"...Las corridas de la Beneficencia y la Prensa de Madrid desaparecieron hace muchos años pero esperpénticamente a dos corridas del cliclo de mayo-junio le colocan esta etiqueta que nada tiene que ver con lo que realmente fueron.
Beneficencia y Prensa : ja, ja, ja..."
- ¿La de Beneficencia? ¿La de la Prensa? ¿Las del timo, como este año como un nauseabundo baile de corrales, con Morante de “estrella”, que terminó en espectáculo grotesco y aniquilador? ¿Las de los tontos? ¿Las más importantes del año?.
Ricardo Díaz-Manresa
En Madrid se siguen anunciando dos corridas –una en San Isidro y otra en la pantomima del Arte y la Cultura- como Corridas de la Prensa y la Beneficencia cuando no son ni una cosa ni otra. Ya saben que en San Isidro, según la Comunidad y la empresa Taurodelta, no hay Arte y Cultura (¿), solamente en ésta con unos carteles horribles -¿sin arte ni cultura?- y unas entradas pavorosas.
Siguen viviendo del nombre. Una era benéfica de verdad y extraordinaria porque, a la semana siguiente de terminar San Isidro, venían los tres auténticos triunfadores del ciclo, a los que el público se mataba por ver. Ahora le colocan el nombre a la que cae. Podían designarla por sorteo.
La propietaria de la plaza la organizaba antes. Ahora, sinceramente, no sé si son ellos o la empresa o ésta por encargo de ellos o ellos por encargo de ésta. Y los tontitos de la desinformación taurina repitiendo como papagayos NPI que es la corrida más importante del año. Ji, ji,ji. Sí, y un pimiento, una más y con algún nombre aparente. ¿Para quién son los beneficios? ¿Se sabe?
Y la Corrida de la Prensa, otra que tal. Era una y grande –con la del Montepío de Toreros- de las corridas extraordinarias que venían tras San Isidro con un prestigio enorme y, por supuesto, de triunfadores auténticos del ciclo isidril, celebrada allá por junio e incluso los primeros días de julio. La organizaba directamente la Asociación de la Prensa de Madrid. Zabala padre fue uno de los últimos que lo hizo con mucho éxito. Ya carteles regulares y una muy buena taquilla. Pero cada vez era más difícil. Los toreros se subían a la parra y era un riesgo enorme. Sólo faltaba que hiciera un mal día y se viniera todo al traste con debacle económica incluída. Total, el desprestigio del periodismo en general se unió al de la Corrida de la Prensa en general y desapareció. La Asociación, aconsejada por alguno de sus miembros, uno muy cercano a mí, le dijo a Apostua, presidente entonces y nefasto incluso en esto, que le pidiera a la empresa que se hiciera cargo a cambio de mantener el nombre y darle una pequeña cantidad, que ha bajado incluso a limosna cuando han tenido la suerte de cobrarla. Es una cualquiera del ciclo isidril, le colocan pomposamente como de la Prensa y la sacan del abono. Esta es la triste, tristísima historia, de la entonces muy atractiva Corrida de la Prensa de Madrid.
Igual que la de la Beneficencia, también llamada del clavel por su atractivo, espectadores y llenazo total. Ahora, una vez hechas todas las combinaciones de las ferias de mayo y el tapón infecto de junio, podían sortear y que le cayera el nombre a dos de ellas con estas etiquetas trasnochadas, anticuadas, sobrepasadas y falsas.
¿La de Beneficencia? ¿La de la Prensa? ¿Las del timo, como este año como un nauseabundo baile de corrales, con Morante de “estrella”, que terminó en espectáculo grotesco y aniquilador? ¿Las de los tontos? ¿Las más importantes del año?. Menuda tomadura de pelo a la que se somete el grupo de periodistas de la capital, cada vez más devaluados como colectivo e individualmente. Y no sabemos cuánto dinero llegará a los pobres de la otra, que están cubiertos por los servicios de la asistencia social y, por tanto, no hace puñetera falta organizarla.
La situación es como si a una miss, que hace 40 años estaba buena hasta reventar, siguen diciendo tantas temporadas después que es la más maciza y apetecible. Un esperpento. Una mentira. Una estupidez.
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