Curiosamente, la mayoría de las veces que Tomás echó mano de partes facultativos para quitarse de en medio fue por no querer enfrentarse a Enrique Ponce. Las más famosas tuvieron lugar en la feria de Bilbao de 1989 y en los Sanfermines 1990
La penúltima renuncia de José Tomás
José Antonio del Moral
Con otro parte facultativo más acerca de la microlesión en un pié que, según parece, José Tomás padece desde hace varios meses como consecuencia de un accidente durante un tentadero, nos acaban de anunciar que da por imposible su presencia en los ruedos durante la presente temporada porque los doctores han dicho que debe esperar aún tres meses para reemprender la interrumpida rehabilitación. Bien es cierto que, según han señalado diversos periodistas, a Tomás le quedarían dos ferias para poder actuar este año en caso de se recuperara por completo, la de Otoño en Madrid y la de El Pilar en Zaragoza. Pero ya verán que de ninguna manera caerá esa breva…
Todo esto me recuerda las varias veces que José Tomás se agarró a partes facultativos para no cumplir compromisos adquiridos y, en definitiva, para no torear. Nunca hubo un torero que fuera creciendo en fama y categoría a medida de ir diezmando sus campañas hasta convertirlas en ultraminúsculas.
Curiosamente, la mayoría de las veces que Tomás echó mano de partes facultativos para quitarse de en medio fue por no querer enfrentarse a Enrique Ponce. Las más famosas tuvieron lugar en la feria de Bilbao de 1998 y en los Sanfermines 1999. En ambas ocasiones quedó demostrado que la treta solo la usó para no torear en estas plazas porque al día siguiente actuó en otras de menos categoría sin ningún problema. Esta última vez, sin embargo, los sucesivos partes han ido aplazando el inicio de su campaña hasta dejarla para el próximo curso. Los contratiempos de 2013 empezaron con la desavenencia radical que hubo entre los empresarios de Aguascalientes y los últimos mentores de Tomás por la enormidad de sus pretendidos emolumentos, cercanos a un millón de Euros por una sola tarde, a cuenta de la supuesta expectación que despertaría el regreso al escenario de su gravísima cornada. Percance del que, por cierto, no hubo parte facultativo hasta varios días después de suceder, lo que, en principio, hizo dudar a muchos de la verdadera gravedad de la cogida porque el torero salió del hospital muy pocas fechas después de padecerla.
La cogida de Aguascalientes ha venido siendo utilizada como principal argumento dramatizador de sucesivas campañas en los medios a favor del galapagarino, como últimamente lo está siendo su triunfal corrida con seis toros para él solo el pasado septiembre en Nimes. Ciudad en la que hasta han llegado a inaugurar un museo dedicado especialmente al evento y ello aparte de varios libros dedicados exclusivamente a cantar el suceso. Tan desproporcionada eclosión propagandista jamás sucedió en Nimes. Ni siquiera con los toreros que más repetidamente triunfaron en el bimilenario circo romano, como fueron Antonio Ordóñez, Paco Ojeda sobre todos, y Enrique Ponce que, en esta plaza cortó varios rabos y protagonizó el primer indulto de un toro en Francia.
Da la impresión de que el último o, mejor dicho, el penúltimo parte también ha tenido que ver con su más odiado competidor, Enrique Ponce, con quien hace días se negó a torear un mano a mano en Valencia como pretendía organizar el empresario, Simón Casas, una vez lograda la aquiescencia del gran torero de Chiva. Habría sido muy escandaloso que Tomás hubiera toreado en la próxima feria de Julio de Valencia después de su rechazo a enfrentarse con Ponce.
Detrás de tanto parte y de tanta propagandista, lo que hay es dinero, mucho dinero para José Tomás y para sus principales cantautores. Pero no todo va a ser malo. El aspecto más positivo de tan decepcionante renuncia, es lo tranquilos que los tomatísicos nos van a dejar este verano. Dios sea loado por ello.
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