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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 4 de mayo de 2019

Corridas conmemoración / Por Rafael Comino Delgado



Pero a lo que vamos, y sin ánimo de ser exhaustivos, ya tenemos la corrida Goyesca, la corrida Pinzoniana, la corrida Picassiana, la Bandolera, la Cervantina, la Valenciana, la Teresiana, etc. y hasta la corrida de los Candiles, que durante varios años se celebró en Marbella...

Corridas conmemoración

El joven y buen empresario Carmelo García ha preparado la "Corrida Magallánica", en conmemoración del V centenario de la salida de Magallanes desde Sanlúcar de Barrameda para dar la primera vuelta al mundo. Se celebrará el próximo 24 de agosto con un buen cartel: toros de Victorino Martín para Octavio Chacón, Emilio de Justo y Pepe Moral. Seguro que será un éxito porque Carmelo hace las cosas muy bien. ¡Allí estaremos, Dios mediante!

Pero a lo que vamos, y sin ánimo de ser exhaustivos, ya tenemos la corrida Goyesca, la corrida Pinzoniana, la corrida Picassiana, la Bandolera, la Cervantina, la Valenciana, la Teresiana, etc. y hasta la corrida de los Candiles, que durante varios años se celebró en Marbella; se caracteriza porque es nocturna y empieza con las luces apagadas y la gente porta una vela encendida -en todo caso debería ser un candil-. Luego, naturalmente, se encienden las luces. Las orejas se piden con las velas y no con pañuelos. Es una idea más, con sentido o sin sentido, según cada cual. De entrada a mí no me gustan las corridas nocturnas porque creo que influyen mucho en el comportamiento de los toros, y no para bien; si además se introduce ese apagar y encender la luz, me gusta mucho menos.

Todas esas corridas son como las demás, con la única diferencia de que los toreros van vestidos de forma que recuerde a cómo se vestían en la época -o a algo- de la persona que da el nombre. Por cierto, y desde nuestro punto de vista, todos esos vestidos son infinitamente más feos que el habitual, el normal, que es precioso. También la plaza se suele engalanar con motivos de aquella época o alusivos a la persona homenajeada, porque al fin y al cabo son corridas conmemorativas de algún evento histórico, o bien homenaje a un personaje importante relacionado con el toreo, como es el caso de Goya o Picasso.

Lo que queremos expresar es que nos parecen bien dichas conmemoraciones u homenajes, pero que el vestido del torero tenga que cambiar no nos gusta, aunque para gustos están los colores, y naturalmente respetamos a los que gusten ver a un torero vestido como lo hacían en tiempos de don Francisco de Goya. Claro que en tiempos de los hermanos Pinzón, de Cervantes o de Magallanes no había toreo a pie, por tanto no había vestido de torear, y en tiempos de Picasso se vestían como ahora.

A mí me gustaría más que se dijera, "Corrida en conmemoración del V centenario de...", o "Corrida en conmemoración (o en homenaje a) de Goya", o "de Picasso", pero Picassiana, Pinzoniana, Magallánica, etc., no me gusta.

Y puestos a conmemorar con una corrida de toros aunque sea apartarnos algo del tema que estamos tratando, yo propondría que todos los años el 13 de noviembre (o en su caso el fin de semana más cercano a esta fecha) se celebrara una corrida de toros en Madrid (Vistalegre, que está cubierta y en esa fecha suele hacer frío y llover), con asistencia del Jefe del Estado, para conmemorar que el 13-XI-2013 se publicó en el BOE una disposición según la cual la Tauromaquia es Patrimonio Cultural Inmaterial de España. Si queremos, hay otros muchos eventos o personajes que merecerían conmemoración u homenaje por parte del toreo.

En Ronda se celebra todos los años la Goyesca, pero entendemos que, también cada año, debería celebrarse una corrida de toros homenaje a la dinastía de los Romero; Francisco Romero, abuelo del gran Pedro Romero, fue el primer torero a pie, y su nieto una de las más grandes figuras de todos los tiempos, que sentó las bases del toreo. Asimismo, creemos que merecería ser homenajeado con una corrida de toros anual Francisco Montes "Paquiro", que ordenó los tercios de la lidia, dio su sitio a los matadores, a los subalternos, a los picadores y dejó escrita una Tauromaquia que se publicó en 1836, todo lo cual representó un gran avance para la fiesta de los toros. Como Chiclana, su ciudad natal, no tiene plaza de toros, podría celebrase en la plaza de El Puerto de Santa María -cuando se resuelvan los problemas que tiene-, la más emblemática de la provincia de Cádiz, o tal vez en Madrid. Podríamos seguir citando eventos o personajes que merecerían ser recordados u homenajeados, pero con esos ejemplos vale por ahora.

Volviendo al hilo de nuestro tema principal, me temo, o, mejor, estoy seguro de que tales corridas seguirán llamándose Goyesca, Pinzoniana, Cervantina, Picassiana, etc., que los toreros seguirán vistiendo esos horrendos atuendos, y luego si el toro embiste y el torero tiene su día, habrá triunfo, y si no, pues a esperar a la siguiente, como siempre ha sido.

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