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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

miércoles, 8 de agosto de 2018

JUAN BELMONTE Y SU LECTURA DEL LIBRO "MI COMPADRE" / Por: Rafael Dupouy Gómez


Juan Belmonte, el gran revolucionario del toreo, leyendo con especial interés el libro "Mi Compadre" del escritor colombiano Fernando González, dedicado al General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela. Fotografías tomadas del documental "El toreo de Joselito y Belmonte" transmitido por TVE. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).


En un interesante documental titulado "El Toreo de Joselito y Belmonte", transmitido por la Televisión Española (TVE), curiosamente aparecieron unas imágenes de Juan Belmonte, disfrutando la lectura del libro "Mi Compadre", del escritor colombiano Fernando González. El famoso "Pasmo de Triana" lo conservaba en su biblioteca, porque en esa obra se narraban importantes aspectos de la vida de su entrañable amigo, el General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela.


JUAN BELMONTE Y SU LECTURA DEL LIBRO "MI COMPADRE" 

Rafael Dupouy Gómez
Caracas, Agosto/2018
En el documental, se pudo observar al revolucionario del toreo con el libro en sus manos, apreciándose en la portada, la imagen de mi bisabuelo, el General
Gómez
. Como se recordará, Juan Belmonte vino a Caracas (Venezuela), el 5 de marzo de 1918, siendo contratado para torear cuatro corridas de toros en el Circo Metropolitano de Caracas, por el empresario venezolano Eloy Pérez. Durante su estadía, Belmonte pasó tres meses viviendo en Maracay en la casa de Alí Gómez, hijo del General Gómez. En ese lugar comenzó la amistad del famoso revolucionario del toreo con el Presidente de la República. Tal sería la admiración y cariño de Belmonte por la figura del General Gómez, que hasta le dedicó un capítulo completo, relatando cómo lo conoció en el magnífico libro del escritor sevillano Manuel Chaves Nogales, "Juan Belmonte, Matador de Toros; su vida y hazañas", en el capítulo XIX, titulado: "Juan Belmonte en Venezuela. El cariño del General".

La gran amistad de Belmonte continuó con los hermanos Juan Vicente y Florencio Gómez Núñez, hijos del General Gómez, quienes decidieron en el año 1932, comprar una ganadería de toros de lidia en España para traerla a Venezuela, siendo seleccionada y aprobada por Juan Belmonte y el célebre rejoneador don Antonio Cañero. La ganadería perteneció a los hermanos Pallarés Delsors, ubicada en Cabra (Córdoba), correspondiendo a los hermanos Gómez Núñez la adquisición de la mitad de ella para fundar "Guayabita", la primera ganadería de toros de lidia pura casta española en Venezuela.

Juan Belmonte en compañía de Juan Vicente Gómez (hijo) y Conchita Cintrón en "Los Corales". Año 1962. Foto: Cano. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Desde esos años y posteriormente en España, Juan Belmonte mantuvo una entrañable amistad con los hermanos Gómez Núñez, a quienes dedicó unas palabras de reconocimiento por su desmedida afición: 

"A Juan Vicente y Florencio Gómez, principales mantenedores de la Fiesta Nacional Española en América con el agradecimiento de un aficionado". 

Juan Belmonte. 1935.
EL LIBRO "MI COMPADRE" DE FERNANDO GONZÁLEZ
Contraportada del libro "Mi Compadre" 
del escritor colombiano Fernando González.

A comienzos de los años treinta, el escritor colombiano Fernando González alcanzó destacada nombradía en los círculos literarios e históricos de los países latinoamericanos y de España. La editorial "Juventud" de Barcelona (España), editó varias de sus obras. Su libro "Mi Simón Bolívar" fue saludado por los historiadores venezolanos como una nueva y acertada interpretación de la personalidad del Libertador y le ganó la amistad de Vicente Lecuna, Luis Correa y el pintor Tito Salas, grandes bolivarianos.

En septiembre de 1931, el escritor Fernando González llegó a Venezuela para conocer personalmente al General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República. Estableció contactos con sus amigos que ya conocían su proyecto de escribir una interpretación de la personalidad del Presidente. Dedicó sus primeras semanas a documentarse en la Academia de la Historia y en la Casa Natal del Libertador. Largos diálogos sostuvo con Vicente Lecuna, el pintor Tito Salas y el historiador Luis Alberto Sucre. Consiguió sus primeras entrevistas con el General Gómez, a través del Dr. Rafael Requena, quien durante esos años ejerció las funciones como Secretario de la Presidencia de la República de Venezuela.

Para iniciar su tarea, el escritor Fernando González estudió las biografías de Páez, Monagas, Vargas, Soublette, Guzmán Blanco, Crespo y Castro, tratando de establecer las semejanzas y diferencias entre el grupo de los Presidentes de Venezuela que actuaron desde la fundación de la República hasta el comienzo del siglo XX y el General Juan Vicente Gómez, el Presidente de Venezuela, a quien le tocó presidir los más grandes cambios ocurridos hasta entonces en la vida venezolana como fueron los de la liquidación de los guerras civiles y la aparición del petróleo.

El General Gómez, dialogó en numerosas oportunidades con Fernando González, lo invitó a sus haciendas, lo llevó al Campo de Carabobo, le explicó la batalla, lo llevó al Samán de Güere, al Monumento de "La Puerta", le facilitó su tarea al sentarlo a su mesa, para dialogar con su familia y responder preguntas sobre su pasado. Fernando González fue uno de los escritores a quienes el General Gómez brindó su confianza.

El General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela, conversando con el escritor colombiano Fernando González en el Monumento de "La Puerta", ubicado en San Juan de Los Morros, Venezuela. Año 1931. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

En 1932, Fernando González viajó a Europa con el propósito de escribir su libro sobre el General Juan Vicente Gómez y se estableció en Marsella (Francia), en donde ejerció funciones consulares representando a su país. Finalmente, en 1934, la Editorial "Juventud" de Barcelona (España), publicó el nuevo libro de Fernando González bajo el título de "Mi Compadre". Su compadre era el General Juan Vicente Gómez, quien fue el padrino del hijo menor del escritor colombiano de nombre Simón González Restrepo, quien posteriormente se destacó como Gobernador de las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.

Para Fernando González, el General Gómez fue la autenticidad de un continente frente a las personalidades falsificadas de la mayoría de los gobernantes de América. Admiró su voluntad, inteligencia y astucia, considerándolo como el primer trabajador de Venezuela, el que comenzó, el que dio ejemplo. Señaló los beneficios de su obra de gobernante, destacando que nunca tuvo dinero en el exterior. Su única pasión fue gobernar a Venezuela para unirla, pacificarla y hacerla trabajadora.  

Afirmó en su libro que el General Gómez había cumplido años en el poder, sin una revolución, manteniendo el país cruzado por carreteras, ninguna deuda, y ni un vago ni un pordiosero. Tres sueños había tenido: Bolívar, carreteras y acabar con guerrilleros que impedían vivir en paz. 

El mar de podredumbre y enredos que encontró había servido también para que lo insultaran y desfiguraran; pero lo cierto es que el General Gómez salvó a Venezuela con sus doctrinas y prácticas originales, nacionales, sencillas y nuevas, emanadas de nuestro suelo. Gómez es lección viva para nosotros suramericanos. Si queremos ser lo que soñaba el Libertador, debemos beber en esta fuente: Paz. Trabajo. Amistad con todos. Lejos la inmigración. Con nuestro dinero y con nuestro trabajo. Con dinero venezolano se han hecho las carreteras y todas las obras.

El escritor colombiano Fernando González y Florencio Gómez Núñez, hijo del General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela. Año 1931. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Sobre la publicación de su libro "Mi Compadre", el 4 de diciembre de 1933, Fernando González escribió desde Marsella (Francia) a su amigo el Dr. Enrique Udaneta Carrillo, expresándole: "Hay que hacer saber a los europeos que en Venezuela existe el hombre que es capaz de darle personalidad a Suramérica".

El 14 de marzo de 1934, nuevamente desde Marsella (Francia), Fernando González le escribió al General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela:

"Ayer le cablegrafié anunciándole la próxima aparición del libro que he escrito sobre usted. Corrigiéndolo, he vivido los días intensos en que estuve a su lado en Maracay, en el "Club Bolívar", Carabobo, "La Puerta", etc. Me parecía que revivía. No quiero darle muchos detalles de la obra: Contiene una historia de Venezuela desde Páez hasta usted; la segunda parte es la historia suya, y la tercera es una descripción del ambiente de Caracas y de Maracay. Quedé más satisfecho que con "Mi Simón Bolívar". Los críticos me alaban mucho el trabajo. Reciba para usted, Doña Dolores y sus hijos y amigos, todas las manifestaciones de cariño de mi familia y mías. Siempre su fiel amigo". Fernando González.

Posteriormente, no circuló en Venezuela el libro "Mi Compadre". La razón se debió a unos comentarios que escribió Fernando González sobre la vida privada de doña María Antonia Bolívar, la hermana de Simón Bolívar, en uno de sus capítulos. Al General Gómez no le parecieron correctos y estuvo de acuerdo con las gestiones de quienes en esos años mantuvieron la dirección del culto y respeto a la memoria del Libertador.

Señaló González al respecto: 
"En Venezuela se enojaron y ni siquiera permitieron la entrada de los ejemplares". Luego, en carta dirigida desde Medellín (Colombia), el 29 de agosto de 1934, el escritor escribió: "Fernando González saluda respetuosamente a su ilustre amigo el Benemérito General don Juan Vicente Gómez y le manifiesta su profundo agradecimiento por haber dispuesto que le fueran devueltos los derechos de aduana que le fueron cobrados por la introducción de su último libro".

El libro "Mi Compadre" (1934), se había esperado con verdadero interés en Venezuela pues el éxito obtenido con "Viaje a Pie" (1929), "Mi Simón Bolívar" (1930), "Don Mirócletes" (1932) y "El Hermafrodita Dormido" (1933), lo acreditaron como un pensador de originalísimos enfoques y audaces juicios. Destacadas personalidades del mundo literario analizaron y opinaron sobre sus obras como Gabriel Miró, Azorín, Gregorio Marañón, Jacinto Benavente y Concha Espina, entre otros.

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