la suerte suprema

la suerte suprema
Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 10 de septiembre de 2024

A DOÑA ANGUSTIAS, MADRE PARA TODOS LOS TOREROS, Y A ANGUSTIAS DELGADO, MI AMIGA PARA SIEMPRE / por José Mª Portillo Fabra


"..Yo no conocí a doña Angustias personalmente, pero si tuve y aún tengo gran amistad con familiares suyos. Especialmente la tuve con su nieta Angustias Delgado Rodríguez, hija de Soledad la menor de las hermanas de Manolete. A mí amiga Angustitas, fallecida hace muy poco tiempo, le dedico estas líneas con el mayor sentimiento.."

A DOÑA ANGUSTIAS, MADRE PARA TODOS LOS TOREROS, Y A ANGUSTIAS DELGADO, MI AMIGA PARA SIEMPRE

Desde el mismo día de la muerte de Manolete, puede decirse que su madre Doña Angustias ocupó un lugar junto a su hijo en el imaginario de la Fiesta de los toros. Hasta podría decirse que Doña Angustias es una personalidad importante en la historia del toreo. Pese a que desde la muerte de Manolete se limitaba a llorar y a rezar por su hijo, dos años después Lola Flores cantaba una copla titulada "Angustias Sánchez, qué pena, pena". Yo no conocí a doña Angustias personalmente, pero si tuve y aún tengo gran amistad con familiares suyos. Especialmente la tuve con su nieta Angustias Delgado Rodríguez, hija de Soledad la menor de las hermanas de Manolete. A mí amiga Angustitas, fallecida hace muy poco tiempo, le dedico estas líneas con el mayor sentimiento. Pese a conocernos desde mucho antes, nuestra amistad sobrevino cuando Angustias y yo fuimos compañeros en la Facultad de Económicas de Málaga, y esa amistad ya no se rompería. Y como según Calderón una amistad verdadera es parentesco sin sangre, me duele su ausencia. Angustias era inteligente, simpática y atractiva, divertida ingeniosa y buena.

Cuando terminaban los exámenes, un grupo de los alumnos cordobeses en Málaga celebrábamos los aprobados y las calabazas en alguna discoteca de la Costa del Sol, y en ocasiones hasta los embarcaba para ir a torear a una placita de toros en un hotel de la zona, y ahi están Rafael mi amigo del futbol, o Juan, mi amigo, del PP, que eran de los que se atrevían a salir al ruedo. Por mi trato con Angustias, que duró muchos años, hasta que ella se fue a vivir a Madrid, aunque siguieramos encontrandonos, pude hacerme una idea de cómo sería doña Angustias, y llegué a la conclusión de que era una señora buena, sencilla, amable, abierta, discreta, serena, con firmeza de carácter, muy amante de su familia y que pese a sus problemas de visión, ella llevaba su casa, virtudes por cierto que yo observaba en su nieta y amiga mía Angustitas, a la que por cierto no le gustaban los toros. Doña Angustias, en cambio, hablaba con Manolete de su carrera taurina. Pasados los años, hice amistad gracias a José María Montilla con otra nieta de Doña Angustias, Pilar Soria, interviniente en los actos del Centenario de Manolete, en los que estuvo presente El Castoreño. Y Pilar Soria, que llegó a conocer a Manolete de niña, me contó una conversación de Manolete y su madre en torno a Pepe Luis Vázquez.

Manolete decía:

"Mamá, con quien más me gusta y mas me cuesta torear es con Pepe Luis Vázquez, porque a mí me exigen en todos los toros, y a él, en cambio, lo esperan". 

Y por mi parte, puedo decir que escuché a Pepe Luis Vázquez en Las Ventas afirmar ante casi doscientas personas, y tras elogiar a los toreros de su época: "En cuanto a Manolete y Antonio Bienvenida, sólo puedo decir una cosa: que son como dos hermanos míos"

Eso mismo nos decimos Paco Sánchez Saco y yo. Doña Angustias tenía predilección por Paco Sánchez Saco cuando era niño, y Manolete, para complacerla, lo llevaba a visitarla. Me cuenta Paco: 

"Allí nos poníamos él y yo a recoger jazmines para hacerle un ramo, y para alcanzar los que estaban más altos, Manolete me subía a hombros y yo se los iba dando. Luego le hacía el ramo y se lo dábamos y ella me hacía un regalito".

En México, diestros, ganaderos y aficionados le rendían homenajes a la madre de Manolete, y en España, a los pocos años de la muerte del torero, Juanita Reina encargaba a Quintero, León y Quiroga un pasodoble dedicado a Manolete, en el que no se le menciona, porque estaba dedicado a su madre. Por eso, cuando lo presentó en Córdoba, Juanita visitó a doña Angustias para dedicárselo personalmente, aunque la madre, naturalmente, no asistió al teatro. Yo si se lo escuché cantar a Juanita en el Gran Teatro de Córdoba años después supongo. Aún podría dibujar el decorado del escenario, un gran telón de fondo con un toro gigante de estilo cubista elevandose hacia el cielo en una plaza vacía. El pasodoble se llama "Capote de grana y oro". Un capote de valentía y de vergüenza torera. Un capote para Manuel Rodríguez Sánchez.

Para Angustias Delgado Rodríguez, de su amigo
José María Portillo Fabra. Lo que nos reíamos entonces...


No hay comentarios:

Publicar un comentario