la suerte suprema

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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 31 de marzo de 2020

El día después / por Jorge Arturo Díaz Reyes



Conforta la certeza de que también el día después volverán los toros a celebrar la vida, recordándonos que vivir es peligroso y siempre temporal, que la naturaleza es sobrehumana y que siendo apenas una más de sus especies mejor nos vale lidiarla con respeto, valor y belleza.

El día después

Cali 31 de marzo 2020
América alcanzó a evacuar casi toda su temporada. Europa solo a insinuar la suya por Ajalvir, Illescas y Olivenza... Los carteles de Castellón, Valencia, Sevilla, Córdoba y Madrid quedaron colgados en el vacío, los toros en el campo, las plazas en clausura y el futuro en veremos.

Los antitaurinos podrían estar contentos, la peste amenaza lograr lo que no ellos en cinco siglos (para contar solo desde la fallida prohibición papal de Pío V). Pero no, no puede haber contento ninguno. El contagio avanza por el mundo atacando sin distingos. Desbordando fronteras. Haciendo impotentes las potencias. Poniendo en evidencia los sistemas de salud, la política, los presupuestos, la insensatez y dejando un reguero de cadáveres, pérdidas y penas.

¿Qué pasará cuando pase? Cuando el miedo se disipe. Cuando salgamos ateridos de nuestras madrigueras a retomar la lucha por la vida. Cuando volvamos al cotidiano competir. Cuando olvidemos a los que se batieron por nosotros. Cuando reneguemos de que por este breve lapso fuimos todos uno. Cuando la prevalencia retorne a ser paraíso y el dinero Dios. Cuando se restablezca la normalidad anómala. Cuando los políticos regresen a lo suyo. Cuando vuelvan con las falacias de vida sin muerte.

¿Habremos aprendido que si unidos, así halla sido solo por el espanto, capeamos esta desgracia, podríamos igual intentarlo con otras globales peores, como el hambre, la superpoblación, el envenenamiento del planeta?

Hay optimistas y escépticos. Los oigo ambos. La historia está por los últimos. Jamás aprendimos lo suficiente de las tragedias, pese a que siempre hubo quien las explicó. La evidencia indica que seguramente saldremos otra vez a culparnos, a pelear por los réditos y por quien pagará la cuenta. Ya se oyen voces fuertes.

Conforta la certeza de que también el día después volverán los toros a celebrar la vida, recordándonos que vivir es peligroso y siempre temporal, que la naturaleza es sobrehumana y que siendo apenas una más de sus especies mejor nos vale lidiarla con respeto, valor y belleza.

Monjitas… heroicas: volcadas en la ayuda contra los afectados coronavirus, pero sin comida.



En la otra cara de la moneda de esta entrega total por parte de estas religiosas está la necesidad cada vez más acuciante incluso para poder comer.

Monjitas… heroicas: volcadas en la ayuda contra los afectados coronavirus, pero sin comida

Muchos conventos, entre ellos varios de clausura, han dejado su trabajo diario y se han puesto al servicio de las autoridades para realizar mascarillas, batas u otro material necesario y que escasea de manera preocupante en los hospitales.

Sin embargo, en la otra cara de la moneda de esta entrega total por parte de estas religiosas está la necesidad cada vez más acuciante incluso para poder comer. Cabe recordar que muchos conventos viven humildemente gracias a las ventas que realizan o directamente de la misma providencia, de personas que les llevan dinero o comida.

El confinamiento y la situación excepcional que se vive en España ha provocado que muchos conventos se hayan quedado sin ingresos y en otros que la ayuda que reciben se haya reducido hasta tal punto de lanzar un mensaje de auxilio.

Es lo que está ocurriendo por ejemplo con Iesu Communio, nuevo instituto religioso con más de 200 religiosas y en su gran mayoría jóvenes. Con dos casas, una en La Aguilera y otra en Godella, han visto reducir sus ingresos a cero al tener que cerrar el obrador con el que elaboraban los dulces y suspender las visitas de grupos al convento, momento en el que vendían y recibían ayudas.

Desde Iesu Communio han transmitido a las familias esta “necesidad” de ayuda pues al parecer ya hay “necesidades básicas” que no pueden cubrir. Para ello, han lanzado la posibilidad de recibir donativos on line a través de la web de venta de productos de repostería que tienen para así poder superar esta situación.

Por ejemplo, en la localidad zamorana de Toro el servicio de Protección Civil está dando su servicio de ayuda a domicilio a los monasterios y conventos de la localidad. Las autoridades municipales precisaron que las religiosas de clausura recibían ayuda externa de toresanos que, por la obligación de permanecer confinados en sus viviendas, no pueden desplazarse hasta los edificios religiosos y, por este motivo, Protección Civil es la que atiende ahora necesidades básicas durante el estado de alarma.

Pero no sólo las monjas de clausura necesitan esta ayuda. El Diario de Navarra se hace eco del llamamiento urgente de las Hermanitas de los Pobres de Pamplona, que se dedican en exclusiva a los ancianos necesitados y que vive de la providencia. Sin embargo, la pandemia ha mermado buen parte de sus ayudas. La superiora, María Dolores Ponce, explica que desde hace un tiempo no reciben la donación diaria que les llegaba de un supermercado y que llenaba los frigoríficos y la despensa de la residencia.
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Las Hermanitas de los Pobres necesitan leche, yogures y mascarillas


La estupidez humana (1ª parte) / por Carlo M. Cipolla



La primera Ley Fundamental asevera que “Siempre e inevitablemente, cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo.

Bocanegra
Madrid, 31 Marzo 2020
En 1976 el escritor italiano Carlo M. Cipolla escribió, sin pretensión alguna, un ensayo sobre la estupidez humana. En principio lo distribuyó solamente entre sus allegados, pero fue tal la repercusión que tuvo el boca a boca que doce años después lo publicó una editorial italiana. Al español se tradujo por vez primera en 1991. Y treinta años después, debido al confinamiento por el Coronavirus lo he desempolvado y vuelto a leer.

Como me parecen tan interesantes y de actualidad las reflexiones de este escritor italiano le he dedicado un tiempito a resumirlas motivado a ello por la cantidad de comentarios y opiniones que el personal recluido, está lanzando a las redes sociales responsabilizando al gobierno, no del problema del Coronavirus sino de su indolencia a la hora de actuar con determinación en la toma de drásticas medidas de contención en tiempo y forma.

Hay mucha gente, enfadada por la dramática situación que nos acongoja, y en sus indignados mensajes dirige al Presidente del Gobierno, a sus Ministros y voceros, palabras gruesas y escogidos epítetos. Después de leer este ensayo habrá, entre ese colectivo quejumbroso, --con razones sobradas--, quienes concluyan que algunos de estos dirigentes no son ni listos, ni necios, ni perversos, sino estúpidos redomados.


La estupidez humana
(Resumen de las Leyes que la rigen)
En la introducción a su ensayo Cipolla, afirma que los seres humanos, igual que las demás especies animales, a lo largo de la vida tenemos que soportar adversidades, penas, temores y frustraciones, “pero nosotros, los humanos, gozamos el privilegio de tener que cargar con un peso añadido, una dosis extra de tribulaciones debidas a un grupo de individuos pertenecientes a nuestro género humano.”
Este grupo, según Cipolla es más poderoso que la Mafia o que la Internacional Comunista. Está organizado, no se rige por ley alguna, no tiene jefe, ni estatuto, pero actúa en perfecta sintonía, como dirigido por una mano invisible.

La naturaleza, el carácter y el comportamiento de los miembros de este grupo es lo que Cipolla desarrolla en su ensayo para investigar, conocer, y en la medida de lo posible neutralizar, una de las más poderosas y oscuras fuerzas que imposibilitan el crecimiento del bienestar y de la felicidad humana.
Para ello, establece cinco Leyes Fundamentales, y vamos a reflejar en esta publicación inicial la tres primeras:

1.- La primera Ley Fundamental asevera que “Siempre e inevitablemente, cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo.

Ya en el Antiguo Testamento quedó registrado que el número de tontos es infinito (Stultorum infinitus est numerus). Sin embargo, Cipolla considera exagerada la aseveración puesto que el número de personas vivas es finito. Lo que sí tenemos constatado, en el día a día, es que hay personas pelmas y cargantes que entorpecen y obstaculizan nuestra actividad. Individuos obstinadamente estúpidos, que aparecen de improviso e inesperadamente en los lugares y en los momentos menos oportunos.

2.- La Segunda Ley Fundamental (Ley de Hierro) enuncia lo siguiente: “la probabilidad de que una determinada persona sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de la misma persona.


La afirmación de que todos los hombres, por naturaleza, somos iguales, hay que atribuírsela a la educación y al ambiente social, y no a la Madre Naturaleza. Cipolla no la comparte. Opina lo contrario: los hombres no somos iguales, porque entre la población humana hay una considerable porción de estúpidos.

“El hecho de que algunos sean estúpidos y otros no, se debe a los inescrutables manejos genéticos de la Naturaleza, del mismo modo que unos somos rubios y otros morenos; uno pertenece al grupo de los estúpidos de igual manera que otros tienen pertenencia a un  determinado grupo sanguíneo. O sea, que uno nace estúpido por designio inescrutable e irreprochable de la Divina Providencia.”


“Uno de los misterios indescifrables de la Naturaleza es la constante proporción varón-mujer entre los recién nacidos, independientemente de si los humanos se reproducen en el Polo Norte o El Ecuador. Se desconoce cómo la Naturaleza obtiene este extraordinario resultado, pero para obtenerlo debe operar con grandes números.
Y la prueba de que la educación y el ambiente social no tienen nada que ver con la personalidad de cada uno, la encontró Cipolla analizando distintos grupos de individuos, pertenecientes a diversas capas sociales: desde las más profundamente iletradas a las élites más instruidas.



Los resultados obtenidos fueron sorprendentes y por ello considera el autor del ensayo que esta segunda Ley es una Ley de Hierro. Los experimentos llevados a cabo (detallados en las páginas del ensayo en el apartado Intervalo Técnico) permiten afirmar a Cipolla que los individuos estúpidos son proporcionalmente tan numerosos entre los hombres como entre las mujeres; y que los pueblos llamados “desarrollados” no son al fin y al cabo tan desarrollados puesto que, “tanto si uno se dedica a frecuentar los círculos elegantes como si se refugia entre los cortadores de cabezas de la Polinesia; tanto si se encierra en un monasterio como si decide pasar el resto de su vida en compañía de mujeres hermosas y lujuriosas, persiste el hecho de que deberá siempre enfrentarse al mismo porcentaje de gente estúpida”.


(Seguirá)

El dictador / por Ignacio Ruiz Quintano



La de Sánchez es la tercera dictadura en un siglo: la de Primo, un genio de la simpatía; la de Franco, un genio de la guerra; y la de Sánchez, un genio de la incompetencia exaltado al puesto con la excusa de las “circunstancias extraordinarias”...

El dictador

Ignacio Ruiz Quintano / Abc
A lo tonto y a lo bobo, ahí tenemos a Sánchez, dictador de una dictadura comisaria, regalo de la Oposición que nunca existió, y a la espera de convertirla en soberana, que es a la que aspiran Pablemos y esa ministra de la nariz en latifundio que, como el Vargas de “Bananas”, goza anunciando que a partir de ahora, y porque ella lo manda, los días laborables serán… domingo.

La de Sánchez es la tercera dictadura en un siglo: la de Primo, un genio de la simpatía; la de Franco, un genio de la guerra; y la de Sánchez, un genio de la incompetencia exaltado al puesto con la excusa de las “circunstancias extraordinarias”, utilizada por toda la historiografía marxista para justificar el Terror de la Revolución francesa.

    –La virtud, sin la cual el terror es funesto, y el terror, sin el cual la virtud es impotente –fue el lema de Robespierre.

¿Que cómo hemos llegado hasta aquí? Pues porque no tenemos una Constitución política, como los americanos, reducida a las reglas del juego, sino ideológica, fruto del chalaneo, donde caben todos los modelos de sociedad conocidos, que es por lo que se relame Pablemos.

Para imponer la virtud contamos con un jefe de policía riojano que sale en TV para animar a la delación vecinal de los “insolidarios”, que en España la solidaridad, como el fascismo, es cosa que, cuando no está prohibida, es obligatoria. “Insolidaridad”, hoy, es no aplaudir en el balcón o bajar a la acera a pasear un cánido. Es el hermoso espíritu de sospecha desatado por la Ley de Sospechosos del cura Roger en la Convención. Era el paso previo a que Saint-Just (cuya caricatura aquí es Pablemos) propusiera el secuestro de todos los bienes de los sospechosos.

Y mientras estamos a setas, no estamos a rólex: de este espíritu de sospecha que alienta la dictadura comisaria de Sánchez con gente vestida de uniforme queda exento el Pollo Carvajal, narcobicharraco protegido en España de las zarpas de la DEA, que ofrece una recompensa de diez millones de dólares.

Sevilla. Hace 40 años: la Feria del referéndum / por Álvaro R. del Moral


Curro Romero y Pepe Luis Vázquez fueron algunos de los rostros
 más destacados de la temporada de 1980.

La última salida por la Puerta del Príncipe de Curro Romero fue uno de los escasos acontecimientos de la temporada en la que estrenamos autonomía.

Hace 40 años: la Feria del referéndum

ÁLVARO R. DEL MORAL
El Correo, Sevilla / 29 MAR 2020 
El 20 de febrero de 1980, hace ya cuarenta años, fue Miércoles de Ceniza. El lunes siguiente –día 25- el Cristo del Amor había presidido el Vía Crucis de las cofradías sevillanas en la Catedral. Quedaban sólo tres jornadas para que se abrieran los colegios electorales. Los andaluces habían sido llamados aquel 28 de febrero para responder a una farragosa pregunta que, de alguna forma, daba idea del complejo galimatías político y jurídico que había precedido la convocatoria de aquel referéndum que cambiaría la historia al Sur de Despeñaperros: “¿Da usted su acuerdo a la ratificación de la iniciativa prevista en el artículo ciento cincuenta y uno de la Constitución a efectos de la tramitación por el procedimiento establecido en dicho artículo?”. El resto es historia sabida aunque hubo que salvar nuevos escollos -incluida la conocida esgrima legislativa para sortear los adversos resultados de Almería- que acabaron desembocando en la autonomía plena que, con sus luces y sus sombras, ha disfrutado Andalucía en estas cuatro décadas.

Hablando de toros

Pero en esos días, inevitablemente, también se hablaba de toros; especialmente de los carteles abrileños que estaban por salir. Fueron muy comentadas las ausencias de toreros como Luis Francisco Esplá, Pepe Luis Vargas y, ojo, Manuel Benítez ‘El Cordobés’. El primero, reseñaba la prensa de la época, no se había puesto de acuerdo en el dinero a cobrar con Canorea... o Balañá. Pero escoció más –lógicamente- la falta de Vargas, que había reivindicado su cartel el año anterior al jugarse la vida a carta cabal con una corrida de Albaserrada en la feria de San Miguel. Y se quedó fuera... Como también quedó a las puertas de los carteles abrileños el mismísimo Benítez que había vuelto a los ruedos en 1979 con 43 cumplidos y siete de retirada. Sólo unos días antes de la presentación de las combinaciones definitivas se daba por hecho que estaría dos tardes en la plaza de la Maestranza. Pero no fue así...

El Faraón de Camas abrió su quinta y última Puerta del Príncipe
 en la Feria de Abril del año del referéndum.

Hace 40 años: la Feria del referéndum

La campaña comenzó el Domingo de Resurrección, que aquel año cayó en un 6 de abril. La empresa había montado un cartel de circunstancias –la corrida no había cuajado aún en el acontecimiento que hoy es- que reunía los nombres de Jaime Ostos, Ángel Teruel y Manolo Cortés que estoquearon un encierro de Fermín Bohórquez.

El ciclo continuado se inició el día 13 de abril. En los corrales había encerrados seis toros de Antonio Ordóñez que fueron despachados por Manili, Macandro y Tomás Campuzano que acabaría acaparando los titulares de la tarde. El personal pidió insistentemente una oreja que el palco denegó obligando al entonces jovencísimo diestro de Gerena a dar hasta tres vueltas al ruedo de desagravio. Su hermano José Antonio y los cameros El Almendro y Antonio Chacón no dejaron ningún recuerdo destacable al día siguiente con una corrida de Salvador Guardiola.

El festejo más destacado de aquella Feria de la autonomía se iba a celebrar el día 19 de abril. Sobre el papel era el primer cartel de campanillas del abono: Curro Romero, José María Manzanares y Espartaco estaban anunciados con una corrida de Carlos Núñez. El Faraón se entretuvo en cortar tres orejas que validaron la que iba a ser la última Puerta del Príncipe de su carrera. Josemari y Juan Antonio también obtuvieron un trofeo que en el caso del jovencísimo diestro de Espartinas era el primero que cortaba en la plaza de la Maestranza. Aún le quedaban seis largos años para romper en primera figura a raíz de la célebre faena al toro ‘Facultades’ de Manolo González.

Espartaco, futuro mandón del toreo, cortó su primera oreja
 en Sevilla en 1980. Después vendrían muchas más

Poco más hay que contar de aquel ciclo que se resolvió con escasos resultados para la estadística. Galloso, El Capea y Muñoz tumbaron una corrida de Osborne remendada con un ejemplar de Camaligera; Curro, Cortés y Ojeda hicieron las veces con otra del Marqués de Domecq; Paquirri, Manzanares y Espla estoquearon otro encierro de Núñez –lo de repetir ganaderías de postín no es nuevo- que se completó con un toro de Berrocal; Capea, Emilio Muñoz y Espartaco se enfrentaron a tres de Manolo González y otros tres de Antonio Ordóñez... hasta llegar al Viernes de Farolillos –con Ostos, Paquirri y Ángel Teruel en el cartel- en la que el diestro de Barbate cortó dos orejas del toro ‘Comadrón’, guinda de una corrida de Torrestrella. En medio se había celebrado una novillada picada, en la que brillaba con luz propia el nombre de Pepe Luis Vázquez Silva, anunciado junto a Mario Triana y el francés Richard Milian a plaza llena. Pepe Luis, que ya se había presentado en Sevilla el año anterior, resultó herido al poco de abrirse de capa dejando a los aficionados con la miel en los labios...

Quedaba el último tranco. Aquel sábado ferial volvía a hacer el paseíllo don Francisco Romero López acompañado, esta vez, de José Luis Galloso y Manili. Les esperaban seis de Maribel Ibarra a los que no cortaron ni una sola oreja. Los farolillos, a esas alturas, tenían ya poca mecha y la balanza de orejas quedó apuntalada con la escasa exigencia de la desaparecida matiné ecuestre dominical. Los hermanos Peralta, Alvarito Domecq, Manuel Vidrié, Antonio Ignacio Vargas y Joao Moura se enfrentaron a seis ‘ibarras’. Tocaron pelo Rafael, una; Vargas, dos; y Moura, un único trofeo. La cosa era más seria por la tarde: la corrida de Miura tenía que ser despachada por tres especialistas como Limeño, Ruiz Miguel y Antonio José Galán, que resultó herido dejando su segundo toro para el valeroso maestro de Sanlúcar de Barrameda.

El infortunado diestro de Barbate fue, con Curro, el gran triunfador del ciclo al desorejar a un gran ejemplar de Torrestrella.

Y los novilleros

4 de mayo se iniciaba el extenso serial de novilladas picadas que sumaron hasta trece espectáculos a los que hay que sumar los festejos sin picar. En los cuatro primeros –los días 4 y 18 de mayo y el primero y el cinco de junio- se pueden anotar nombres que luego lograrían fama de distinto calibre como matadores: hablamos, entre otros, de Juan Mora, Pepín Jiménez o Víctor Mendes, también del extremeño Luis Reina, a los que hay que sumar otros que no lograron abrirse paso como Fernando Vera, actual presidente de la tertulia taurina El Porvenir. Pero el toreo estuvo más pendiente esos días de la gravísima cornada sufrida por Paco Camino el día de San Fernando en la plaza de Aranjuez. Era la corrida de su reaparición en los ruedos y estuvo a punto de costarle la vida...

Pero el interés giraba en torno a la frágil figura de Pepe Luis Vázquez que, recuperado del percance de la feria –no había revestido demasiada importancia- se anunció el domingo posterior al Corpus –el día 8 de junio- para torear en el festejo organizado para la Cruz Roja Española. Se trató de una mixta abierta por el rejoneador Antonio Ignacio Vargas y en la que figuraba como matador Curro Romero. El festejo, que contó con ganado de Juan Pedro Domecq y Marqués de Domecq tampoco ofreció demasiados recuerdos para la historia...

Las novilladas picadas se reanudaron el día de San Pedro. Jesús Cardeño –que lograría una dudosa fama por el tremendo percance que le desfiguraría el rostro tres lustros después- acompañó a Mario Triana y el infortunado José Cubero ‘Yiyo’, que encontraría la muerte en 1985 en la plaza de Colmenar Viejo. En los siguientes festejos desfilan otros nombres que dejaron algún retazo en el recuerdo del aficionado: Roberto Bermejo, Vicente Salamanca, Melquíades Garrido, Álvaro Amores, el francés Curro Caro, Maldonado, Carlos Aragón Cancela, Pedro Santiponce... pero especialmente la figura menuda de aquella torera de larguísima coleta negra que se llamaba Maribel Atiénzar que, por cierto, cortó dos orejas.

En medio del serial novilleril, al día de la Virgen de los Reyes no le faltó su corrida de toros: un encierro de Murube remendado con un ejemplar de Ruchena que echaron abajo Manolo Cortés, Antonio Chacón y Pepe Luis Vargas que por fin había podido meter cabeza en un cartel maestrante. No debió quedar mal el menudo diestro ecijano para ser incluido en las combinaciones de San Miguel que en aquellos años, para qué nos vamos a engañar, solventaba el expediente con combinaciones de medio tono. En la primera de las corridas, el día 27 de septiembre, hicieron el paseo los diestros Gabriel Puerta y Antonio Alfonso Martín –que no tardarían en pasarse a las filas de plata- y el mentado Vargas. Por delante, en prólogo ecuestre, desfiló el équite Luis Valdenebro, ganadero de la corrida de la siguiente jornada –Marqués de Ruchena- en la que desfilaron Rafael Torres, Macandro y Antonio Chacón.

El 18 de octubre se organizó un festival organizado por la SER
 que contó con la presencia de toreros veteranos como El Calesero y Manolo Vázquez, además de Romero. (FOTO SEVILLATORO.COM)

Un festival memorable y rumores de reaparición

Pero a la temporada, sin toros el 12 de octubre, aún le quedaba un acontecimiento que dejó un gran recuerdo en los aficionados. Fue el festival organizado por Radio Sevilla bajo los oficios de Filiberto Mira que recordaba en su libro ‘Cien años de toreo en Sevilla’ los pormenores del festejo. “Vino expresamente a torearlo, desde México, el gentil Calesero que demostró ser el poeta del toreo. Se le admiraron delicias a Manolo Vázquez –decidió reaparecer- y a Curro Romero. Muy inspirado Manzanares, que tuvo su tarde cumbre en Sevilla. Superiores el rejoneador Domecq Romero y Tomás Campuzano. Muy bien el novillero Manolito Tirado...” Mira hablaba de la vuelta puntual de Manolo Vázquez para actuar en aquel festival de la SER. Pero algo rumiaba el veterano diestro de San Bernardo...

En 1977 ya se escucharon rumores de vuelta pero la eclosión novilleril de su sobrino Pepe Luis Vázquez Silva -hijo de su hermano Pepe Luis- fue el definitivo chispazo que le animó a volver a vestirse de luces para darle la alternativa. En su ánimo, posiblemente, también pesaba la fulgurante resurrección de Antoñete, reconvertido en el torero de la ‘Movida Madrileña’ y hasta los planes de vuelta de su rival de otro tiempo, el gran Antonio Ordóñez, frustrados posterior y definitivamente por una dura lesión que se hizo evidente después de torear sin fortuna en Palma de Mallorca y Ciudad Real. Manolo Vázquez tenía 51 años cumplidos el 11 de abril de 1981, Domingo de Resurrección, cuando volvió a hacer el paseíllo en la plaza de la Maestranza junto a Curro Romero y el flamante matador de la familia. Pero esa es otra historia...
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Informar no es asustar / por Paco Mora



Hay epidemia de coronavirus, sí, pero lo que de verdad tiene al país horrorizado, anonadado y al borde de la parálisis es el pánico, sembrado cada hora y cada minuto por unos medios de comunicación tremendistas, en los que más que información se está sirviendo el drama minuto a minuto con pelos y señales.

Informar no es asustar

Paco Mora
Me lo temía. Palabra de honor, y mi esposa, con la que me encuentro recluido en el domicilio familiar, puede dar fe de ello. Se lo comenté cuando el coronavirus comenzó a expandirse por Europa. “Esto en España puede ser catastrófico”, le dije, y siento en el alma no haberme equivocado. Pero a mi edad conozco muy bien a mis clásicos y su tendencia a hacer lo que les rote, tomándose a beneficio de inventario todo lo que no salga de su caletre. Si nos dicen que no hay que salir, nos pirramos por llevarle la contraria a los que, por entender del asunto, así lo han dictaminado. Incluso se convocaron concentraciones de miles de personas cuando ya China sufría los estragos de la epidemia, y en Italia comenzaban a caer como moscas. Ese grave error se lo debemos a los que ahora no tienen más remedio que dar la cara compungidos y llorosos.

Italia y España se llevan la palma de víctimas del COVID-19, no en vano son dos países de parecida idiosincrasia, donde impera el “¡Qué más da!” y el “No será para tanto”. Y así nos va. Lo que comenzó como un Jueves Lardero de merienda campestre, ha entrado de lleno en un acojono general con cornetas y tambores. Aquí nos acordamos de Santa Bárbara solo cuando truena. Lo de obedecer las órdenes cuesta un mundo e incluso nos creemos que desobedeciéndolas engañamos a los otros, cuando nos estamos engañando a nosotros mismos. Y para mayor Inri la gente presa del miedo -ahora sí- confinada en sus casas se pasa las horas zapeando en la televisión, en busca de las emisoras más escandalosas, que utilizan la epidemia para atrapar mayor audiencia, y en las que, por cierto, coronavirus es la palabra más repetida.

Hay epidemia de coronavirus, sí, pero lo que de verdad tiene al país horrorizado, anonadado y al borde de la parálisis es el pánico, sembrado cada hora y cada minuto por unos medios de comunicación tremendistas, en los que más que información se está sirviendo el drama minuto a minuto con pelos y señales. Y eso no es información. Eso es terrorismo informativo. Esa realidad me reafirma en el gran papel que pueden desarrollar los medios de información honestos, en los casos en que la tragedia repica a recio en un país.

Esta modesta publicación, que, afortunadamente, no manejan ni los resortes del poder ni los de la oposición, se ha quedado sin el día a día del toreo como fuente de información esencial que le es propia, pero, aunque no oculta las noticias que se imponen por sí mismas, ha centrado su razón de supervivencia, que es servir a los aficionados al mundo del toro los más diversos reportajes y artículos de opinión, que tienen la Tauromaquia como eje y razón de su existencia. Pero las televisiones y las cadenas radiofónicas, mayoritariamente, han cogido el carrilet del COVID-19 y, dale que te pego, han hecho de sembrar el pánico el único argumento válido para mantener, y aumentar, si posible fuera, su audiencia. Lo siento, pero tenía que decirlo para tratar de evitar la náusea..

lunes, 30 de marzo de 2020

El policía que alerta de la pandemia y lo cesa el infame Marlaska



Cesan al responsable de la Policía que redactó el primer protocolo de actuación frente al coronavirus.

  La decisión de la Dirección se tomó tras filtrarse las medidas que debían tomar los agentes para evitar el contagio. Leer más...+

La prueba: El documento oficial y la fecha 24 de Enero de 2020

José Antonio Nieto González, médico, especialista de trabajo y técnico superior de riesgos laborales, era el responsable del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de la Policía Nacional.

Este hombre, del que dicen que es un visionario y uno de los prevencionistas policiales mas prestigiosos del mundo, vio la que se nos venía encima poco después de las primeras alarmas en China.

El 21 de enero avisó mediante nota interna a sus superiores del enorme riesgo que suponía el coronavirus para España y para los policías.

El 24 de enero envió un email a todos los agentes en el que hacía recomendaciones de higiene, explicaba los síntomas, cuáles eran las vías de contagio, y advertía de que el coronavirus podía llegar a España. Recomendaba a los agentes que intervinieran en el control de llegadas de vuelos procedentes de China el uso de guantes de nitrilo, de mascarillas FP2 y recomendaba que "se eviten aglomeraciones".

Esto salió en algunas televisiones y al gobierno no le gustó nada. Había que "evitar crear alarma social" le dijeron.
Pese a todo, este hombre fué fiel a sus compañeros, ignoró al gobierno, mantuvo las recomendaciones y liberó 300.000 euros con los que adquirió 14.000 mascarillas y 22.000 pares de guantes para los agentes en puestos de más riesgo. El 31 de enero se detecta en España el primer caso de infección por COVID-19

El 27 de febrero se celebró una reunión con el Ministerio de Sanidad, un miembro del equipo de Fernando Simón y los responsables de prevención de Policía y Guardia Civil. Allí manifiesta que "Igual que los sanitarios, las fuerzas del orden son prioritarias". Sanidad emite un informe calificando a Policía y Guardia Civil como como personal con baja probabilidad de exposición al coronavirus. 

Este hombre honrado, competente, leal con los suyos y valiente, se sube por las paredes. Se cuenta que esos días se encaró con más de un político de segunda fila. Redacta un estricto protocolo de prevención para la Policía Nacional y, antes de publicarlo, un sindicato policial próximo a la PSOE se encarga de filtrarlo. El protocolo protegía a los agentes, pero podía crear alarma social.

El 14 de marzo, con la epidemia ya descontrolándose, este policía admirable es cesado por el infame Marlaska. Tres meses antes de su jubilación.

Ahora que vengan los voceros socialistas a establecer el falso relato de que nadie podía prever esto.

Lo sabían y de momento 7.500 muertos son el precio que pagamos por la megalomanía de Pedro Sánchez.

Hoy España encabeza la triste lista de contagiados entre las fuerzas de orden público.
Yo aplaudo a este valiente y maldigo a los que le impidieron trabajar.
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El Director Adjunto Operativo del CNP, José Ángel González, en rueda de prensa en La Moncloa - EP
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Bajezas de los Países Bajos. Interior holandés


Mark Rutte, el demagogo-liberal primer ministro holandés que niega ayuda de la UE a Italia y España

..no me ha sorprendido nada la reacción de rechazo de los holandeses ante el cuidado y los sacrificios "irracionales"que españoles, italianos, griegos y supongo que todos los europeos bien nacidos hacemos por nuestros padres, abuelos, tíos, madres y demás parentela que ha superado la sesentena.

Bajezas de los Países Bajos
Interior holandés

Sertorio
El Manifiesto / 30 de marzo de 2020
Holanda es el país de las hermosas ciudades patricias, con tejados de gabletes y muros de ladrillo, con canales, esclusas, jardines primorosamente cuidados e, incluso, hospitales alegres, como el que pude visitar en Groninga, donde debe ser de mal gusto estar enfermo. Holanda la habita gente agradable, educada, discreta, realista y bastante guapa, alta y atlética. En fin, Holanda es un país más perfecto que la pretendida utopía nórdica, ese infierno sin sol donde la gente se suicida y la depresión alcohólica es el humor predominante entre los beneficiarios del Estado del "Bienestar". Vivero de excelentes pintores, audaces marinos y célebres científicos, Holanda, el país de Erasmo y de Huizinga, es el ejemplo de nación burguesa, más que Inglaterra y Francia. Tolerante, juiciosa, nada heroica, rebosante de buenos alimentos, comodidades y sentido común, encarna el ideal del liberalismo burgués de los últimos tres siglos.

Pero de los Países Bajos también han salido la desesperación trágica del Rembrandt viejo, la esquizofrenia de van Gogh y las siniestras cuadrículas de Mondrian. Allí, durante el siglo XX, eclosionaron los peores engendros del racionalismo, y el viajero que se dé un paseo por los nuevos barrios de Amsterdam o por las ciudades de Flevoland podrá entender hasta qué punto la razón es una droga y su abuso uno de los peores vicios. Por eso, no me ha sorprendido nada la reacción de rechazo de los holandeses ante el cuidado y los sacrificios "irracionales" que españoles, italianos, griegos y supongo que todos los europeos bien nacidos hacemos por nuestros padres, abuelos, tíos, madres y demás parentela que ha superado la sesentena. Es curioso que los defensores del relativismo sean inflexibles y nada tolerantes a la hora de imponer ciertos derechos como el aborto, la eutanasia o el triaje, al mismo tiempo que impiden que la sociedad castigue de manera ejemplar a los peores criminales.

La práctica del triaje, llevada con singular frialdad por los neerlandeses --tan amantes de los animales y los tulipanes, tan progresistas y delicados defensores de los derechos de todas las minorías--, no se origina, como algunos insinúan, en el protestantismo, por lo menos del clásico, que sigue fiel al Decálogo de Moisés y a eso de honrarás a tu padre y a tu madre. Aunque con el caos que reina entre los evangélicos del norte de Europa, cualquiera sabe... El triaje tiene su origen en los hospitales de campaña, no viene ni de Lutero ni de Calvino, pero se adapta muy bien al fría tecnocracia de Max Weber y sus émulos, expertos en aplicar la lógica de la economía y de la sociología ilustrada a sus cobayas: nosotros y nuestros mayores

El progreso ha ocasionado un feliz alargamiento de la vida humana porque las condiciones materiales de nuestra existencia han mejorado; eso también causa un mal sobrevenido, que es el deterioro progresivo de la calidad de esa vida tan larga. Morir se ha convertido en un proceso complejo y, sobre todo, caro. Los buenos burgueses, extremadamente parsimoniosos con sus fondos, no pueden dejar de pensar como lo que son, racionalistas, economicistas y materialistas. "Los viejos ya han vivido demasiado, no tienen nada que ofrecer a la sociedad, mientras que los jóvenes tienen largos años por delante, su mantenimiento es menos costoso y pueden aportar su trabajo e innovación. En casos de emergencia, pues, concentremos los recursos sanitarios en los jóvenes y dejemos morir a los viejos. Así, además, aligeraremos el presupuesto en pensiones." Un razonamiento impecable, sobrio, lógico, económico, científico, inexorable, coherente, de una rentabilidad clara. Qué pena que no sea humano. No por algo nos llevan dos siglos y medio de adelanto en eso de la Ilustración.

Hace más de tres centurias que el pasado, la religión, el sufrimiento y los lazos de patria, sangre y fe fueron tildados de irracionales y condenados a una desaparición progresiva. Todo lo que no estuviera encaminado a hacernos mas ricos, saludables y felices en un plano absolutamente individual y material no merecía la pena que existiera. Desde que salió de Holanda en el siglo XVII, el liberalismo clásico se ha centrado en la búsqueda de la libertad y la felicidad del individuo abstracto, sin patria ni fe ni familia, un ciudadano del mundo-mercado, un fiel que deserta de los templos paternos y adora a un Becerro de Oro automático, productor infatigable de monedas y juguetes que entretengan al homo oeconomicus y lo alejen de mirar hacia su interior.

Pero, pese a todo, ni la muerte, ni la enfermedad ni el sufrimiento han dejado de existir. La vida se ha alargado pero se acaba, el sufrimiento se puede paliar pero no del todo y todas las enfermedades se curan... menos la última. Ahí siguen los mismos interrogantes que obsesionaban a nuestro antepasados, entre los que la muerte, el sufrimiento, la pobreza y la enfermedad eran cotidianos y visibles --evidentes--, como verdades que ningún progreso va a poder liquidar, a no ser que se acabe con el propio ser humano. Por eso se sigue leyendo a Dostoievski y se olvidan las novelas pastoriles. En ese aspecto, nuestros "socios" holandeses están muy avanzados. La felicidad es un perpetuo presente sin pasado, pero con ficticias anticipaciones de un futuro que no llega. Pero es que la felicidad no existe, sino los momentos de dicha. Es difícil suponer que ser feliz sea lo mismo que ser confortable, pero nuestros tecnócratas siguen creyendo que una población bien cebada, sedada y entretenida lo es: confunden la ambrosía de los dioses con el prozac de los farmacéuticos.

Todo pasado, todo lazo de sangre y de fe es un obstáculo para la felicidad del individuo abstracto de la Ilustración, ese ser sin ataduras, salvo las del mercado, y sin señas de identidad, sin memoria y sin alma, simple instrumento de las fuerzas económicas. 

¿Qué tiene de extraño que quieran borrar del mapa a los ancianos, que son historia, pasado, raíces? ¿No es mucho más alegre y rentable un mundo sin viejos? ¿No es mejor abreviar sus sufrimientos y arrojarlos al nirvana del no ser? Han caducado, son chatarra humana.

Sé que muchos pensarán que los holandeses tienen razón. Simplemente les digo: algún día seréis viejos. Pero cuando dejamos que ciertos poderes se permitan el capricho de dictar quién debe vivir y quién debe morir, puede que no se detengan sólo en los ancianos. ¿Por qué no liquidar a todo aquel cuyo mantenimiento suponga un coste excesivo para el Estado? ¿por qué permitir que siga alentando gente que nunca va a tener las condiciones para una vida "digna" según los doctores Simón del Estado del Bienestar? 

Curiosa sociedad la nuestra, que protege a los criminales y extermina a los inocentes e indefensos. Hoy más que nunca deberíamos leer a Dostoievski.