"...la Copa Chenel nos hace recuperar muchos de los valores que adornaban, y adornan si se persiste en la autenticidad, el enfrentamiento leal con el toro bravo… o como resultase su juego dispar. Ahora es muy predecible y de ahí que aumente el desinterés por la asistencia a las plazas..."
La Copa Chenel o cómo recuperar tiempo perdido
Antolín Castro
Opinión y Toros/03 Abril 2023
Terminó la primera fase de la Copa Chenel de este 2023 y con ella se ha recuperado mucho del tiempo perdido.
No es baladí dicha afirmación. Durante el desarrollo de esta fase hemos podido revivir muchas de aquellas cosas que nos cautivaban cuando iniciamos nuestra andadura de aficionados.
Poder comprobar que existen más ganaderías y encastes que los que se anuncian en las ferias, esas que dicen que son de postín. Es como si pudiéramos volver a aquellos años en los que la diversidad formaba parte de la fiesta brava y no estaba encorsetada y sumida en el mal de los toros ‘bobos’.
Basta con darnos la oportunidad de visibilizar esa otra parte del escalafón de matadores, unos ya veteranos y otros más jóvenes, todos sin padrinos ni apoderados influyentes y, resulta, que entre ellos los hay que saben torear, además muy bien, y que otros tienen valor sin cuento y ante reses que les piden el DNI. Se clarifica el panorama y se escenifica palpablemente que existen fiestas que son paralelas, también para lelos, y siempre divergentes, pues nunca se encuentran ni se mezclan entre sí.
No vamos a dar nombres de los que han triunfado más o menos, de los que han tenido más suerte en los sorteos o que han mostrado mejores maneras o, sencillamente, han redondeado mejor sus trasteos. Lo importante, es que nos han mostrado la verdad, la realidad, de esta bendita profesión, en la que hay que jugarse la vida honestamente sin que los toros sean meros comparsas para lograr fines triunfalistas.
Por supuesto, también nos han dejado señales de que los toros cogen, hieren y hacen suyo el protagonismo que les corresponde en la pelea con el hombre vestido de luces. Casi cada día, y a veces a varios de los protagonistas, los hemos visto pasar por la enfermería. Todo como antaño, cuando los toros eran fieles a su raza y nadie los había domesticado para edulcorar una fiesta que ha de ser épica, mucho más que estética.
Por todo ello la Copa Chenel nos hace recuperar muchos de los valores que adornaban, y adornan si se persiste en la autenticidad, el enfrentamiento leal con el toro bravo… o como resultase su juego dispar. Ahora es muy predecible y de ahí que aumente el desinterés por la asistencia a las plazas.
Estos son los diestros clasificados a semis, pero bien pudo haber más
Ya sabemos que nada va cambiar con la Copa Chenel ni con mis palabras, pero no se puede discutir que la misma nos hace redescubrir que existe otra forma de hacer llegar la fiesta a los aficionados.
También sabemos, de sobra, que a la pantalla de las retransmisiones de Telemadrid, solo asisten aficionados de los de verdad, de esos que no se hacen acompañar por bellas damas ni llevan claveles en la solapa, pero es que a esos espectadores de las tardes del relumbrón nunca se les podrá llamar, de forma cabal, aficionados.
Por el contrario, también nos consta, que son muchos los aficionados, de esos que se les puede llamar cabales, que se sientan delante del televisor, o a través de la web, en Madrid y mucho más lejos de la capital, ávidos de presenciar una fiesta sin ventajas, brillos ni maquillajes, convencidos de que lo que verán se ha de parecer mucho más a lo auténtico que a lo plastificado de las tardes de las llamadas figuras.
La Copa Chenel o una forma de recuperar, también, nuestra afición.
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