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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

domingo, 14 de julio de 2013

SAN FERMÍN: PADILLA PUSO LA FIESTA, FANDIÑO PUSO EL TOREO / Por Domingo Delgado de la Cámara




"...Y hablando de las peñas, hay que decir que están bastante cambiadas con respecto a mis años mozos. En una cosa se ha mejorado mucho, prácticamente han desaparecido los vivas al asesino y las consignas irredentas. Pero también se ha perdido la gracia, el ingenio y la improvisación..."

PADILLA PUSO LA FIESTA, FANDIÑO PUSO EL TOREO

Domingo Delgado de la Cámara
En Madrid gustan los toreros de concepto puro, en Sevilla gustan fundamentalmente los artistas, en Bilbao se inclinan por los toreros poderosos y en Pamplona se entregan con los bullidores. Y si ese torero bullidor tiene una personalidad sui generis y lleva tras sí un dramático historial, entonces la entrega se transforma en frenesí. Porque que nadie se engañe, quien manda en la plaza de Pamplona son las peñas, y las peñas adoran a Padilla. Que sabe darles lo que les gusta. Mientras que en Madrid la corrida es un examen de oposición, y en Sevilla es una misa solemne, en Pamplona la corrida es un carnaval. ¿Hay torero más carnavalesco que Padilla?. Hasta lleva disfraz de pirata.

Y hablando de las peñas, hay que decir que están bastante cambiadas con respecto a mis años mozos. En una cosa se ha mejorado mucho, prácticamente han desaparecido los vivas al asesino y las consignas irredentas. Pero también se ha perdido la gracia, el ingenio y la improvisación. Por ejemplo me acuerdo de toda la solanera cantando a coro: " ¡hay mama Inés, hay mama Inés, todos los negros tomamos café!", cuando toreaba Morenito de Maracay... Desde hace años se canta lo mismo sin ninguna novedad y la mayoría de los toros transcurren con ritmo mongólico y monocorde, y la simpatía, la gracia y el ingenio, brillan totalmente por su ausencia. Las peñas han envejecido mucho, aunque quizás sea yo el que se esté haciendo viejo...

Pues bien, Padilla, sabe como nadie dar a las peñas lo que las peñas quieren. Con su primero derrochó rodillazos y alardes efectistas, para deleite del mocerío. A su manera aprovechó al toro. El toro era soso, mansote y parado. No daba para mucho más. Después de una estocada al segundo intento saliendo trompicado, cortó una oreja. El cuarto toro de Fuente Ymbro, llamado "Heroína", fue excelente: bravo y con mucha clase. Y eso que pesaba más de seiscientos kilos. De lo que se deduce que cuando los toros no embisten es por poca casta y no por mucho volumen. La casta soporta hasta el exceso de peso. El toro fue de vuelta al ruedo. Digo más, si cae en manos maestras que hubieran sabido lucirle, hubiera sido hasta de indulto. Padilla hizo todo cuanto estuvo en su mano para agradar al respetable, en una faena movida y efectista, pero el toro era para mucho mas. Estocada y broncazo a la presidencia por conceder únicamente una oreja. Yo aplaudo al presidente, creo que hizo exactamente lo que debía. Hubiera sido muy injusto dar el mismo premio a Padilla por esta faena bullangera y a Fandiño por el faenón de la feria.

Iván Fandiño estuvo perfecto con su primer toro. Y esto suele ser muy difícil. La perfección raras veces aparece. En todas las faenas por buenas que sean, sobra o falta algo. En esta faena no sobró ni faltó nada. El toro tenía tan buena condición como justa fuerza. Si no perdió las manos nunca, fue porque Fandiño le dio el sitio y la altura que exactamente necesitaba. El toro era mucho mejor por el derecho que por el izquierdo, pitón por el que se defendía bastante. Después de tres grandes series con la derecha, Fandiño acabó cuajando al toro también por el izquierdo, donde había que esperar más y templar más. El temple fue el secreto para poder bajar mucho la muleta, sin que el toro perdiese nunca las manos. Las series transcurrían templadas, profundas y rematadas con excelentes pases de pecho. Llegados a este punto, hay que hablar del embroque. Actualmente hay toreros que torean muy bien, pero ninguno se pasa los toros tan cerca como Iván Fandiño. Por tanto su embroque es perfecto. Para llegar a esta templanza y para pasarse el toro tan cerca, hay que tener un valor sobrehumano. Sólo con ese valor se puede lograr torear así. A lo mejor otros torean más bonito, pero ahora mismo, Fandiño representa el toreo mas puro y mas profundo. Por tanto Fandiño es el clasicismo, el toreo que jamás pasa de moda. La obra estaba ya hecha, por ello las enervantes bernadinas del final, a mí me dieron igual. Estocada contraria y las dos orejas mejor cortadas que se han visto en Pamplona en muchos años. Del sexto poco que decir. Fue un toro que se debió devolver por estar descordado. Lo único que se podía hacer con él, era matarlo. Fandiño es sin duda el gran triunfador de la feria.

La corrida de Fuente Ymbro, de espectacular presencia, tuvo un toro de bandera, el cuarto, un toro bueno, el tercero, y luego toros más corrientes. Como los del lote de Perera. Su primero se defendió muchísimo por la poca fuerza y no había nada que hacer. El quinto embestía sin clase y reponiendo. En palabras de Jon Ander, esta faena fue mas larga que un gol de Oliver y Benji. ¡Hay que fastidiarse con las comparaciones que utiliza la juventud!. En un trasteo muy largo, Perera estuvo tan voluntarioso como espeso. Perera está en muy buen año, pero no se puede estar inspirado todos los días. Así que otro día será.

Y al final ¡Tutti contenti!. El jurado de la Feria del Toro ya tiene un astado al que premiar con todos los honores, las peñas festejaron a su ídolo, y los buenos aficionados disfrutaron del mejor toreo. Enhorabuena a todos.


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