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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

domingo, 24 de diciembre de 2023

Discriminación científica por ideología religiosa / por Rafael Comino Delgado


"..Solamente limitándonos a los últimos 20 años del siglo pasado y lo que llevamos de este ha habido grandes científicos a los que se les ha negado el Premio Nobel por ser creyentes.."

Discriminación científica por ideología religiosa

Rafael Comino Delgado
Catedrático de la Universidad de Cádiz
A lo largo de la historia ha habido en el mundo persecuciones a científicos solo por su ideología religiosa, es decir, por ser creyentes. Sin remontarnos demasiado tiempo en la historia, durante el siglo XX fueron feroces las persecuciones a científicos en la URSS solo por ser creyentes, llegando, en muchísimos casos, hasta ser condenados muerte y, por supuesto, a trabajos forzados en la Siberia, lo que dio lugar a que algunos, de enorme prestigio (incluso Premios Nobel), no tuvieran más remedio que exiliarse, generalmente hacia Estados Unidos. Pero no solo en donde imperaba el más terrible comunismo, sino también en la Alemania de Hitler muchísimos científicos, de máximo nivel y de nivel medio, fueron perseguidos por ser creyentes donde el nazismo imponía por obligación el ateísmo científico. El mismo Albert Einstein hubo de exiliarse a Estados Unidos, no principalmente por ser judío, sino por ser creyente y no negarlo, al contario, en una carta a su amigo Giovanni Giorgio, de fecha 25 de julio de 1925, le decía, “No solo soy creyente, sino además ofendido por quienes pretendieron catalogarme  entre los ateos”; y a su biógrafo, Walter Isaason le dijo:“Hay gente que dice que no hay Dios, pero lo  que realmente me enfada es que me citen para apoyar su punto de vista… Yo creo en un Dios personal y puedo decir, con plena conciencia, que en mi vida jamás me he alistado a una concepción atea”.

Otro tanto pasó en la Italia de Mussolini donde también se imponía, desde el gobierno, el materialismo y ateísmo científico. Podría parecer que eso es algo de hace siglos, sin embargo, es una realidad actual, podríamos decir en todo el mundo, incluida España.

Solamente limitándonos a los últimos 20 años del siglo pasado y lo que llevamos de este ha habido grandes científicos a los que se les ha negado el Premio Nobel por ser creyentes. Pongamos un par de ejemplos, El profesor Jérôme Lejeune(1926-1994), francés,  fue un pediatra, genetista, escritor, ferviente católico y reconocido en el mundo entero como gran científico, que describió el síndrome de Down(trisomía 21) y el síndrome del Maullido del gato, en bebes, causado por una alteración  del cromosoma cinco. Se manifestó públicamente, muchas veces,  en contra del aborto en general, y en particular del aborto en los fetos con síndrome de Down, y por ello le negaron el Premio Nobel. El profesor Francis Collins (1950-), americano, médico, genetista, director del Proyecto Genoma Humano y del Instituto Nacional de la Salud en Estados Unidos, y uno de los científicos más relevantes del momento actual, que fue ateo hasta los 27 años en que se convirtió al cristianismo, ha sido nominado al Premio Nobel en varias ocasiones, y siempre se le ha negado. En los ambientes científicos mundiales se dice, con insistencia, que ello se debe a su férrea fe cristiana, que no oculta, sino todo lo contario.

Nosotros hicimos en el año 2018 un análisis de todos los premios Nobel de Física, Química y Medicina, es decir, de Ciencias, concedidos desde 1901, año en que empezaron, hasta 2018. En total se habían concedido a 609 personas, y logramos conocer la religiosidad de 210(el 36,6 %). De ellos el 93,80 eran creyentes, el 3,80% agnósticos y solo el 2,38 % ateos. Desde 2019 a 2023 se ha concedido, en las mismas materias, el Premio Nobel a 39 personas, pero solo hemos podido conocer la religiosidad de 6 (el 15, 38 %, menos de la mitad de la conocida en los años anteriores). De los seis cinco eran creyentes (83, 3 %), uno agnóstico (16,6 %) y ningún ateo. Habiendo más medios de difusión que en los años anteriores a 2019, sin embargo no hemos podido conocer la religiosidad de la inmensa mayoría, debido a que ellos mismos la ocultan para no ser discriminados , y a que si son creyentes los medios la silencian. Esa es la opinión generalizada, al respecto, en los ambientes científicos mundiales. 

Parece mentira que en pleno siglo XX avanzado ocurran estas cosas, y especialmente en el llamado primer mundo. En España también pasa eso. Todo el mundo recordará que la exministra Irene Montero quería hacer un listado de los médicos que se negaran a practicar abortos en la Sanidad pública, cuando lo más lógico hubiese sido hacerla de los que estuviesen dispuestos a practicarlos, que sería un número infinitamente más pequeño, pero ya sabemos cómo son los comunistas. Y todos sabemos que en las Comunidades Autónomas gobernadas por la izquierda ha habido y hay discriminación negativa a médicos por negarse a practicar abortos, y al contario, hay a quien se le ha favorecido muy generosamente, de varias formas, por ofrecerse a practicarlos. Y ya que hablamos de España vamos a recordar que Anthony Flew, filósofo británico, sin duda el ateo más influyente del siglo XX, y quizás el mejor filósofo, se convirtió el año 2004 y murió el año 2010, hechos ambos que fueron portada en todos los periódicos más importantes del mundo, sin embargo, la inmensa mayoría de los medios españoles silenciaron de forma miserable los dos eventos.

En definitiva, que en la historia ha habido discriminación negativa feroz a científicos por ser creyentes, y en nuestros días la sigue habiendo, aunque parezca mentira y se diga que en los países democráticos hay libertad religiosa.

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