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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 7 de julio de 2014

En la muerte de Alfredo Di Stéfano / Por Ignacio Ruiz Quintano



BERNABÉU Y NAPOLEÓN

-¿Cómo voy a darle yo ahora dos millones a Alfredo para que haga alineaciones y a los dos días se le insulte porque se ha equivocado? Dicen que habla mal de mí algunas veces. Le autorizo. Me ha dado tantas alegrías, tantas satisfacciones que puede hacerlo. Esto es muy serio, señores. ¿Qué dirían de Napoleón si hubiera terminado repartiendo rancho a sus soldados? Él murió como un genio, en Santa Elena. Por eso ahora los franceses lo adoran. A Di Stéfano, que le recuerden así. A mí como si se quieren ciscar en mí. Pero a él que no le toquen.

SANTIAGO BERNABÉU, LA CAUSA / MARTÍN SEMPRÚN


Porque todo esto sí que es la muerte.
La muerte que no es un muerto, sino unos cuantos detalles de la vida.

César González-Ruano

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