, hoy, en Madrid. Faltó raza, faltaron fuerzas, y por no haber en los toros otrora de leyenda, no hubo ni peligro. La mayoría plantearon dificultades, que es cosa bien distinta, y fue precisamente por las apuntadas carencias. De ahí que hay que valorar como muy meritorias las ovaciones que logró la terna.

Fiasco total con el "miura" que abrió plaza, que iba a marcar la tónica de la tarde. Empujó el burel con la cara alta en dos encuentros con el caballo, pero enseguida se vió que no le sobraban las fuerzas, gateando un par de veces antes de banderillas, tercio en él que se mostró reservón y apagado. En la muleta, inerte por completo, no tuvo ninguna voluntad de embestir, agarrado al piso, según expresión mexicana. Rafaelillo se fue enseguida a por la espada. Y ahí acabó la pantomima. 

Tampoco hubo tela para cortar en el cuarto, flojito y defendiéndose. "Rafaelillo" solo pudo matarlo de una gran estocada. Momento destacado éste en la tarde, aunque sólo sirvió para la ovación final. 

El primero de Juan de Castilla, aun muy justo de fuerzas, sin permitir que se le bajara la mano, se desplazó con cierto buen son por ambos lados. El colombiano, torero de muy buen corte y excelente disposición, le cogió enseguida el aire, a media altura y con mucha suavidad. La respuesta del toro fue ideal, aunque, eso si, habría de alternar las dos manos para evitar que "se orientara", que era clara intención cada tres muletazos y el pecho. Series por tanto cortas,  pero enjundiosas. Toreo con sello importante. Lástima la espada, que difuminó un más que posible triunfo de oreja.

Por dos veces saltó al callejón el quinto. Marca de mansedumbre. No obstante, se movió el burel, eso sí, sin aportar nada. Un "miura" absolutamente descafeinado, de extrema sosería y muy poquitas fuerzas. A pesar de todo, Juan de Castilla, muy firme y resuelto, le robó pases en lo fundamental de notable mérito. Tanto que hubo algunos pañuelos tras la estocada de efecto rápido, sin embargo,  insuficientes.

Colombo rindió la plaza en un espectacular y muy emocionante tercio de banderillas en su primero. Mucho más allá de unas portentosas facultades, el dominio y el valor, arrancando el hombre mucho después del toro, en la verdadera versión de poder a poder,  dejando llegar una barbaridad y para sacar el par de abajo, metiendo los brazos en un espacio inverosímil. La plaza en pie en unánimes y enfervorizadas ovaciones. Qué pasaje más emocionante. Lamentablemente el toro no fue nada franco en la muleta, obligando a sortear coladas. Pero nada echó para atrás a Colombo, muy puesto y dispuesto, atacando en todo momento con muletazos a derechas de increíble aguante y a la postre reconocido dominio. Entró a matar un poco por sorpresa,  sin preparativos para cuadrar, y sin suerte, pues cayó  la espada baja. Otra oreja perdida. 

Con el sexto ensayó Colombo un tercio de banderillas que ni mucho menos. Y aunque porfió en la muleta de nuevo con mucha decisión, el toro, de intermitentes y cortas arrancadas, no permitió que aquello tuviera eco.

FICHA DEL FESTEJO.- Novena de Feria. Lleno aparente.

Toros de Miura, grandes y entipados. De buena presencia pero sin pasar de ahí. Flojos y descastados, prácticamente vacíos de todo. 

Rafael Rubio "Rafaelillo": cuatro pinchazos, entera y descabello (silencio); y buena estocada (ovación).

El colombiano Juan de Castilla: dos pinchazos,  estocada desprendida y descabello (ovación); y estocada (ovaciòn)

El venezolano Jesús  Enrique Colombo: estocada baja y descabello (silencio); y pinchazo y estocada (palmas en la despedida).