Enrique Calvo El Cali
Nunca me gustó entrar en lisa en estos respetables comentarios de los aficionados, pero se está tocando un tema el cual desde hace mas de 40 años he vivido muy de cerca, en varias facetas de mi vida taurina.
Cuando a finales de los 60 me picó el gusanillo de los Toros, irrumpía la historia de los maletillas, en mi Plaza de Cali, en los tentaderos de Las Mercedes, Ambaló y Fuentelapeña, nos juntábamos no menos de 50 chicos hambrientos de las historias del Cordobés, Camino, Puerta, Ordoñez por no mencionar la época de Belmonte, y todos éramos distintos pues no teníamos escuela, allí pasábamos varios días intentando pegar un pase a una vaca luego de que las figuras se guardaban en su burladero.
Conocí en Caracas a uno de los primeros toreros con nombre de los Colombianos, Nito Ortega, quien fue ídolo en Bogotá, al Maestro PEPE CÁCERES quien fué ídolo de los Colombianos hasta el día de su muerte, al arrogante y valeroso JOSELILLO, quien abrió muchas puertas a la Fiesta y recuerdo las novilladas a Plaza llena del "Chiquito Pérez" en la Santamaría, donde idolatraron cantidad de torerillos que soñaban con la gloria pero que por no tener lo que entiendo han tenido los Mexicanos a través de su historia, "RESPETO" de los aficionados por sus toreros, se perdieron en la indiferencia y en la "novelería" que promovian desde los medios hacia los toreros extranjeros.
Desde aquellos años me tocó ser parte del problema y sentí muy en mi pellejo que durante muchos años a loa empresarios de nuestras Plazas les interesábamos solo para que hiciéramos un papel digno al lado de los famosos. Con todo y eso los públicos de sol idolatraban a sus "paisanos" y fueron muchos los carteles que montaron aquellos empresarios con Toreros de la tierra con el papel agotado.
Por recordar una tarde en la Santamaría, Pepe Cáceres, "El Puno, Enrique Calvo "El Cali" y Jorge Herrera.
Se intentó por Sindicato implantar 2 toreros colombianos por un extranjero, sueño que nunca se pudo llevar a feliz término, por culpa de los mismos toreros colombianos, de ello los toreros mexicanos siempre dieron ejemplo. No quiero recordar el tema del dinero de unos y los otros.
En los últimos tiempos un torero que mi Dios le ungió para que llegara a ese estrellato del que muchos soñamos le costó trabajo que torease con sus compañeros de la tierra. Y poco a poco esa relevancia de los primeros toreros colombianos se ha ido esfumando en los tendidos y en el fervor de los aficionados actuales. Ojalá el panorama cambiase con los actuales novilleros que como Reyter, Castilla y alguno mas que sueñan igual que Nito Ortega o Pepe Cáceres lleguen a ser ídolos en un momento en donde los vientos que nos llegan estan cargados de pesimismo por el futuro de la Fiesta.
Cual pudiera ser la forma de una nueva etapa de nuestra querida Fiesta, esa respuesta la tienen en gran medida los aficionados actuales y la inversión económica de de las actuales empresas que no pueden seguir el ejemplo antiguo, "todo pal bolsillo".
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