El torero Fernando Galindo antes de la 'cornada´ de espejo
"...Pedro J. Ramírez tiene una difícil papeleta que asumir como director de El Mundo. Él sabrá, al respecto, lo que tiene que hacer con su colaborador de la sección taurina, pero se me antoja difícil ejercer la crítica desde una posición de violencia tan rechazable. De igual modo, en la UNPBE deberán pensar si es Fernando el representante adecuado..."
'CORNADA DE ESPEJO'
Pla Ventura
La noche de fin de año acabó para Fernando Galindo con tintes de dramatismo. Cuando pensaba terminar el año con su familia, a altas horas de la noche tuvo que buscar un hospital de urgencias para que le cosieran la cara que, destrozada por completo, ahí le ha quedado, de por vida, la llamada “cornada” de espejo que le propició el crítico Zabala de la Serna, rompiendo un vaso de cristal en el rostro del torero.
El asunto está en los tribunales y serán éstos los que dictaminarán y cada parte defenderá una versión. Pero mal asunto para la fiesta cuando se despide el año con violencia. Testigos presenciales del altercado entre torero y periodista nos han hecho saber que, Galindo, al parecer, hizo unas declaraciones que, como se comprobó, no gustaron a Zabala. Ciertamente que, declarar lo hacemos todos; mostrar nuestro punto de vista, de igual modo, pero de ahí a que alguien llegue a la agresión, me parece censurable.
La citada noche, en una cafetería de la plaza de Santa Ana en Madrid en la que Galindo y Zabala se agredieron, yo no estaba presente, para mi fortuna, claro. La acción dice muy poco a favor de la fiesta y, agredir a un banderillero, por muy discrepante que fuera, ciertamente, no me parece baladí. Algunos de los allí congregados afirmaban que, según Zabala, la Unión de Banderilleros, que Galindo preside, es la culpable de todos los males de la fiesta. ¿Se puede entender dislate mayor? Es imposible. Ahora resulta que, el colectivo más humilde del mundo de los toros, los banderilleros, son el mal incurable de la fiesta. Dicha afirmación me parece lamentable, pero mucho más de lamentar es que Fernando Galindo acabara la noche con la cara completamente rajada por la violenta agresión de Vicente Zabala de la Serna.
Las huellas de ambos tras el incidente.
El rostro de Galindo luce la 'cornada'
Supongo que, en aquella acalorada discusión habría de todo; pero unas sencillas palabras no abocan a nadie a la violencia. Zabala le estampó a Galindo un vaso de cristal en toda la cara pero, la pregunta que uno se puede hacer es si Zabala hubiera llevado un arma o una simple navaja, ¿se la hubiera clavado igualmente al subalterno? el hecho de la violencia hubiera sido el mismo. O sea que, todavía tenemos que darle gracias a Dios de que todo quedara con la tremenda herida de Galindo en la cara porque, como decía, podía haber terminado la noche peor. ¿Quizá, digo quizá no por justificación, en ese día el alcohol pudo hacer perder la racionalidad?
Es lamentable que, un hombre como Zabala de la Serna que, desde siempre y como de costumbre, es la palabra la que escribe y promulga por aquello de enaltecer la bellísima fiesta de los toros, como digo, es deplorable que haya tenido que dirimir la diferencia a golpes con un torero. Ahí está su tribuna que habla por sí misma pero, a tenor de los hechos, deben cuidarse los discrepantes ya que una imagen dice más que mil palabras, ahí está la cara de Fernando Galindo.
Periodistas agredidos lo han sido en innumerables ocasiones pero, he aquí la paradoja, periodistas agresores no hay antecedentes conocidos. El gremio habla y escribe, dentro de su libertad de expresión y, hasta ahora, habían sido el blanco de muchas iras de los disconformes con su opinión. Uno tiene la sensación de que el periodista ya tiene su mejor arma, su tribuna, para dirimir los encontronazos. No me veo yo con los papeles cambiados en esta representación.
No parece fácil, ni es sencillo, hacer corporativismo a favor del compañero en un caso así y si bien las dudas sobre lo acontecido compete a los tribunales despejarlas, a la vista de los daños queda en evidencia quién lo causó mayor.
Pedro J. Ramírez tiene una difícil papeleta que asumir como director de El Mundo. Él sabrá, al respecto, lo que tiene que hacer con su colaborador de la sección taurina, pero se me antoja difícil ejercer la crítica desde una posición de violencia tan rechazable. De igual modo, en la UNPBE deberán pensar si es Fernando el representante adecuado.
Recordemos que, todos aquellos que tenemos una tribuna, mediante la misma, podemos mostrar nuestras críticas al nivel que fuere, ante todo, explicando nuestra disconformidad o desacuerdo con tal o cual tema; digamos que, tenemos un arma muy poderosa que no es otra que el poder de convocatoria ante los lectores; si además de toda la fuerza que el medio nos permite, utilizamos la violencia personal y física, será entonces cuando nos descalificaremos por completo.
Tampoco defiendo la actitud del banderillero, que dio donde pudo, pero su rostro pone más los pelos de punta que el del periodista. La justicia dirá la última palabra ya que, evidentemente, la mía solo es una humilde opinión.
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