Ferlosio : no seas tontucio / Por Ricardo Díaz-Manresa

Ferlosio : no seas tontucio

El insigne, al parecer, Ferlosio ha pedido hace pocos días la desaparición de la corrida de toros, no por sufrimiento de los animales sino por vergüenza de los hombres. Dice el anciano escritor que es una chirriante concepción de la virilidad reafirmando la idea de otro autor. En fin..Acusa a los toreros de hacer muchas posturitas...

Ricardo Díaz-Manresa

15- agosto- 2012

Hoy es el día de la Virgen, el día más taurino del año, con más festejos y más fiestas, con más toreros vestidos de luces y más toros lidiados. Dicen que el que no torea hoy, malo María, el fin profesional está cantado. Pues bien, hoy es el día adecuado para contestar al insigne, creo, Rafael Sánchez Ferlosio que hace unos días tuvo la feliz idea de pedir la desaparición del espectáculo de toros y toreros y lo hizo en El País, lobby no muy enamorado de la objetividad, la imparcialidad, la verdad y el bien común. 

Santiago Amón decía que en España no cabe un tonto más, pero se equivocó. Han florecido muchos después y se siguen reproduciendo como las cucarachas y también su derivado cariñoso que es tontucio.

Lo de tontucio lo he oído miles de veces en mi tierra, Cartagena. Tiene varias acepciones. La primera no es que sea tonto el que la recibe, pero está ahí, ahí, en medio, y se lo dicen cariñosamente. La segunda, quien se toma algo que no debe, o de más, y está medio follón. Sentencian : está tontucio, no es (a diferencia de la anterior una manera de referirse al medio tonto sino por su estado circunstancial). La tercera, tras sufrir alguna enfermedad, cuando se le queda alguna secuela en la cabeza, no definitiva ni fundamental. Y la cuarta la tienen los niños cuando están a la contra y todo les parece mal. O lloriquean o protestan de más o gamberrean. Está tontucio, aunque se inclinan más por el tontico. Está tontico. Siempre, como ven, cariñoso. Generoso. Misericordioso. En el peor de los casos, llamarle tontucio a uno es no darle ni la categoría de tonto.

Pues bien, Ferlosio –perdón, el eminente con biografía impresionante, señor Sánchez Ferlosio- ha escrito un artículo en el que no está ni es tontucio, supongo, pero lo parece. Ni tontico por ir a la contra. Eligió el tema tan manido del antitaurinismo, sin argumentos ni razones. Sabe que los taurinos callan y no saben defenderse. Dicen que el que calla otorga, pues bien, no me callo y creo que deberían escribirse muchos artículos más de defensa para demostrar que estamos vivos. En fin, Ferlosio, sólo presenta opiniones personales o descalificaciones totales, en las que mete desde Ortega –y Gasset, naturalmente- a Savater.

Sabrá que es bastante menos que Ortega y no sé si supera a Savater. Es uno de esos llamados escritores elevados por sus grupos mediáticos. No sé si será de la secta llamada progresista, en su sección de que no progresan en nada. Si acaso quieren prohibir o fastidiar o la dos cosas. No lo creo y tampoco sé porqué a los regresistas les llaman progresistas. Será por la misma razón que a los de la dictadura alemana le llamaban República Democrática (democrática nada menos) cuando eran comunistas. Ir para atrás como los cangrejos le llaman progresismo. En fin, así está el mundo. Recular es avanzar.

Dirá lo que quiera –para eso hay, afortunadamente, libertad- pero lo que clavó Ortega de que la situación en las plazas de toros reflejaba la situación del país es más verdad, porque nunca falla, como aquello de que hasta el 40 de mayo no te quietes el sayo. Y no creo que Sánchez de primero y Ferlosio de segundo quiera creerse superior a Ortega.

Lo de Savater, como afortunadamente está vivo y por muchos años, lo dejo que lo lidie mano a mano. Me parece, no obstante, que este toro no tiene un pase. Así que pocos muletazos sobre las piernas y a acabar pronto el duelo.

Escritores como Ferlosio lanzan en el citado artículo antitaurino la siguiente perla : “ La descripción respira una poética nebulosidad de acento vaporosamente zambraniano” (En “El País”, of course). Reto a que alguien salga a la calle, pregunte a mil personas y si dos saben entenderlo primero y explicarlo después que le den una flor natural a Sánchez de primero y Ferlosio de segundo. De pila, Rafael.

De una tacada defeca en Ortega, Savater y Joaquín Vidal, que tanto fue en este periódico. Duda de si los toros son cultura porque, según él, ahora a todo se le llama cultura. De pasada piensa en la poesía, la literatura, la escultura…y hasta en la zarzuela. En ese momento recuerdo también una música tan española como el pasodoble, cuya producción, en el tuétano de los españoles, es en gran parte dedicada a los toros, a su leyenda, su romance, su belleza. 

No sé donde vive este antitaurino ni si su casa tiene grandes dimensiones, pero difícilmente cabrá en ella toda la producción de artículos, libros, esculturas, cuadros, discos, películas, grabaciones etc del mundo de los toros. Tenga usted respeto a muchos artistas, muchos de los cuales escribieron mucho mejor que usted y fueron más populares y prestigiosos. O al menos conocidos. 

He leído varias biografías de tan insigne personaje y me pregunto que hago yo, que no soy nadie, contestándole. Pero no puedo callarme ante las injusticias. En una lo califican de huraño y extravagante y así me explico algunas cosas. Biografía impresionante la de Ferlosio, cargada de muchísimos libros y grandes premios, pero le van a caer ya los 85, edad en la que muchos están decadentes o quieren seguir en la actualidad diciendo lo que sea. Respetemos su ancianidad y pidamos a Dios que le alargue la vida mucho más pero que emplee ese tiempo en no parecer o estar tontucio. Ya las decía antes, como cuando en 1992 calificó de “indigno festival” el 5º Centenario del Descubrimiento de América.

Se refiere sobre ascuas al sufrimiento del animal. Mire señor Ferlosio : esa es la asignatura pendiente que el mundo del toro no se atreve a explicar. Decía recientemente el Presidente del Colegio de Veterinarios de España que es posible que los toros sufran o no durante la lidia. Es posible que no, pero eso hay que demostrarlo científicamente y no se ha abordado de verdad el tema. Lo cierto es que usted golpea a un animal y, en cuanto lo ve, sale corriendo. En el fragor de la lucha, el toro embiste una y otra vez para que le pongan un par, dos, tres y hasta cuatro de banderillas. Y podía salir corriendo y decir nones. Igual le ocurre con los puyazos que excepcionalmente como en la reciente feria de Mont de Marsán se cuentan hasta cinco aceptados libremente. Y no digamos cuando le meten una o varias espadas sucesivamente o se eternizan en el descabello. No lo sé. Lo lógico sería salir corriendo y defenderse y aceptan la lucha. 

Los que han recibido un tiro dicen que al principio no duele, sólo se siente calor. Puede que al toro le pase lo mismo. Y, como la lidia es corta, no le da tiempo a que se le enfríen las heridas.

No sé tampoco si tiene perro o no, pero me gustaría decirle a todos lo que lo tienen si le han preguntado al animal si quiere vivir encerrado entre cuatro paredes o libre en el campo. Si es lo segundo, ¿por qué lo torturan?. A él y a todos los animales domésticos. El toro, al menos, tiene 4 años libres, a sus anchas, en total libertad, y al final 20 minutos de lucha. Y puede volver a la ganadería para ser semental y seguir pasándoselo muy bien.

Acepta incluso Ferlosio por boca del fallecido Javier Ortiz que los aficionados “no disfrutan con el acoso, burla y muerte de los animales” (va bien servida la definición de la lidia) sino lo que admiran es “la constante exhibición de actitudes y poses machistas. Se vincula de manera chirriante a una concepción de la virilidad.”

No sabe que hay también mujeres toreras que también “posan”, Y parece que a los aficionados nos califica de “voyeurs”, que vamos a admirar cuerpo y movimientos de estos hombres. Lo que faltaba. Llegar a los 85 años para esto. Es tan disparatado que denuncio el insulto y el desprecio y animo a otros muchos a que lo hagan.

Por todo ello, don Rafael, el llamado huraño y extravagante, sin más argumentación, expresa el deseo al final de su escrito de que los toros desaparezcan de una vez, no por compasión de los animales, sino por vergüenza de los hombres. ¿Se escribe “ compasión de” o ”por” o “a”?

Se lo pregunto al eximio escritor al que le digo que la desaparición de los toros no la verá ni él, ni muchos como él ni otros tantos que vengan detrás estén en ese momento tontucio o no.

Vergúenza debería ser para Ferlosio escribir artículos como éste y hacerse eco de paridas tales.

*** Avance taurino

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