Ya queda muy poco para verla así
7 DE JULIO: SAN FERMÍN
Antolín Castro
España
Estamos ya en julio y es hora de pensar en la Feria del Toro, la fiesta universal que se celebra en Pamplona. En pocos días una riada de gentes con pañuelico rojo al cuello llenaran las calles de la capital navarra. En sí mismo ya es todo un acontecimiento, pero no es solo eso, aparecerá el toro y él se encargará de llenar la mañana y la tarde y la duermevela de cada día.
El toro es el eje de esta feria pamplonica y a ese tan ruidoso lugar habrán de llegar los toreros también. Feria de importancia por el toro que se ha de lidiar, que como el Tour ciclista de Francia, con el que coincide, está lleno de retos.
Sus carteles este año están libres de pecado, si por pecado entendemos esos ‘duelos’ entre dos toreros que luego no se ‘duelan’ nada. La Casa de Misericordia, alma de la confección de los carteles, no ha querido confeccionar ningún mano a mano descafeinado, ha preferido las ternas que además de diversidad ofrecen más oportunidades a más toreros. Se podría decir que como aquí no hay fallos en la taquilla, no hacen falta genios que inventen los dichosos ‘duelos’.
Y precisamente en esas ternas, y más que en ninguna otra feria, vemos acartelados a muchos diestros cuyos nombres vienen de haber sido coreados como triunfadores en otras ferias o merecedores de gozar de más oportunidades. Ahí, nadie mejor que esta Casa de Misericordia que para mejor hacer hasta les paga muy bien. Eso no es misericordia, es simple, y llanamente, justicia.
Por supuesto que hay figuras, aunque algunos se hagan los remolones para no ir a una cita tan exigente, pero es una gran alegría y satisfacción ver que acuden por méritos propios. Antonio Nazaré, Manuel Escribano, Alberto Aguilar, Juan del Álamo, López Simón son de esos nombres que han dicho algo en otras plazas y aquí tienen hueco.
Por supuesto, Iván Fandiño, Javier Castaño, Antonio Ferrera, Rafaelillo, Jiménez Fortes, David Mora… con éxitos en su plaza y fuera de ella; triunfadores fijos en esa plaza como el rejoneador Sergio Galán o Joselillo, sin faltar tampoco el paisano Francisco Marco en sus carteles.
Todo un ejemplo a la hora de abrir el abanico y que con él haya aire. El reparto de ganaderías todavía está muy lejos de ser un coto abierto en lugar de cerrado, pero en conjunto es de las mejores ferias que se pueden ofrecer, donde al menos se encuentra uno con esa compensación para aquellos que han dado la cara, a salvo alguna excepción como es el caso del mexicano Joselito Adame.
Falta muy poco para que empiece esta feria que es modélica en muchas cosas. Y esperamos que la podamos disfrutar de la mañana a la noche. Total, son sólo diez días de toros… pero normalmente con toros. Menuda diferencia.
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Opinión y toros
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