la suerte suprema

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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

viernes, 20 de marzo de 2020

Paco Camino: "Hoy te dicen los toreros . Es que el toro está para mirar y tú eres el que tienes que resolver la papeleta"



- "El toro de antes era más listo y más espabilado"

- "Éramos amigos íntimos en la calle pero en la plaza éramos perros. Enemigos. Ahora se besan mucho"

- "Hoy se torea incluso más bonito pero no hay la emoción que había antes"

- "Ahora te enseñan el oficio. Y este, ¿qué oficio es? Esto no es oficio, esto es arte"

- "En mi época no se podía rehuir porque venían otros arreando"

Entrevista a Paco Camino
"Hoy te dicen los toreros <es que me ha mirado>. Es que el toro está para mirar y tú eres el que tienes que resolver la papeleta"

Marzo/2020
Cada vez que enumeramos los grandes toreros que han escrito la historia de la Fiesta de los toros, uno de los nombres que siempre mencionamos es Paco Camino. Nació el 14 de diciembre de 1940 en la localidad sevillana de Camas, de ahí que más tarde, cuando comenzó a mostrar una inteligencia fuera de lo común, se le conociese también como "el niño sabio de Camas". Camino tenía una serie de cualidades difíciles de reunir en un matador, pudiendo decir que ha sido Torero, con mayúsculas. Porque a la citada inteligencia, hay que sumarle poder, clasicismo, naturalidad... Una especie de superdotado que tomó la alternativa en Valencia en el año 1960 de manos de Jaime Ostos y Juan García "Mondeño", y que destacó en una época en la que había un buen ramillete de toreros, cada uno muy distinto: la pureza de Ordóñez, el revolucionario Manuel Benítez "El Cordobés", el apabullante Diego Puerta, el toreo fundamental de El Viti, los artistas Curro Romero y Rafael de Paula, también estaban Litri y Aparicio... Y algunos más. Una etapa gloriosa en la que la variedad captaba a todo tipo de público, y en la que había que ganarse los contratos tarde a tarde porque rápidamente perdías el sitio.

Este 2020 es especial para él. Cumple los 80 años y, además, hace 60 de su doctorado y 50 de la famosa Beneficencia en la que cortó 8 orejas. Por eso, hemos hablado con el maestro para repasar aspectos de su carrera y del toreo a lo largo de todo este tiempo.

- Usted fue protagonista durante de dos décadas, la de los sesenta y setenta, en las que había toreros muy buenos y diferentes.

Cada uno tenía su estilo. Hoy se torea mejor pero más ensayado, y no se improvisa delante del toro. En la cara del toro hay que improvisar.

- Había una terna que era Puerta, Camino y El Viti. Casi nada.

Muy bonita. El Viti con su seriedad y su clásico toreo, Puerta que era un jabato y yo a mi estilo.

- Ahí había que morder todas las tardes.

Había que estar muy encima porque era una competencia tremenda. Éramos amigos íntimos en la calle pero en la plaza éramos perros. Enemigos. Ahora se besan mucho. En mi época se competía mucho y con muchos toreros. Estaba ese Miguelín que era un fenómeno, Ordóñez, Chamaco, Aparicio, Litri...

- Otro grande, que pienso que la historia no ha llegado a ser justa con él, ha sido Rafael Ortega.

Era un fenómeno. Muy profundo, muy hondo y muy puro.

- ¿Y ese conocimiento que usted tenía del toro?

Yo es que todas las corridas de toros que he visto me he fijado. Me fijaba en mi toro y en los de mis compañeros. No veía mis dos toros, veía los seis. Y además era una época en la que había un interés que yo no veo ahora. Estábamos en los burladeros y había muchas volteretas y cornadas. Ahora, gracias a Dios, no pasa tanto. Se va avanzando.

- Sí, pero es verdad que a pesar de su capacidad y conocimiento, sufrió más de 30 cornadas. Ahora los toreros que más torean se pasan temporadas y temporadas sin sufrir un varetazo. Eso tampoco es normal. No sé si es avanzar eso...

Esto ha cambiado mucho. El toro de antes era más listo y más espabilado. Más chico pero era otra cosa. Se movía mucho. Salían muchos malos y había que saber el oficio, hacer lo que el toro exigía y estar mentalizado y muy preparado.

- El toreo de hoy ha cambiado.

Se torea incluso más bonito pero no hay la emoción que había antes.

- Es todo muy previsible.

El toro, por ejemplo, el de Santa Coloma, era un toro muy listo desde que salía hasta que se moría. Era otra cosa, otro aire. He toreado toros de Santa Coloma durante toda mi vida y en todos lados. Es un encaste duro pero hay que entenderlo. Yo mataba muchas corridas de Santa Coloma, pero mataba también Atanasio, Antonio Pérez, Benítez Cubero, Torrestrella... Que por cierto lo de Torrestrella era muy bravo y molestaba. ¡Pero es que es normal que el toro bravo moleste!

- Por eso, cuando hablan de José Tomás y de que le dan muchas cornadas, yo digo que es que se pone en el sitio.

Se pone en el sitio que se tiene que poner, donde está la emoción y la creatividad. Eso es otra cosa. Ese es aparte. Es un privilegiado. La gente lo que quiere es que se arrime un torero, y así se emociona. Si no emociona no hacemos nada.

- ¿Es verdad que entrenaba poco?

Nada. Yo mataba cien corridas entre España, Francia y América, ¿para qué voy a entrenar? Y corridas importantes. En la feria de Madrid toreaba cuatro o cinco tardes, en Bilbao mínimo tres tardes, Pamplona también dos o tres tardes...

- No rehuía de ninguna plaza.

Es que ahí no se podía porque venían otros arreando.

- Usted de novillero ya exigía y ganaba dinero.

De novillero se ganaba porque la gente iba a las novilladas. Había muchos novilleros muy buenos. Se veía que iban a hacer algo en el toreo.

- Actualmente las novilladas han bajado.

Te voy a decir una cosa. Yo nací de la nada. Nunca he tenido un duro porque mi familia no tenía dinero, y toreé doce novilladas sin caballos en Zaragoza. Cortaba tres orejas o cuatro orejas y un rabo. Todo para que me repitieran porque si no te mandaban para tu casa.

- Y los novilleros de hoy ya parecen figuras. No parecen salir a comerse el novillo.

Ahora ha cambiado mucho. Ahora te enseñan el oficio. Y este, ¿qué oficio es? Esto no es oficio, esto es arte.

- Ve a los novilleros muy solventes.

Hay que darles novilladas pero si te ponen en Zaragoza o como a mí en Barcelona, que fue donde debuté con caballos en el mes de febrero, y toreé veintidós en esta plaza. ¡Y porque me peleé con Balañá en julio!

- ¿Qué le pasó con él?

Lo de siempre. El dinero. Pero después no fue problema y me llevé estupendamente bien con toda la familia.

- Le apoderó D. Pablo Chopera.

Toda mi vida. Cuando se murió seguí con ellos porque a mí no me ha gustado nunca cambiar.

- Echo en falta esos promotores.

Lo que falta es imaginación en los toreros. Porque cuando un tío pega un pelotazo, como Aguado, torea como el que más.

- Usted tiene doce puertas grandes de Madrid. Once de ellas seguidas, concentradas en diez años. Difícil que alguien lo iguale.

Soy el que más puertas grandes tiene en Madrid por San Isidro, no fuera de feria. Todas fueron durante la feria menos la de Beneficencia.

- Además, la abría no cortando dos orejas, sino tres, como el día de la confirmación de Paquirri. Y con toros de distintos encastes. Galache, Baltasar Ibán, Pablo Romero...

Así es. Y referente a Paquirri, es que venía arreando y había que pararle los pies.

- La famosa corrida de Beneficencia cumple ahora cincuenta años. Una tarde inolvidable. Las cabezas de los siete toros están en el museo de Las Ventas.

Fue por el conjunto. Por salir bien matando siete toros en Madrid, y de Miura, Pablo Romero, Buendía... Son días muy difíciles.

- ¿La faena que más recuerda?

En Madrid he toreado muy bien. Incluso días en los que en vez de dos orejas he cortado una.

- ¿Un torero que le emocione además de José Tomás?

Talavante. La naturalidad y el toreo que tiene en la cabeza. También improvisa, que es lo importante. Aquí no es pegar pases con la izquierda y con la derecha, se trata de pensar delante del toro. Eso es lo más importante. Ser capaz de resolver por tu categoría.

- Usted echaba la muleta, esperaba y aguantaba las miradas de los toros, y los llevaba muy toreados, dando un pase tras otro. 

Hoy se hace mucho el tiovivo, que no es ligar, es encadenar. No se remata bien un pase y se comienza el otro.

Para ser algo en la vida hay que ser distinto a los demás. Yo no he sido ni más bueno ni más malo, pero he sido y sigo siendo muy aficionado. Me encanta el toreo bueno y puro. Y el torero que esté en las ferias todos los años, no torear una un año, no torear ninguna... Eso no es.

- No hay que vivir de la renta.

Hay que estar en la cresta siempre. Desde que uno empieza hasta que termina.

- Respecto a lo de aguantar la mirada, qué difícil...

Es que hoy te dicen los toreros "es que me ha mirado". ¡Coño! Pero qué quieres que no te mire o qué. El toro está para mirar. Tú eres el que tienes que resolver la papeleta.

- El toro está para cogerte.

Es ley de vida. Si el toro lo que quiere es coger. Es normal.

Por David Zamora
Miembro de la Unión de Bibliófilos Taurinos

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