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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 12 de diciembre de 2023

Virgen de Guadalupe / por Manuel Herrero Presa


"Esta es la que llevo yo en mi coche para que me guie, y se la quiero regalar". 



HISTORIA VIVIDA POR MI

Como hoy es el Día de la Virgen de Guadalupe, me viene a la memoria una preciosa y emotiva anécdota en la Ciudad de México.

Ocurrió una de las veces que fui a México (Solo lo hice tres o cuatro veces).

Yo siempre que visité la ciudad de México, como es natural, me he acercado a la Basílica de Guadalupe para ver a la Virgen. Todas menos la última (final de los 80 o principios de los 90), en la que estuve muy pocos días.

Resulta que al ir de regreso hacia el Aeropuerto en taxi y con el tiempo muy justo, me di cuenta que en ese viaje no había ido a verla. Entonces le comenté al taxista si nos daría tiempo a pasarnos un momento por la Basílica para ver a la Virgen y de camino comprar un recuerdo. Me preguntó que a qué hora tenía mi vuelo, y al decírsela me dijo que no, que no nos daba tiempo. Entonces yo, con una exclamación de pena dije,: "!Que lástima!, pues quería haber visto a la Virgen de Guadalupe antes de marcharme y de camino tambien, haber comprado aunque fuese una estampita".

El taxista al oírme, va y me dice, más o menos en un dulce acento mexicano:

 "Mire señor, como le veo un poco dolido, si quiere le haré un regalito". 

Bajando el parasol del coche coge esta estampa de la Virgen, ajada, roto algunos bordes, y con el aspecto de haberla tocado mucho en sus peticiones, continua diciéndome: 

"Esta es la que llevo yo en mi coche para que me guie, y se la quiero regalar". 

El gesto de este hombre, como es natural me llegó al alma. 


Entonces yo, recordando que siempre me acompañan en mis viajes a América una estampa del Gran Poder y otra estampa de la Macarena que me dió mi madre, las cuales las llevo en una carpetita de plástico para que no se estropeen, al mismo tiempo que esta va en una cartera de cuero fino en donde llevo el pasaporte y fotos de mis niños, mi señora, mis padres y mis hermanos, voy y saco mi estampa de la carpeta y le contesto:

 "Mire, como sé que me ha hecho un regalo muy personal y con mucho amor, yo voy a tratar de corresponderle con la estampa de la Virgen Macarena que me dio mi madre para que siempre estuviera a mi vera, y que yo le voy a regalar para que también le haga a Vd. compañía durante sus jornadas de trabajo".

Contestándome él con voz emocionada: 

"Pues no sabe qué satisfacción me da Vd. con su Virgen sevillana. La pondré en el lugar que ocupaba mi Virgencita en el coche para que siga siempre guiándome"

Y así fue como sin esperárnoslo, mi Macarena se quedó en México y su Guadalupe se vino conmigo a España.

(Desde entonces a esa estampa del Gran Poder le acompaña y me acompaña la Virgen de Guadalupe)

Manuel Herrero Presa
Escrito hoy sobre la marcha y en un momento muy especial.

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