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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

domingo, 3 de noviembre de 2013

Vileza y estupidez del antifranquismo



"...Los antifranquistas creen que su ignorancia, sustituida por mitos de tres al cuarto, les otorga una aureola moral y democrática. Creen que haber librado a España de una revolución totalitaria no tiene ningún mérito. Que haber evitado a España la II Guerra Mundial carece de importancia o incluso ocurrió a pesar de Franco. Que haber derrotado al maquis comunista es un crimen. Que haber asegurado la paz más larga en dos siglos, persistente aún, es una fruslería. Que haber traído la época de mayor prosperidad y desarrollo económico vivido por el país en dos siglos, carece de excesivo interés o sucedió a pesar del franquismo, que carece de valor haber disuelto (salvo en minorías irreconciliables) los odios que destrozaron a la república...."

Vileza y estupidez del antifranquismo

Ah, tenemos un tercer tipo: el de aquellos líderes del PP que escupen sobre la tumba de sus padres: 

La oposición a Franco no ha cesado de crecer en los últimos quince años. Lo cual prueba tanto la farsa en que se ha convertido la política en España, como la plena actualidad de un personaje y un régimen fenecidos hace 38 y 35 años respectivamente. Y son actuales porque no han sido asimilados de forma mínimamente racional, entre los necios que se creen demócratas por declararse antifranquistas, y los no menos necios que “miran al futuro”, como si pudieran ver o aprender algo de ese modo. Si algo triunfa en España desde hace tiempo es el espíritu de la pose y de la sandez insolente y chabacana.

El antifranquismo ha creado una serie de mitos realmente estúpidos, por gratuitos e innecesarios, sobre la guerra civil y la era de Franco. Por ejemplo: Franco “exterminó” a sus enemigos porque “no pensaban como él”. O fusiló a decenas o cientos de miles de personas honradas por el solo delito de ser “republicanas”, y las cunetas están llenas de restos de asesinados. Por ejemplo, las chekas y el genocidio religioso no existieron o estuvieron justificados, o más vale no hablar de ellos; mientras que los fusilados por el franquismo eran inocentes y no, en su mayoría, culpables de crímenes a menudo espantosos. Por ejemplo, el Frente Popular había salido de unas elecciones democráticas y se componía de intachables demócratas y servidores del “pueblo”, contra unos franquistas empeñados en perpetuar el oscurantismo y los “privilegios” de los capitalistas, curas y militares. Por ejemplo, el régimen de Franco es semejante al nazi y debía encarcelarse a quienes sostengan otra cosa. Por ejemplo, el franquismo tuvo mucha oposición, esta fue democrática y se metía en la cárcel al primero que discrepara del régimen; la mujer estaba terriblemente discriminada y el vasco, el catalán y el gallego prohibidos, incluso bajo pena de muerte; y no había vida intelectual o cultural porque el régimen la asfixiaba...

Los antifranquistas creen que su ignorancia, sustituida por mitos de tres al cuarto, les otorga una aureola moral y democrática. Creen que haber librado a España de una revolución totalitaria no tiene ningún mérito. Que haber evitado a España la II Guerra Mundial carece de importancia o incluso ocurrió a pesar de Franco. Que haber derrotado al maquis comunista es un crimen. Que haber asegurado la paz más larga en dos siglos, persistente aún, es una fruslería. Que haber traído la época de mayor prosperidad y desarrollo económico vivido por el país en dos siglos, carece de excesivo interés o sucedió a pesar del franquismo, que carece de valor haber disuelto (salvo en minorías irreconciliables) los odios que destrozaron a la república... En suma, creen que reconocer los enormes logros de aquel régimen es una actitud “fascista”, la cual debiera ser penada con cárcel o al menos rechazada de cualquier medio de comunicación y condenada a muerte civil.

Antifranquistas ilustres son o eran De Juana Chaos, Alfonso Guerra, Carrillo, Dienteputo, Almudena Grandes, Arzallus, Mas, Pujol, los tipos de los EREs, de Gürtel, Carod, la Pajín, Josu Ternera, Zapatero, Rubalcaba, Mª Antonia Iglesias, Roldán, Cebrián, Urkullu, Garzón, López Guerra, Batista i Roca... En fin, lo mejor de cada casa. También otros personajes de apariencia más presentable pero a quienes no importa retratarse con los anteriores y pertenecer a tan distinguido club.

El antifranquismo es estéril y esterilizador porque se basa en la mentira sistemática. Hay dos tipos de antifranquistas: los cínicos y los ingenuos. Los primeros, tipo Cebrián, Guerra, los golfos subvencionados de la memoria histórica, determinados historiadores y periodistas, son conscientes de sus embustes; pero también saben que el embuste se ha convertido en un negocio, muy productivo para muchos de ellos. Los ingenuos, la gran mayoría, si algo revelan es el éxito de la falsificación histórica y política entre un público de muy escaso sentido crítico y conocimiento del pasado, infantilizado a conciencia por la demagogia y la televisión basura. Ah, tenemos un tercer tipo: el de aquellos líderes del PP que escupen sobre la tumba de sus padres: http://www.libertaddigital.com/opinion/pio-moa/escupir-sobre-las-tumbas-de-los-padres-57630/

No es casual que el antifranquismo venga condensado en una ley totalitaria como la de la memoria histórica (LMH). Clave de una involución antidemocrática de la que casi todos los políticos se hacen los desentendidos.

4 comentarios:

  1. Dice Pío Moa, “Los antifranquistas creen que su ignorancia, sustituida por mitos de tres al cuarto, les otorga una aureola moral y democrática”.

    Pero hay otros que no son “antifranquistas” que su MORAL, es tan particular, que por supuesto nada tiene que ver con la democracia. Tanto es así que no le interesa recordar que tradicionalmente la ejecución por fusilamiento quedó reservada a los casos de jurisdicción castrense.

    En 1945, durante el régimen del general Franco se transmitió a los Aliados que en España se habían interrumpido los fusilamientos por motivos de la Guerra Civil: el 9 de octubre se concedió por decreto un indulto para todos aquellos condenados por rebelión militar que aún no habían sido ejecutados. Dicha comunicación tenía como objeto informar a los Aliados que España había dejado de ser un país germanófilo tras la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, la pena de muerte siguió en vigor y era el propio general Franco quien escribía junto a su firma el tipo de ejecución que habría de aplicarse al condenado: fusilamiento o garrote vil- dependiendo de su condición y tipo de crimen- así como la palabra prensa si dicha ejecución podía ser publicada.

    En abril de 1963, pese a las decisiones tomadas en 1945, fue fusilado por rebelión militar Julián Grimau, siendo el último ajusticiado por causas relacionadas con la guerra civil. El 27 de septiembre de 1975 se ejecutan los últimos fusilamientos en España durante el gobierno de Franco, 3 miembros del FRAP y 2 de ETA.

    En los Consejos de Ministros se discutía si se concedían o no el indulto a un condenado a muerte. Eso ocurría en los consejos de ministros de Alfonso XIII, de la República y de Franco, pero no se firmaban las ejecuciones, que ya estaban ordenadas.

    Es una obviedad, sin embargo, que el generalísimo Francisco Franco estaba perfectamente al tanto de esas sentencias, sobre todo cuando implicaban la ejecución del condenado y que era él, con la aquiescencia de sus ministros, el que decidía si se aplicaban o no.

    Con el “caso Grimau” comenzó la presión internacional para que no fuera ejecutado, Manuel Fraga, en su calidad de ministro de Información y Turismo, inició una intensa campaña dirigida a la prensa internacional en la que se detallaban los crímenes del dirigente comunista.

    Tras la lectura de la sentencia, sólo cabía la posibilidad de que Franco conmutara la pena por otra de prisión.

    Numerosos jefes de Estado se pusieron en comunicación con Franco para hacerle esta petición, entre ellos el Papa Juan XXIII y el ruso Nikita Jrushchov, lo que tampoco tenía precedentes: era la primera vez que un dictador soviético se dirigía oficialmente al régimen franquista.

    Dentro de España, algunas personalidades cercanas al régimen pidieron
    también clemencia. El Consejo de Ministros, formado por 17 personas, se reunieron el 19 de abril.

    Duró diez horas, aunque al parecer sólo Fernando Castiella, titular de Exteriores, y Vicente Fernández Bascarán, subsecretario del Ministerio de la Gobernación y ministro en funciones aquel día, manifestaron su oposición a la ejecución de la sentencia, alarmados por la presión internacional y las consecuencias que podía tener en la política exterior española.

    Su oposición fue sin embargo más bien tímida, ya que Franco finalmente exigió una votación y la decisión de dar el "enterado" a la sentencia se tomó por unanimidad.

    Enrique Castillo






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  2. Cómo presentarse ante Dios

    La Biblia no solamente nos enseña lo que debemos hacer, sino también nos enseña los propósitos y las motivaciones con los cuales debemos obedecer. Si no obedecemos con propósito correcto, nuestra obediencia no es aceptable a Dios.

    Por lo tanto, debemos examinarnos con cuidado, porque no basta con ofrecer el servicio y culto a Dios que son correctos en cuanto a forma, sino que también debemos servir y adorar a Dios con corazón limpio (Mat. 5:8; Jn. 4:24).

    "Cuidaos de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos"

    Mat. 5:16, "Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos". Alumbramos nuestra luz cuando hacemos buenas obras. La gente se da cuenta de lo que hacemos, pero el propósito nuestro es para que Dios sea glorificado.

    Pero el propósito de los hipócritas era distinto. Aunque profesaban ofrecer servicio a Dios, en realidad querían obtener gloria para si mismos, y no para Dios. En esto eran falsos ("hipócritas"). Querían llamar la atención de la gente a su acto de dar a los pobres, que la gente se diera cuenta de la generosidad de ellos. Querían ser "alabados" por la gente (que la gente dijera, "¡Qué generosos y piadosos son estos hombres!"). La recompensa que buscaban era el honor, la admiración y la alabanza de la gente. Profesaban servir a Dios, pero no buscaban la aprobación de Dios.

    Juan 5:44, "¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único". Este texto describe perfectamente la actitud de los "hipócritas" (Mat. 6:2).

    Pablo no tenía esa actitud. "Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo". Es probable que los oponentes de Pablo le acusaban de querer congraciarse con los hombres, pero Pablo era el esclavo de Cristo. Dijo, "De aquí en adelante nadie me cause molestias; porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús". Como el esclavo llevaba el nombre y el emblema de su dueño grabados en su cuerpo a hierro candente, así también las cicatrices en el cuerpo de Pablo daban evidencia viva de sus sufrimientos por Cristo. Era prueba convincente de que Pablo era el esclavo de Cristo. Siendo tan obviamente el esclavo de Cristo, ¿cómo, pues, podía servir a los hombres y buscar el favor de ellos?.

    Así vemos que éste es el camino que un hombre debe seguir para llegar a la presencia de Díos.

    Creo que todo esto debiéramos reflexionarlo todos, nos vendría muy bien. En especial aquellos que hipócritamente van por la vida de cristianos y presumiendo de dar ejemplaridad de ser…lo que no son.

    Enrique Castillo


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  3. A este señor Castillo, con nombre de fortaleza, no le atribuyo mala fe en sus análisis y afirmaciones rotundas sobre la perversidad del franquismo y su lider Francisco Franco bahamonde. Únicamente, por mucho que recurra a cosa publicada, manifiesta clara ignorancia cultivada en el sectarismo doctrinal de la izquierda ibérica, que no española. Dado si proclamado amor a los preceptos cristianos de los que se deduce es estricto cumplidor, no creo que la mentira consciente enarbole sus peregrinas conclusiones. Debe hacer honor a su apellido y no mostrar debilidad ante lo que muy claramente define el articulista del blog como vileza y estupidez del antifranquismo. Don Enrique Castillo no debiera verse reflejado en eses espejo, ya que debiera saber, da su erudición, que la España victoriosa de la Guerra Civil, se constituyó en un Estado de Derecho y así funcionó hasta la muerte de su fundador. Aqui se aplicaba la justicia sobre encausados por delitos tipificados en las leyes. La pena de muerte existía en la legislación de casi tdos los países occidentales, y cuando no, se sustituía por la de cedena perpetua. No comente Don Enrique los deleitos que cometieron los que sufrieron la ejecución de la pena capital, Por otro lado Franco nunca firmó una sentencia de muerte, Eso lo sabe hasta el menos lego. Los delitos de terrorismo caían en la jurisdición militar y por lo tanto los instruía y juzgaba esa jurisdición judicial, y corresondía a su Capital general de la Región correpondiente la sanción y firma de las sentencias. La única atribución que tenía Franco, como presidente del Consejo de Ministros era la del INDULTO, que en no pocas ocasiones aplicó, incluso a terroristas.
    Como digo España era un estado de Derecho y nunca practicó la guerra sucia de la democracia. Celebraba sus juicios a sabiendas de las protestas orquestadas por el movimiento comunista internacional, y ejecutaba sus penas con la independencia y soberanía quye caracterizó al Estado surgido heróócamente del 18 de julio cointra la barbarie de la república bolchevique que aquí se instaló ilegalmente en el año 1931 y que sojuzgó a España a la dictadura soviética y a la cheka. A los gobiernos de Franco no se les ocurrió la hipocresía de suprimir la pena de muerte y luego crear el terrorismo de Estado como Martín Villa, en el gobierno de Suarez, con el Batallón vasco-español, o como Felipe González con los GAL. Franco murió dejando una España unida y sin odio entre españoles, y en sus exequias fúnebres estuvieron representados todos los Estados con los que mantuvo España relaciones diplomáticas, Todos excepeto Méxio y países comunistas. Además fue el franquismo el que trajo la democracia a España, y eso les fastidia más a los socialistas que únicamente aparecieron en aquella etapa cuando negociaron con Carrero Blanco para presentarse en la democracia como partido aglutinador de la izquierda que aceptara la Monarquía en una transición pacícica. En fin para que vamos a gastar más tiempo en esto. Todo el mundo sabe la vil acción permanente de criminalizar a Franco y al francquismo. Pero también todos conocen la importacia decisiva en el bien de España que tuvo una figura ingente de la categoría del Generalísimo Franco.

    Buenos días nos de Dios.

    F. F. Alvar.

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  4. Sr F.F.Alvar, ¿Usted no tiene clara ignorancia cultural en el sectarismo doctrinal de la derecha española?.

    Cuando dice usted “Franco murió dejando una España unidad y sin odio entre españoles” ¿Ha que españoles se refiere usted?.

    Dice usted también “Además fue el franquismo el que trajo la democracia a España”. ¿Esa democracia fue la que dio acceso a los españoles/as a ir de cada cuatros años a las urnas?.

    Termina usted diciendo “Todo el mundo sabe la vil acción permanente de criminalización a Franco y al franquismo. Pero también todos conocen la importancia decisiva en el bien de España que tuvo una figura ingente de la categoría del Generalísimo Franco.

    Cualquiera pudiera pensar leyéndole eso, que usted es un fanático de Franco, eso es lo que pensaría alguien, yo sin embargo lo que pienso yo, es que usted es una persona objetiva y bien documentada. Y cuando digo que usted es bastante objetivo, (pensando que usted es el mismo que firma F.G.Alvar, en el comentario del 1 de noviembre a las 12:40), dice el tal comentarista, que bien pudiera ser usted. “Honor, respeto y gloria para Franco, José Antonio y los Caídos por Dios y por España. Igualmente mi respeto y oración para los que dieron su vida por otros ideales y lucharon por ellos en la contienda fraticida”,

    Luego otro pensaría que al final la cabra tira al monte, cuando usted dice “Es lamentable que la izquierda española no cese en su afán de odio y revanchismo contra los héroes que, con su sangre y sacrificio, lograron una España, unida, grande y soberana. Esa fijación debe ser muy útil para airearla de vez en cuando para mostrarse como paladines de la libertades cuando siempre, desde la fundación de PSOE y PCE, están por la dictadura soviética enmascarada en la fórmula democrática. El caso es buscar la ruina, desde siempre, a este país siempre a expensas de odios y cobardía de unos y otros.

    Buenas noches nos de Dios.

    Enrique Castillo

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