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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 4 de abril de 2023

OTRA DE MI GRANADA DEL ALMA / por Juan Miguel Núñez Batlles


"...Son los gitanos granadinos, que en el siglo XVIII en aquel montículo -desde entonces sagrado, porque allí descubrieron los restos del mártir San CecilioPatrón de Granada-, quienes tienen  encomendada la custodia de sus imágenes durante todo el año a los que habitan el lugar, caso de los estudiantes sacromontanos, ya antiguos alumnos, a los que nos conceden la distinción de acompañar a "su Cristo""nuestro Cristo", junto a tan icónica figura en la Procesión del Miércoles Santo..."

OTRA DE MI GRANADA DEL ALMA

Juan Miguel Núñez Batlles
Llegué anoche a Granada ya muy tarde, a pasar la Semana Santa. El tiempo justo para acudir a la Iglesia de los Jesuitas, en la Gran Vía, a la recolocación de "los Pasos" de "los gitanos", El Santísimo Cristo del Consuelo y María Santísima del Sacro-Monte (siempre lo escribo con guion para reafirmar el carácter sagrado del lugar donde está la Abadía que alberga el colegio de mi adolescencia, el "Real, Insigne y Pontificio Colegio del Sacro-Monte", como reza el linaje que le concede la historia). 


Son los gitanos granadinos, que en el siglo XVIII en aquel montículo -desde entonces sagrado, porque allí descubrieron los restos del mártir San Cecilio, Patrón de Granada-, quienes tienen  encomendada la custodia de sus imágenes durante todo el año a los que habitan el lugar, caso de los estudiantes sacromontanos, ya antiguos alumnos, a los que nos conceden la distinción de acompañar a "su Cristo", "nuestro Cristo", junto a tan icónica figura en la Procesión del Miércoles Santo.

Y para qué os voy a contar, lo podéis imaginar, cómo es el espectáculo que cada Miércoles Santo ofrece la comunidad gitana a partir de Plaza Nueva cuando se rompe la oficialidad de la Procesión que ha comenzado en "los jesuítas a las cinco de la tarde y previa Estación de Penitencia en la Catedral. Los gitanos ya al pie de "su" Barrio del  Albayzín, en ese territorio propio que arranca en Paseo de los Tristes, Cuesta del Chapíz y Peso de la Harina antes de enfilar definitivamente el camino del "Monte" entre saetas y hogueras, hasta el amanecer del Jueves Santo que llegaremos a la Abadía, "rotas todas las camisas" naturalmente. Es para verlo, o mejor, para sentirlo.

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