"...Una película políticamente incorrecta, por cuanto refleja la verdad -con crudeza edulcorada- de la terrible persecución religiosa llevada a cabo por anarquistas, socialistas y comunistas durante nuestra guerra civil..."
- Un testimonio de primer orden del valor, la templanza y el perdón con que los 51 mártires de Barbastro se entregaron a sus verdugos, que los medios de comunicación públicos y privados continúan silenciando de forma vergonzosa.
Madrid, 28/06/2013.-
Hace una semana que, acompañando a mi padre y a un sobrino mío, fui al cine Palafox a ver la última película de la productora "Contracorriente". Una película políticamente incorrecta, por cuanto refleja la verdad -con crudeza edulcorada- de la terrible persecución religiosa llevada a cabo por anarquistas, socialistas y comunistas durante nuestra guerra civil y socialmente indispensable, pues constituye un testimonio de primer orden del valor, la templanza y el perdón con que los 51 mártires de Barbastro se entregaron a sus verdugos, que los medios de comunicación públicos y privados continúan silenciando de forma vergonzosa.
Lo peor de la película, su excesivo metraje, que rompe en ocasiones el hilo emocional de una historia estremecedora. Su excesiva fidelidad al testimonio de los hechos les ha impedido lograr un desenlace más apretado y emocionante. La falta de medios -el coste de la película no ha superado los 300.000 €- se nota en el sonido, en el abuso de descorados y en la bisoñez de la mayor parte de sus actores, compensada por la espléndida interpretación de la hija de Lolita Flores, Elena Furiase en uno de los mejores papeles de la película y la fortuna de algunas escenas de gran emotividad.
Lo mejor, la ausencia de un excesivo misticismo en la película, que prefiere reflejar la vibrante humanidad de sus protagonistas antes de tomar la palma del martirio, las dudas de algunos ante la terrible tentación de conservar la vida a cambio de una rápida y fácil apostasía, las tentaciones de la carne y la inmensa fuerza de la fe, que les llevó al martirio con la alegría de quien sabe que está a punto de abrazar la Gloria eterna y el abrazo del Padre.
La película es toda una lección de fe y de esperanza para los cristianos y de auténtica memoria histórica en vena para todos. No me extraña que, en más de una sesión alguien se haya levantado al final para gritar con fuerza, como aquellos jóvenes mártires un enorme ¡Viva Cristo Rey!. Y es que uno sale del cine con ganas de proclamar a los cuatro vientos su condición de católico y español. Solamente por eso, nadie debería perderse esta película.
"Padre Nuestro, que estás en los Cielos,
ResponderEliminarSantificado sea Tu Nombre,
Venga a nosotros Tu Reino,
Hágase Tu Voluntad,
así en la tierra como en el Cielo.
El pan nuestro de cada día dánoslo hoy,
y perdona nuestras ofensas,
así como nosotros perdonamos a quiénes nos ofenden,
y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal. Amén."
Dios amó tanto a la gente de este mundo, que me entregó a mí, que soy su único Hijo, para que todo el que crea en mí no muera, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.
ResponderEliminarNo juzguéis a los demás si no queréis ser juzgados. Porque con el mismo juicio que juzgareis habéis de ser juzgados, y con la misma medida que midiereis, seréis medidos vosotros.
Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.