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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

viernes, 6 de junio de 2014

28ª de feria de San Isidro: Daniel Luque da una gran tarde y sube al podio de los grandes / Por J. A. del Moral




28ª de la feria de San Isidro en Madrid
Daniel Luque da una gran tarde y sube al podio de los grandes

J. A. del Moral
Vaya por delante destacar el buen juego de la corrida de Puerto de San Lorenzo que solamente supo aprovechar y de qué manera el diestro sevillano de Gerena que salió a hombros tras cortar dos orejas que pudieron ser cuatro si hubiera matado al primer envite. El Cid quiso pero no pudo triunfar. Perdió una posible oreja del segundo toro por pinchar y no se entendió con el buen quinto. Juan José Padilla, con menos suerte, pasó desapercibido. 

Madrid. Plaza de Las Ventas. 
Jueves, 5 de junio de 2014. Vigésimo octava de feria. Tarde veraniega con viento y más de tres cuartos de entrada.

Siete toros de Puerto de San Lorenzo incluido el sobrero que reemplazó al primero, devuelto por su debilidad. Muy bien presentados y de vario aunque buen juego en distintos grados. Se paró enseguida el primero. Blando pero nobilísimo el segundo. Un gran toro con clase el tercero. Manejable sin clase el cuarto. Inédito el estupendo quinto.

Juan José Padilla (burdeos y oro): Pinchazo, media y descabello, silencio. Pinchazo, otro hondo y estocada, silencio.
El Cid (turmalina y oro): Metisaca, pinchazo y buena estocada, silencio. Estocada y seis descabellos, aviso y silencio.
Daniel Luque (berenjena y oro): Pinchazo hondo y descabello, oreja. Pinchazo hondo y descabello, oreja. Salió a hombros.

Con casi todo el pescado vendido, afrontamos los finales de la feria ya sin casi nada por contrastar si no hubiera sorpresas de última hora que en el toreo todo puede ocurrir, y con la nómina casi completa de los que salieron en alza o a la baja, además de los que continúan donde estaban, tanto en las cimas como en las simas. En la cúpula solo hubo una notable alteración al alza: la de Miguel Ángel Perera quien, de pertenecer a la primera fila, por lo conseguido en esta feria de la que ya es absoluto triunfador, se ha situado en un lugar de privilegio. Ayer, también Daniel Luque dio un paso de gigante en Madrid que ya era hora. No digo que se pongan por delante de los que continúan en el pináculo que pertenece a Enrique Ponce y a El Juli aunque este un tanto deteriorado por no haber sido capaz de arrollar a nadie, ni siquiera a sí mismo. Dadas las descompasadas pretensiones de El Juli, parece que sus propósitos han sufrido un serio frenazo. Incluso anda ahora pidiendo árnica en Sevilla sabiendo como sabe con certeza que su capitaneo al frente de los otros cuatro que vetaron a La Maestranza está haciendo aguas por todos los costados. Porque, vamos a ver, ¿seguirá Perera de simple acompañante después del puñetazo que ha pegado en la mesa del toreo? No creo. ¿Seguirá ayudando gratuitamente cuando no sufriendo un absurdo desgaste José María Manzanares que, dicho sea de paso, en este San Isidro ha sido “salvado” – ¡quién lo diría¡ – por sus habituales e irredentos reventadores que siguen teniendo la “virtud” de alzar a los que condenan y de condenar a los que protegen? Ya conté hace días que Manzanares ha empezado a cortar las amarras que le unían al G-5 por lo que el grupito se está deshaciendo a velocidad de crucero. El incontrolado e incontrolable Morante sigue siendo caso aparte aunque en Madrid también ha pasado como si no hubiera venido. Por tanto, se dejará llevar por la corriente aunque lo más seguro es que termine por darse un abrazo con los amos de La Maestranza. Y falta uno de los cinco, Alejandro Talavante. Iba de segundo triunfador de la feria, pero el petardo que pegó en la Corrida de la Beneficencia le ha dejado descolocado. Me parece que su nuevo apoderamiento y van… no le está beneficiando para nada… Dada su enfermiza manía de cambiar de apoderados, veo en globo a los últimos. Y, si no, al tiempo.

Quizá el torero que ha tenido más toros para haber sido el gran triunfador de la feria fue Iván Fandiño. Dos de dos orejas y dos de una. Los dobles trofeos de uno solo toro los cortó gracias a que entró a matar sin muleta. Los demás, se le fueron, en parte o del todo. Pero lo realmente incomprensible de Fandiño es que, en su última corrida, tras ver y oír el magno e inenarrable homenaje que la plaza entera tributó al Rey, llegado el momento de brindarle una de sus dos faenas no lo hizo. Hace falta ser muy torpe para cometer semejante falta de educación y hasta de principios, sean cuales sean sus ideas políticas. En la plaza no se libró de que le llamaran hasta etarra. Esta supina estupidez le costará mucho salvarla. Por el momento, su más incondicional e influyente defensor, Zabala de la Serna, le dedicó una crónica en El Mundo poniéndole a parir personal y taurinamente hablando. Eso para que vaya haciéndose una idea de lo que le espera al mozo vizcaíno.

En fin. Allá cada cual con sus cuitas. Todos los demás toreros que cuentan, siguen donde estaban aunque nos faltaba por saber qué harían ayer El Cid y Daniel Luque sobre todo que ya he dicho que triunfó grandemente, porque El Cid ha tenido muy mal paso por Madrid en las dos primeras tras su no menos decadente paso por Sevilla. Padilla ya no está siendo tan incondicionalmente apoyado por la gente como era de prever, de modo que tanto dará si triunfa como si no, aunque en Madrid todavía no lo consiguió nunca tras su terrible percance. Lo más interesante de esta corrida era si Daniel Luque daría o no la medida que pueda alcanzar en su inmediato futuro. Y vaya si lo dio. Lo dio con una estupenda corrida de Puerto de San Lorenzo que, a su vez, contará en los premios junto a la de Parladé.

Mucho público sin llegar al lleno asistió ayer a la corrida. Pero un público distinto al de las tardes de más relumbrón. Gentes en su mayoría que, de toros, saben lo que yo de boxeo. Son muchos los abonados que regalan entradas a sus familiares, amigos o sabe Dios a quienes. Veamos.

El primer toro de Puerto de San Lorenzo, negro y acarnerado de cara, salió suelto de los dos lances rodilla en tierra con que lo saludó Padilla. También el primero que dio en pie, siendo desarmado en siguiente. No mostró celo ni anunció tener fuerza al ser llevado hacia el caballo. Aunque le taparon la salida, no le pegaron en el primer puyazo. Ni en el segundo que medio tomó defendiéndose. Y en el intendo de quitar Luque perdió las manos. Esta es una canción que se está repitiendo muchísimo en esta feria. El tercio de banderillas aconteció entre protestas por la blandura del animal y por lo poco acertados que anduvieron los peones. Fue tardíamente devuelto. Y en su lugar soltaron un sobrero del mismo hierro. Casi un calco del anterior aunque con más kilos. Lo paró Mambrú y Padilla lo saludó en el tercio con lances vulgares sin querer bajarlo temiendo lo peor. Lo de antes, vamos. El toro tardó en arrancarse al caballo hasta que lo hizo medio derribando y sin que le pegaran. Tampoco le dieron en el segundo encuentro. Padilla banderilleó en solitario con la ayuda de su peón de brega. Clavó certero Juan José el primer par. El segundo lo puso arrancando desde el estribo. Y el tercero al violín. Sin problemas y muy aplaudido el de Jerez que, por el momento, estuvo muy modosito. No brindó. La faena empezó con la mano derecha sin nada que resaltar por parte del torero porque el animal ya estaba casi parado. El vozarrón de Padilla para provocar la embestida del marmolillo se oía hasta fuera de la plaza. Menos mal que fue noblón. La sosería del animal unida a la sosería con que se estaba produciendo el trasteo nos condujo al bostezo. Y Padilla dale que te da pegando mantazos. Fue toro para matarlo enseguida y no para concursar a ver quien grita más. Nos hizo caso Padilla. Tarde pero se fue a por la espada de verdad para matar de feo pinchazo. Lo de feo no es por el pinchazo en sí, es por la forzadamente horrible postura de Padilla cuando de perfila. Media estocada posterior no fue suficiente y Padilla descabelló con rápido acierto.

Muy agradable de cara el negro cuarto con muy buenas hechuras. Padilla se lució en un vistoso recibo. Galleó por chicuelinas. El toro que empujó con fijeza en el primer puyazo. También en el segundo aunque en este se repuchó. Padilla no banderilleó y nadie se lo recriminó. Tenía toro o eso creyó él y se aplicó a lucirse. No fue tan bueno como creímos iba a ser y a Padilla le vimos algo nervioso en sus entusiasmados esfuerzos en hacer lo que no pudo. Y no por culpa suya, sino por la poca clase que tuvo su muy manejable oponente hasta que se vino abajo. Cansó su insistencia.

Fea salida hizo el segundo hasta que empezó a corretear. El Cid se templó mucho en los lances de recibo que el toro tomó con nobleza. Pero pronto empezamos a padecer con la primera dobladura de manos del animal cuando El Cid lo llevaba al
caballo. No se pico. Se simuló. Esta es la suerte de la enfermería. Nueva caída en parecida situación a la que acabábamos de ver, paciencia y barajar… Tercera caída y cambio de tercio. Mejor aunque surgieron las protestas. Se banderilleó de trámite y El Cid salió muy dispuesto dando un rodeo para llegar bajo la presidencia. Parte del público se sorpnedió creyendo que lo iba a brindar a los parroquianos. Una lástima que el toro careciera de fuerza porque fue nobilísimo tal cual vimos cuando El Cid lo toreó bien y templado con la mano derecha. Bien y a mejor que bien por redondos. Toma tela marinera. El Cid estaba viviendo otra resurrección como ocurrió en la pasada Feria de Otoño en esta misma plaza. Recreándose luego al natural. Tan sumiso fue el toro, que vimos a El Cid disfrutando como hacía meses. Los pases de pecho los encadenó con galanura y con sabor. Hubo quienes gritaron que no. Pero yo dije que sí. Pena de metisaca. Iba para oreja la cosa. Pinchazo. La jodimos señá Dolores. Y buena estocada. P´a matarlo. A El Cid me refiero.

Viendo la salida del quinto, no pude evitar de acurdarme de don Atanasio Fernández y de su yerno, Gabriel Aguirre. Buenos, mejores o peores esta corrida tuvo esa personalidad de los que fueron famosos toros y gracias a la familia Fraile la siguen siendo. Este quinto se lidió con un poco de barullo hasta que Luque quitó por gaoneras auténticas. Pasándose el toro muy cerca pero templando y sin dejarse enganchar nunca el capote. Enhorabuena Luque porque ahora casi todos las dan a lo Tomás. Es decir, muy quietos los pies unque ensuciadas con enganchones. El Cid quería irse en triunfo de la feria y volvió a brindar al público. Plantado al natural para empezar toreando largo pero no como lo hubiera hecho en sus mejores años. Con la derecha se acercó un momento su mejor versión. Era un toro para formar un lio aunque algo acobardado. Pero cuando iba, iba. Dio muchos pases, pero poco a poco ambos oponentes fueron desentendiéndose y, en la falta de acople, el animal se vino abajo.

El buen capote de Daniel Luque tomó carta de naturaleza en el recibo del tercer toro. Fue en los medios del inmenso ruedo de la Monumental. Tras recibir el primer puyazo el toro salió suelto y arrolló a un peón. No pasó nada más que el susto. Luque quitó por chicuelinas. El segundo puyazo fue preparado y ejecutado en forma. Hasta el toro empujó. Manuel Quinta y Padillita lo bordaron en palos. Animaron el alicaído cotarro. Y el toro galopando. Y Luque en los medios. Cierto calamocheo del toro no ayudó para que los redondos con que Luque empezó la faena resultaran extraordinarios. Pero fueron muy buenos. El desparpajo de los toreros sevillanos y éste lo es, fue la sal de una ronda por naturales engarzados al de pecho. Y la que dio relajado y derecho de nuevo con la derecha con cambio de mano y el de pechó, de padre y muy señor mío. Lo remachó con más naturales muy ligados. Luque no se cansó, quiso más, y más naturales nos regaló el sevillano, cerrando con cambios, trincherillas y desdenes. Y para postre lo suyo: Sucesivos naturales cambiándose la muleta de manos sin la ayuda de la espada. Un pinchazo hondo trasero que hizo daño al toro aunque no bastante dio paso al descabello muy certero. Se pidió la oreja y fue concedida. Se la había ganado el de Gerena porque la faena iba para dos.

Luque intentó rehacer con temple las en principio cortas embestidas del sexto toro que había salido echando las manos por delante. Buena su brega – se ocupó personalmente en ello – el toro coceó mientras le daban en el primer puyazo, salió suelto y empujó con fijeza en el segundo. Punta también bregó templando a favor de su matador. Como debe hacerse en un difícil tercio de banderillas en que José Miguel Neiro sufrió un tremendo golpe en el pecho. Mientras se lo llevaban a la enfermería, Luque empezó la faena con ayudados y cambios llevando al toro hacia los medios. Y allí, a base de templanza fue corrigiendo las máculas del toro con la mano derecha hasta ligar una esplendida ronda que ligó con el pectoral. Lo repitió haciendo el toreo a la vez que siguió “haciendo” al toro. Y sensacionalmente al natural. Ya estaban completamente acoplados toro y torero. Y eso es torear con mayúsculas. Los altos encadenados sin moverse que ligó al de pecho pusieron a todo el mundo de acuerdo. Pero otra vez pinchó antes de agarrar un estoconazo y, otra vez, lo que iba para dos oreja quedó en una. Pero una y una son dos y salió a hombros. Gran tarde de Luque en cualquier caso. ¡Enhorabuena¡

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