Al final se impuso la cordura, pero Juan Mora estuvo a punto de ser votado como triunfador de la temporada tras torear sólo dos corridas. La Oreja de Oro de la radio pública del triunfador de verdad fue para el líder del 2010 : El Juli.
Hemos perdido la cabeza
Ricardo Díaz-Manresa
Hemos perdido la cabeza. En realidad la perdimos hace tiempo, pero aquí, en España, seguimos dando vueltas a la tuerca o jugando a la ruleta rusa. Incluso, Joaquín Leguina, del PSOE, partido en el poder pero él personalmente sin poder, dice que Zapatero, el que ejerce como Presidente de la nación, está loco y que él cree que hace casi 7 años, cuando accedió al puestazo, ya lo estaba.
Desde hace tiempo asistimos a locuras, barbaridades, incompetencias, perversidades, estupideces, animaladas sin cuento, que la oposición, cobarde y mema, no sabe o quiere atajar. Cree que así le caerá el poder mansamente.
Y que triunfará en toda España como ya lo ha hecho –eso se cree- en una parte de ella, Cataluña, aunque acaba de vencer de verdad otro partido independentista y antiespañol como es Convergencia y –ahí voy- el que más votó contra la supresión de las corridas de toros en Cataluña, votación y crimen que ahora el Partido Popular quiere revocar y ha presentado recurso de inconstitucionalidad contra la medida perversa.
Mientras tanto, y como parece que hemos perdido la cabeza, llegan los votantes de Clarín, programa tan querido de la radio pública española, hacen la votación del premio Oreja de Oro al triunfador de la temporada (repito : de la temporada) y están a punto de dárselo a Juan Mora, que toreó sólo dos tardes y en Madrid, la segunda y última, la triunfal de otoño.
Al final, se impuso la cordura y fue a las manos del auténtico triunfador –El Juli- que hizo la temporada completa de febrero-marzo a octubre, mató 76 corridas y destacó en muchísimas dando la cara y llevando el peso de las ferias. Tiró muy bien del difícil carro 2010.
Yo creo que lo de Juan Mora –este cariño súbito- resultó exagerado aunque su triunfo en Madrid era fuerte e insólito. Lo cuento como anécdota pero mucha gente creyó ver un milagro al sacar la espada tras breve faena y matar a la primera, cuando casi nadie sabía que llevaba la de verdad. Pensaron : milagro de hacer doblar a un toro con la de madera.
Bromas aparte, la impresión que da es que los votantes no sabían lo que votaban. No pensaron en la temporada sino en el hecho rarísimo e inesperado del triunfo de Mora. Es que no analizamos. Se nos va la cabeza.
Y no quiero extenderme en las locuras, pero hay una serie de gran éxito en la televisión estatal “Cuéntame”, que se viene luciendo contando como le da gana y manipulando la Historia de España, especialmente la época franquista y la transición, cuyo último capítulo estuvo dedicado en gran parte a los sanfermines del 78, en la que surgió la tragedia de Germán Rodríguez, tras años de enfrentamientos en las fiestas de Pamplona, que cada año eran más calientes y desagradables.
Ese julio dejé de ir oliendo el panorama que se avecinaba. Y camino del Valle de Arán oí en la radio del coche la tragedia. No voy a relatar los hechos políticos relacionados en el País Vasco y Navarra y sí lamentar lo que se dijo en el programita de marras : lo mató la Policía cuando lo que había hecho era ir a ver una corrida de toros.
Viva el amor a la verdad, a la justicia, a la imparcialidad, a todo lo que recuerde honestidad.
No, si los toros van a tener ahora la culpa de todo.
Si sus hijos están a las puertas de la Universidad, aconséjeles que se dediquen a la Psiquiatría. Van a hacer mucha falta.
Desde hace tiempo asistimos a locuras, barbaridades, incompetencias, perversidades, estupideces, animaladas sin cuento, que la oposición, cobarde y mema, no sabe o quiere atajar. Cree que así le caerá el poder mansamente.
Y que triunfará en toda España como ya lo ha hecho –eso se cree- en una parte de ella, Cataluña, aunque acaba de vencer de verdad otro partido independentista y antiespañol como es Convergencia y –ahí voy- el que más votó contra la supresión de las corridas de toros en Cataluña, votación y crimen que ahora el Partido Popular quiere revocar y ha presentado recurso de inconstitucionalidad contra la medida perversa.
Mientras tanto, y como parece que hemos perdido la cabeza, llegan los votantes de Clarín, programa tan querido de la radio pública española, hacen la votación del premio Oreja de Oro al triunfador de la temporada (repito : de la temporada) y están a punto de dárselo a Juan Mora, que toreó sólo dos tardes y en Madrid, la segunda y última, la triunfal de otoño.
Al final, se impuso la cordura y fue a las manos del auténtico triunfador –El Juli- que hizo la temporada completa de febrero-marzo a octubre, mató 76 corridas y destacó en muchísimas dando la cara y llevando el peso de las ferias. Tiró muy bien del difícil carro 2010.
Yo creo que lo de Juan Mora –este cariño súbito- resultó exagerado aunque su triunfo en Madrid era fuerte e insólito. Lo cuento como anécdota pero mucha gente creyó ver un milagro al sacar la espada tras breve faena y matar a la primera, cuando casi nadie sabía que llevaba la de verdad. Pensaron : milagro de hacer doblar a un toro con la de madera.
Bromas aparte, la impresión que da es que los votantes no sabían lo que votaban. No pensaron en la temporada sino en el hecho rarísimo e inesperado del triunfo de Mora. Es que no analizamos. Se nos va la cabeza.
Y no quiero extenderme en las locuras, pero hay una serie de gran éxito en la televisión estatal “Cuéntame”, que se viene luciendo contando como le da gana y manipulando la Historia de España, especialmente la época franquista y la transición, cuyo último capítulo estuvo dedicado en gran parte a los sanfermines del 78, en la que surgió la tragedia de Germán Rodríguez, tras años de enfrentamientos en las fiestas de Pamplona, que cada año eran más calientes y desagradables.
Ese julio dejé de ir oliendo el panorama que se avecinaba. Y camino del Valle de Arán oí en la radio del coche la tragedia. No voy a relatar los hechos políticos relacionados en el País Vasco y Navarra y sí lamentar lo que se dijo en el programita de marras : lo mató la Policía cuando lo que había hecho era ir a ver una corrida de toros.
Viva el amor a la verdad, a la justicia, a la imparcialidad, a todo lo que recuerde honestidad.
No, si los toros van a tener ahora la culpa de todo.
Si sus hijos están a las puertas de la Universidad, aconséjeles que se dediquen a la Psiquiatría. Van a hacer mucha falta.
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