CORNADAS ESCALOFRIANTES
Bardo de la taurina
Y como ahora el morbo o la moda por un rato vendrá tintada de desaciertos permítame sugerirle a usted solo dar por bueno lo que provenga de los médicos adscritos al caso Silis o de los selectísimos informadores veraces a los cuales le recomiendo leerlos a todos, que al cambio son rete bien poquitos y a lo demás por salud mental jáleles la cadena pa’ que así las aguas negras no enturbien algo de lo poco puro y verdadero que aún conserva la fiesta como lo son las cornadas y por ello la revaloran y más aún con lo acontecido el sábado en Cinco Villas, donde un novillero salió con un pulmón perforado y lo ya largado de Pachuca, deberán de servir pa’ que los arlequines que se han infiltrado en las filas de la torería y los apañadores de alternativas recapaciten y mediten sobre su ‘pasatiempo’ porque en una de esas, un toro les anda arremangando un chingadazo de esos que ni Dios Padre se los quita y del que se van arrepentir toda su vida, porque ojo, los toros dan fama, mujeres, dinero, vino, flamenquería pero también dan cornadas y matan y no se vayan con la finta de que de estos ‘tabacos’ se salvan con oraciones, vibras y buenos deseos, ¡no, no, no! pecadores de la golfería y la usurpación no se confundan, ni sigan bajo el disfraz esporádico de un terno de luces y menos se vayan a escudar en el hecho de que porque Juan Luis Silis y Ángel Espinoza ‘Platerito’ la vayan a librar, ustedes también, este par de toreros van a salir adelante y volverán a pisar la arena precisamente porque son toreros de cuerpo y alma dedicados a su profesión, preparados físicamente, labrados en el ejercicio extremo que alientan los amaneceres y rematan en el yunque al vivo rayo del sol que les calcina sus pieles curtidas pa’ la faena extenuante y es esa condición física la que les está permitiendo a los galenos maniobrar científicamente en la heridas de estos hombres que resisten todo y ¿saben por qué lo resisten? por que ya han aguantado las cornadas de la indiferencia, la ingratitud, las injusticias y los desaires, esas que solo los toreros con carácter aguantan sin doblegarse.
Y ojala ahora que reaparezcan estos valerosos, no les vaya a pasar ni por el pensamiento a las catervas en ese su afán de protagonismo, entregarles a los corneados una plaquita por su ‘Valor Indomable’ porque un torero, lo menos que debe de tener es valor y entrega y me voy con la convicción de que lo sucedido este fin de semana fue dramático ¡Si! pero normal en una fiesta que es brava cuando los bureles salen con edad, kilos y en puntas.
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