Pedrito Balañá
Por Bocanegra
Este nefasto empresario, Pedrito Balañá, heredero de un emporio que nace precisamente del toro, con el auspicio del franquista Juan March a su abuelo Don Pedro Balañá Espinós, e incrementado por su padre Pedro Balañá Forts, ha tenido tiempo, mucho tiempo, para ejercer la libertad de gestionar su plaza sin ánimo depredador, y no obrar por especulaciones inmobiliarias con la plaza de Las Arenas y la Monumental.
Por ti, trasnocho y madrugo
Ya está Pedrito en la arena abanderando la libertad para erigirse, ante la Generalidad y el Ayuntamiento antitaurino, como un paladín de la defensa de las corridas de toros.
No cabe duda que en sus salas de cine, los espectadores gozarán de la libertad de ver proyecciones en pro de la fiesta, y que los sufridos aficionados, mártires de estos nerones separatistas usurpadores de la voluntad popular, podrán asistir masivamente a la Monumental gracias a unos precios módicos y populares, para presenciar los mejores carteles, con toros íntegros y de las ganaderías más encastadas que levanten el furor de las masas.
Para todo esto no hacía falta cambiar el tradicional nombre la Mercé, por el de Libertad, pero el tonto suele ser inasequible al desaliento, y a lo mejor así se siente libre de dar gusto también al laicismo imperante de camisas pardas suprimiendo el nombre de una advocación cristiana.
Ay que ver con Pedrito, precisamente a la fiesta perseguida por ser española le quita el nombre de identidad catalana, el de la patrona de Barcelona, la Virgen de la Mercé, cuando las fechas de la Mercé en la ciudad condal constituyen una celebración que ocupa un gran número de espacios públicos con una programación centrada en la cultura mediterránea. Las actividades más tradicionales de la fiesta con el nombre de la Virgen son un compendio de la cultura popular catalana. Aparece desde la sardana gerundense, los castillos y los diablos del campo de Tarragona, las danzas que todavía vivas que se extienden por toda la geografía de Cataluña. La especialidad barcelonina son los pasacalles, que encuentran sus raíces en las procesiones que hace siglos se celebraban con motivo del Corpus. Son los espectáculos de calle más antiguos que conservan, y en estas celebraciones se incluía la fiesta de los toros con su feria de la Mercé, y va ¡el tonto! Y le cambia el nombre: el de la Mercé por…… la ¡ Liberté !
Pedro Balañá Espinós, en el centro, durante un festival
en La Monumental celebrado en 1960;
a su derecha, los toreros Jaime Ostos (con chaquetilla negra)
y Victoriano Valencia; a su izquierda Chamaco
Barcelona rebautiza la Feria de La Mercé
Barcelona (España). La empresa de la plaza de toros Monumental de Barcelona ha terminado de confeccionar las combinaciones para la próxima Feria de la Mercé, rebautizada como 'Feria de la Libertad', que tendrá lugar los días 24, 25 y 26 de septiembre.
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Por Bocanegra
Jueves, 26 de Agosto de 2010.
Lo que faltaba, encima pitorreo por parte del empresario y propietario del coso de la Monumental de Barcelona. Las tonterías son propias de tontos, y esta de sustituir el nombre´de la feria de la Mercé por el la Libertad es de considerables dimensiones.
¿Conseguirá con ello revocar la abolición de la Fiesta en Cataluña? Él sabe que no, pero haciendo el tonto creerá que lo tomarán como un mártir de la causa.
¿Conseguirá con ello revocar la abolición de la Fiesta en Cataluña? Él sabe que no, pero haciendo el tonto creerá que lo tomarán como un mártir de la causa.
Este nefasto empresario, Pedrito Balañá, heredero de un emporio que nace precisamente del toro, con el auspicio del franquista Juan March a su abuelo Don Pedro Balañá Espinós, e incrementado por su padre Pedro Balañá Forts, ha tenido tiempo, mucho tiempo, para ejercer la libertad de gestionar su plaza sin ánimo depredador, y no obrar por especulaciones inmobiliarias con la plaza de Las Arenas y la Monumental.
Este magnate catalán ha gozado de libertad de prestigiar el toreo en su tierra, en Barcelona, fomentando la afición y divulgando su cultura a través de los poderosos medios que dispone. Pero seguro que su mala conciencia le habrá impulsado ahora a resarcir a la fiesta del daño causado, en el breve plazo de actividad que le queda a su plaza de toros.
No hay duda que saldrá del armario en que se ocultó de forma vergonzante -dejando un testaferro en su lugar- para maquillar su imagen de taurino ante la sociedad catalana, impelido por el machacón recitar de aquellos versos:
Por ti, trasnocho y madrugo
Por ti, yo me acuesto tarde
Oh libertad! Divina libertad!
Quiero salir, y no me abren la puerta
Ya está Pedrito en la arena abanderando la libertad para erigirse, ante la Generalidad y el Ayuntamiento antitaurino, como un paladín de la defensa de las corridas de toros.
No cabe duda que en sus salas de cine, los espectadores gozarán de la libertad de ver proyecciones en pro de la fiesta, y que los sufridos aficionados, mártires de estos nerones separatistas usurpadores de la voluntad popular, podrán asistir masivamente a la Monumental gracias a unos precios módicos y populares, para presenciar los mejores carteles, con toros íntegros y de las ganaderías más encastadas que levanten el furor de las masas.
Para todo esto no hacía falta cambiar el tradicional nombre la Mercé, por el de Libertad, pero el tonto suele ser inasequible al desaliento, y a lo mejor así se siente libre de dar gusto también al laicismo imperante de camisas pardas suprimiendo el nombre de una advocación cristiana.
Ay que ver con Pedrito, precisamente a la fiesta perseguida por ser española le quita el nombre de identidad catalana, el de la patrona de Barcelona, la Virgen de la Mercé, cuando las fechas de la Mercé en la ciudad condal constituyen una celebración que ocupa un gran número de espacios públicos con una programación centrada en la cultura mediterránea. Las actividades más tradicionales de la fiesta con el nombre de la Virgen son un compendio de la cultura popular catalana. Aparece desde la sardana gerundense, los castillos y los diablos del campo de Tarragona, las danzas que todavía vivas que se extienden por toda la geografía de Cataluña. La especialidad barcelonina son los pasacalles, que encuentran sus raíces en las procesiones que hace siglos se celebraban con motivo del Corpus. Son los espectáculos de calle más antiguos que conservan, y en estas celebraciones se incluía la fiesta de los toros con su feria de la Mercé, y va ¡el tonto! Y le cambia el nombre: el de la Mercé por…… la ¡ Liberté !
Pedro Balañá Espinós, en el centro, durante un festival
en La Monumental celebrado en 1960;
a su derecha, los toreros Jaime Ostos (con chaquetilla negra)
y Victoriano Valencia; a su izquierda Chamaco
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