Zalenski intervino con un discurso que rezuma “ley de memoria histórica” progre y que demuestra, que quién le redactó el texto de la soflama, ha sido educado, como él, en la Rusía Soviética y desconoce la historia de España. El mandatario ucraniano o su “redactor”, no se han preocupado de averiguar, que las empresas por él denunciadas en el Congreso de los Diputados, no negocian en suelo ruso y que la masacre realizada por los comunistas soviéticos en Paracuellos, es lo que más se asemeja, a la barbarie cometida en Bucha. Zelenski se ha referido al bombardeo de Guernica y sus muertos, cuando en los bombardeos comunistas de Cabra y Zaragoza, murieron muchos más españoles que en la población vizcaína.
Esto sucede, pocos días después de la intervención de Vlodimir Zalenski ante el parlamento holandés, donde siguió con la moda impuesta por la progresía mundial ́. Cargó contra España en una intervención telemática, ensalzando la revuelta que protagonizaron los holandeses en el siglo XVI contra la “tiranía” del monarca español Felipe II, que ocupaba esas tierras, evitando decir, que los nobles holandeses se rebelaron contra su rey legitimo, por un problema de cobro de impuestos utilizando como excusa, la religión.
Zelenski recordó, que los Países Bajos se “fundaron” como Estado después de la Guerra de los 80 años contra las tropas españolas, y lo ha puesto como un signo de resistencia:
“Este viernes los Países Bajos conmemoran el 450.º aniversario del levantamiento contra la tiranía. Eso es fundamental para vuestra sociedad. Eso es historia, un legado. Lo consiguieron hace 450 años, pero ahora hablo como si fuera hoy. ¿Por qué se fundaron los Países Bajos? Por la libertad, la democracia, la diversidad religiosa. Así empezó el camino hacia una Europa unida”.
Ayer, ni gobierno ni oposición, se han atrevido a contestar a los insultos de la nueva vaca sagrada de la opinión pública occidental, llamada Zelenski. Ante el silencio de nuestra clase política por esta ofensa, nosotros como españoles, no podemos tolerar este tipo de intervenciones ante parlamentos nacionales, donde se ha proferido un insulto a nuestra patria, lanzado este actor, ante los enemigos de la fe católica y de la Monarquía Hispánica. España nunca fue una tiranía. España fue el paladín de la libertad de los pueblos donde reinó su Ley, la cual no era otra, que la del Evangelio y la de la Fe Católica.
La Corona de España era la monarquía legitima reinante en Flandes, y por lo tanto, no había ocupado o invadido esas tierras, como dice Zelenski. España garantizaba la libertad, la vida y la hacienda del pueblo católico flamenco, contra la tiranía de los protestantes calvinistas, financiados por Inglaterra y los hugonotes franceses. España defendía a la fe católica, perseguida por los reformistas de Lutero, que asesinaban y perseguían, con un odio visceral, a los que profesaban la Verdadera Fe en Holanda y Zelanda. España no representaba la tiranía, como miente Zelenski, España evitaba con su presencia y gobierno, que se masacrara a una gran parte de la población de Flandes.
Entre el 10 de agosto y octubre del año de 1566, se destruyeron y quemaron, por los protestantes, todas las iglesias y conventos de Holanda y Zelanda, asesinando a párrocos y monjes.
Como ejemplo, cito a los mártires de Gorcum. Diecinueve monjes católicos que fueron torturados y muertos en 1572, sacados de su convento por los protestantes flamencos, llamados “los mendigos del mar” y llevados ante Guillermo II de la Mark. Fueron obligados a apostatar de la Fe y a renunciar la obediencia al Papa. Ninguno lo hizo y fueron ejecutados con la horca. Todos canonizados en 1865 por Pio IX.
Pero una vez abierta la veda de los insultos a España, a nuestro rey Felipe y a nuestras empresas, por parte de este “cómico”, voy a desenmascarar quién es este individuo que se ha sido coronado como “héroe de la libertad”, por los políticamente correctos, por los anglosajones y por los neerlandeses, todos enemigos tradicionales de España.
Ucrania no es un lugar idílico donde reinara la libertad antes de la guerra. Ucrania está siendo utilizada como un accesorio de Estados Unidos, para enfrentarse indirectamente a Rusia. Al frente de Ucrania, esta una clase dirigente corrupta, cuyos intereses difieren de los del noble y heroico pueblo ucraniano.
Ucrania antes de la guerra, era un país pobre, en el cual, su PIB per cápita, era inferior al de Botswana y en el ranking de “Transparencia Internacional” estaba situado en el puesto 122 del mundo, Su Corruption Index, la coloca cerca de México. Como ejemplo añado, que España ocupa el puesto 34 en este indicador.
A efectos de conocer cómo era antes de la guerra la Ucrania de Zalenski, hago mención a un dato: en el año 2021, el 23% de los ciudadanos ucranianos tuvieron que pagar “una propina bajo cuerda” a los funcionarios del estado, para acceder a los servicios públicos.
El Fondo Monetario Internacional, en su informe de 2021, se mostró preocupado por “deficiencias en el marco jurídico, corrupción generalizada y grandes partes de la economía dominadas por empresas estatales ineficientes o por oligarcas” en la Ucrania de Zelenski.
Esta prevaricación generalizada del aparato estatal de Ucrania, justificó las reticencias de la Unión Europea, a que Ucrania formara parte del selecto club de Bruselas.
La corrupción de la administración de Zelenski, provocó que el Fondo Monetario Internacional, paralizara el envío de ayudas financieras, a causa de “… las amistades peligrosas del actual presidente con la corrupción…”, tal y como publicó el Wall Street Journal, antes de que Zelensky fuera nombrado “campeón de la libertad” por la prensa del “establishment”.
Zalenski fue fabricado, con el apoyo de Soros y del ucraniano Igor Kolomoiski, presidente de la comunidad judía ucraniana. Llegó al poder siendo un actor cómico de una serie de éxito en Ucrania. En esta serie televisiva, actuaba representando a un profesor que sorpresivamente, era elegido presidente de un país, con el mandato de luchar contra la corrupción. De hecho, la serie que lo catapultó a la fama, “Servidor del Pueblo”, fue emitida por el canal con más audiencia de Ucrania, 1+1, propiedad de Kolomoiski.
Este actor cómico llamado Zelensky, utilizó su popularidad en esa serie de humor llamada el “Servidor del Pueblo” para montar un partido político con el mismo nombre que la citada serie. En sólo tres meses de campaña electoral, arrasó en las elecciones. Este partido y el propio Zalenski, fueron financiados por una de las ramas de la fundación de George Soros, Open Society, siendo apoyado por el Foro Económico Mundial de Klaus Schwab, el mismo que está detrás de la Agenda 2030, del “Gran Reinicio” socialista que nos llevará a “no serás dueño de nada y serás feliz”.
El pueblo ucraniano votó masivamente, en las elecciones presidenciales, a Zelenski, creyendo que ese “cómico”, que no se corta en insultar a España y a nuestra historia ante los holandeses, haría en la realidad lo mismo que el personaje de TV hacía en la serie: luchar contra la corrupción de un estado postsoviético, como es Ucrania. Pero evidentemente, ese deseo, estaba muy alejado de la realidad.
Zelenski, mediocre actor, fue elegido presidente, a causa de la desesperación de un pueblo saqueado por la corrupción de un estado fallido, sostenido por Alemania y EEUU, que estaba deseoso de encontrar un líder que le sacara del caos y de la desorientación histórica en la que se encontraba sumido.
Pero remontemos un poco en el tiempo, para comprender aún más, de dónde viene el títere Zalenski, que ahora jalea a los herejes holandeses contra España, en el parlamento Neerlandés.
En 2014 el presidente ucraniano Yanukovich, democráticamente elegido en unas elecciones supervisadas por la OSCE, se negó a firmar un acuerdo comercial con la Unión Europea, que incluía el compromiso de adherirse a las políticas “militares y de seguridad” de la UE.
El 3 de abril de 2014, uno de los ex consejeros del entonces secretario de Estado John Kerry, David Archer y Hunter Biden, hijo del entonces vicepresidente Joe Biden, se reunieron en Italia, en el Ambrossetti Club, a orillas del lago Como, con el multimillonario Stephen Schwartman, director del fondo de inversiones Blackstone .
A consecuencia de esta reunión, David Archer, se convirtió en miembro del Consejo de administración de Burisma Holdings, una de las compañías más importante de Ucrania en el sector del gas natural, cuyo propietario era objeto de acciones judiciales iniciadas por el FBI estadounidense y el MI5 británico.
Estos servicios de inteligencia y policiales, descubrieron que el propietario de Burisma Holdings, el oligarca Mykola Zlochevsky, quien había sido en Ucrania, ministro de Recursos Naturales del gobierno de Yanukovich, se había concedido ilegalmente, licencias para sus compañías petroleras y gaseras en suelo ucraniano.
David Archer se convirtió en cabeza visible de los negocios del oligarca ucraniano Zlochevsky, lo cual le valió ser remunerado con 83.333 dólares al mes. En el sitio web de Burisma Holdings apareció inmediatamente una foto de David Archer en la Casa Blanca, con el entonces vicepresidente Joe Biden.
El día 11 de mayo de 2014, el vicepresidente Joe Biden y sus consejeros Jake Sullivan y Antony Blinken viajaron a Kiev para dirigir al régimen surgido del golpe de Estado de la Plaza Maidan, la ayuda de Estados Unidos y patrocinar unas «elecciones creíbles». El golpe fue instigado por EEUU, como reconoce el Cato Institute.
El 12 de mayo de 2014, Hunter Biden, el hijo drogadicto de Joe Biden, fue incorporado al consejo de administración de Burisma Holdings. Poco después, Christopher Heinz, hijastro del secretario de Estado John Kerry, David Archer y Hunter Biden ya formaban parte del consejo de administración de Burisma.
Todo eso se hizo a través de testaferros que no saben absolutamente nada sobre la industria del gas pero que tenían en común su participación, junto a Hunter Biden, en las fiestas donde este hijo del hoy presidente de Estados Unidos solía consumir droga. A eso se refería, con toda razón, el presidente ruso Vladimir Putin.
A finales de 2014, por instrucciones de David Archer y de Hunter Biden, Burisma Holdings sobornó con 7 millones de dólares al fiscal general de Ucrania Viktor Shokin, que había sido nombrado por el nuevo régimen del presidente ucraniano Petro Porochenko, para que redactara documentos falsos y cerrara las acciones judiciales contra la empresa y contra su propietario oligarca. Existe una grabación de una conversación telefónica donde se oye al ya presidente ucraniano Petro Porochenko, confirmando al vicepresidente estadounidense Joe Biden que el asunto estaba «arreglado».
Estados Unidos, utilizó a su “agente” Porochenko, que había sido ex ministro del presidente «prorruso» de Ucrania Yanukovich, para esta sucia acción “procesal”. Más adelante, el fiscal general fue apartado de su cargo, tras una votación de la Rada Suprema (Parlamento ucraniano) auspiciada por Estados Unidos, la Unión Europea, el FMI y el Banco Mundial, los cuales querían salvar de las acusaciones de corrupción a la oligarca y ex primer ministro Yulia Timochenko. Esta había sido condenada por un tribunal de Kiev a siete años de prisión y a inhabilitación para ejercer cargos públicos durante tres años por firmar ,en enero de 2009, cuando era primera ministra, un acuerdo de suministro de gas con Rusia por valor de varios millones de dólares. Pasó tres años en la cárcel.
Timoshenko ocupó el cargo de primera ministra desde enero hasta septiembre de 2005 y de nuevo, desde diciembre de 2007 hasta marzo de 2010. Ha sido juzgada por abuso de su cargo por firmar el contrato entre Naftogaz Ucrania (la empresa estatal de hidrocarburos de Ucrania) y el gigante ruso de energía Gazprom.
Todos esos hechos fueron ampliamente publicados en la prensa ucraniana. Según el Wall Street Journal, el secretario de Energía estadounidense, Rick Perry, presionó al presidente Volodimir Zelenski para se deshiciera de los administradores de la compañía gasera pública Naftogaz y los sustituyera por otros como el straussiano estadounidense Amos Hochstein, hoy Enviado Especial y Coordinador de Asuntos Energéticos Internacionales en la administración Biden.
En julio de 2019, el presidente estadounidense Donald Trump solicitó al presidente ucraniano Volodimir Zelenski que investigara esos casos de corrupción, incluyendo el del secretario de Energía de su propia administración. El presidente Zelenski se negó. Cuando Trump lo presionó, un funcionario de la inteligencia estadounidense reveló el contenido de aquella conversación y acusó al presidente Trump, de usar a Ucrania para perjudicar a su rival, el candidato demócrata Joe Biden. La respuesta de los lobby de poder demócratas, no fue otra que la apertura en el Congreso de un impeachment contra Trump.
Después de los acontecimientos de la Plaza Maidan en el año 2014, de un golpe de estado financiado por EEUU que derroco al presidente ucraniano Yanukovich con la excusa de ser «prorruso», de la corrupción en las empresas ucranianas de gas y petróleo repartidas entre oligarcas ucranianos y “hombres de negocios” norteamericanos, de unas elecciones financiadas por Soros y Kolomoiski, que ganó Zelenski, no cabe duda, que el que llama “tiránica” a España y a su rey Felipe II, es una criatura creada por EEUU. El origen de su meteórico ascenso, se gestó por la subsecretaria de Estado estadounidense Victoria Nuland, durante la «revolución de la dignidad» de la Plaza Maidan.
Desde entonces, como hemos visto, Hunter Biden –hijo del actual presidente estadounidense Joe Biden– y sus socios, coparon el poder en Kiev y de apropiaron de los fondos provenientes de sus ventas de gas en ucrania y se adoptó una ley racial en contra de las minorías de Ucrania, como rusos, tártaros o húngaros. Mientras, el movimiento ‘Black Lives Matter’ que ha derribado en EEUU, las estatuas de nuestros héroes y santos, no ha dudado un momento en apoyar a Zelenski. Al igual que este movimiento “negro”, el nuevo régimen que llegó a Kiev tras la revuelta de “Maidan”, estaba formado por agitadores profesionales.
Los europeos occidentales, no somos ajenos a lo sucedido en Ucrania, Blackstone y los amigos y socios del presidente Joe Biden han sido los primeros en especular con el gas antes de la guerra, desde hace más de un año. Sabían que estallaría una crisis con Rusia y no han fabricado gas licuado en EEUU, con el objeto de vendérnoslo, una vez estallada la guerra, a un precio del 40% más caro que el gas ruso.
Es increíble como la prensa europea no da más importancia a los “negocios” de Hunter Biden en Ucrania, asunto en el cual su padre presidente de Estados Unidos, está involucrado con Zelenski. Según Trump, en el año 2015, Biden padre retiró 1.000 millones de dólares en ayuda a Ucrania, para presionar a los tribunales ucranianos para que no investigaran a su hijo, habiéndose archivado las diligencias judiciales, desde la llegada de Zelenski a la presidencia.
El presidente ucraniano, insulta a España como país agresor de los holandeses, comparándola subliminalmente con Rusia, y a Holanda con Ucrania, como país agredido. Pero no es igual, su “socio” Biden, a animado a Zelenski para forzar la guerra con Rusia, a cambio de entrar en la OTAN y en la UE y le ha dejado colgado.
Este actor de la video conferencia, ha decidido a armar a la población, sin ofrecerles formación militar, mandándoles a la muerte contra un ejército más potente y profesional, sacrificando a los ucranianos, con el objetivo de destruir la imagen rusa en el mundo. Después de esta guerra cruel, Zelenski no va a ser capaz de retirar todas las armas que ha repartido entre la población y esas armas acabarán en el mercado negro y llegarán a la Europa Occidental, en manos de las mafias
El pueblo ucraniano no quería la guerra. Quería la paz y la neutralidad. Demandaba la amistad con Rusia y con el resto de Europa, habiendo sido Zelenski un insensato, que ha antepuesto sus intereses como gobernante, a los intereses de los ucranianos.
Zelenski ha alimentado la “rusofobia” en occidente. Ha alentado a que se censure cualquier información que no sea la oficial del mundo anglosajón y de la OTAN.
Zelenski ha imitado a la ideología de Bandera, que considera que el actual pueblo ucraniano, tiene dos bases raciales, una escandinava y protogermánico y otra eslava. Para Zelenski, judío de raza, únicamente los ucranianos del grupo “escandinavo” son los verdaderos ucranianos. El otro grupo racial, el eslavo, son simples rusos. Zelenski, basándose en esa doctrina, promulgó una «Ley sobre los Pueblos Autóctonos» que no reconoce los derechos humanos y las libertades fundamentales a los ucranianos de origen eslavo. Esa ley aun no está en vigor.
El millonario judío Kolomoiski, promotor de Zelenski, fue nombrado gobernador en Dnipropetrovsk Oblast durante el 2014, dedicándose a destruir la cultura rusa en ese territorio, generando muchos problemas con la actuación de las fuerzas ucranianas contra los ciudadadanos, de origen ruso, en esa región. El Anticorruption Action Center ha señalado, que desde el 2011, Kolomoiski es dueño de Burisma Holdings, primera empresa de explotación de gas de Ucrania de la cual es miembro del Consejo de Administración, Hunter Biden.
Por “sugerencia” de la subsecretaria de Estado de EEUU, Victoria Nuland, Zelenski nombró a Dimitro Yarosh consejero especial del jefe de las fuerzas armadas.
Estos dos nombramientos, provocaron que se alargara en el tiempo, el conflicto civil en el Donbás y anexión rusa de Crimea, lo que dio lugar a sanciones económicas occidentales.
Zelenski, ha seguido provocando a Rusia cuando el Parlamento Ucraniano modificó la Constitución ilegalmente, sin referéndum previo, para incluir el objetivo de entrar en la OTAN, pero para Ucrania, acceder a la UE y a la OTAN, a causa de su pobreza y de la corrupción del estado, hacen que en este momento, sea imposible.
Zelensiki, no quiso promover internacionalmente la neutralidad de su país, a cambio de garantías recíprocas de seguridad y busco el enfrentamiento con Rusia, posiblemente presionado por EEUU y por sus socios los Biden, llevándole a un conflicto en el que destaca su inferioridad de militar.
Por culpa de Zelenski, se ha alargado la agonía del generoso y valiente pueblo ucraniano, víctima inocente de los negocios norteamericanos y de bárbara maquinaria militar rusa.
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