"...Lógicamente, la figura de la época Manuel Rodríguez, “Manolete”, fue el máximo atractivo en los carteles. El excepcional empresario Don Pedro Balañá Espinós taurino de pro, sabía muy bien que contratar al Monstruo, era garantía de lleno rebosante..."
TOROS EN BARCELONA!
José Mª Sánchez Martínez-Rivero.
Agosto de 2014, en El Escorial. /'Del toro al, infinito' blogspot/
No se ha levantado la
prohibición, por lo menos todavía, fue hace 70 años, en 1944. La afición
catalana disfrutó de una temporada de toros excepcional. Se celebraron un total
de 32 corridas, de ellas cuatro fueron de ocho toros y una de cuatro. En cuanto
a novilladas se dieron 23, cuatro de ocho novillos. Hubo también un festival.
Entre toros y novillos fueron estoqueadas un total de 342 reses en lidia
ordinaria y 19 para rejones. ¿Se imaginan el beneficio económico que supuso
para la ciudad la celebración de estas corridas de toros y novilladas?
Lógicamente, la figura de
la época Manuel Rodríguez, “Manolete”, fue el máximo atractivo en los carteles.
El excepcional empresario Don Pedro Balañá Espinós taurino de pro, sabía muy
bien que contratar al Monstruo, era garantía de lleno rebosante. Lo contrató en
siete ocasiones. Aunque no batió el record de actuaciones que lo consiguió
Arruza con diez.
La primera corrida en la que
intervino el cordobés fue la del día 23 de abril de 1944; toros de Arturo
Sánchez Cobaleda, para Juan Belmonte, Manolete y Juan Mari Pérez Tabernero.
López Chacón, la vio así:
“Manolete ha estado casi ausente de la plaza.
Al primer toro debió machetearlo o doblarse con su enemigo, para luego
corregirle el defecto de vencerse por un costado, y torearlo por el otro, al
menos. Manolete pudo y debió sacarle más partido. Por sabido es ya axioma
olvidado, “que no hay toro sin lidia posible.
Manolete decepcionó en esta corrida y el
público, que había llenado la
Monumental para verle, salió defraudado y se la guardaría
para la siguiente corrida”.
Manolete estuvo bien. No
lo que se esperaba de él, pero bien. Paco Laguna comenta una fotografía de
Mateo, de esta corrida, en su obra “Tauromaquia de Manolete”, dando el cordobés
una media verónica: “Media verónica llena de empaque y hondura, garbo y
personalidad”.
Casi un mes más tarde
comparece el diestro de Córdoba en la Monumental. Toros
de Montalvo para Juan Belmonte, Manolete y Morenito de Valencia. El augurio de
López Chacón, se cumplió.
“La multitud encrespada en ondas de protestas
y todo linaje de denuestos, recibió al cordobés con una fenomenal pita al hacer
el despejo las cuadrillas”.
Téngase en cuenta que
había aficionados que vieron a Joselito y Belmonte por lo que sabían lo que
veían. Con el público en su contra Manolete se enfrentó a los dos toros que le
correspondieron en el sorteo. Serenidad, confianza
en sí mismo y a torear. La crónica de
esta corrida decía, entre otras cosas:
“No hay más remedio que sacar a relucir el
cincel y las obras de Fidias, Praxíteles, Scopas y Lísipo cuando Manolete se
encuentra cómodo y a gusto al torear…
Pero, aún confesando que Manolete no hizo una
faena cumbre, como muchas de las que le hemos visto en Barcelona, reconocerán
ustedes conmigo que estuvo, en algunos momentos, sublime y elegante, ya en los
lances a la verónica, rematados con dos medias por entrambos lados, en los dos
toros magistrales; ya con la muleta, en el primer toro, pues si la faena no
tuvo ligazón, no cabe superar los muletazos que dio, con su impavidez y rígido
ajuste, al toro lidiado en segundo lugar. Y aunque me tilden de “manoletista”
añadiré que, en mi opinión, lanceara como lo hizo Manolete a sus dos toros,
terminando las verónicas en dos medias por los dos lados y aquél muletazo
sabio, elegante, maravilloso, cuando cambiándose la muleta por la espalda, dio
una vuelta completa ante la cara del astado, son cosas dignas de ponerlas como
dechado y ejemplo de extraordinario torero que no admite comparaciones”.
Manolete, todo pundonor y
orgullo torero se apretó bien los machos y pisó el ruedo dispuesto a triunfar a
toda costa. La faena al segundo de la tarde de nombre “Humero”, número 40,
negro listón, fue sensacional y bella.
Plaza Monumental, 28 de
mayo. Tres toros de Benito Martín, tres de Galache y un novillo de Alfredo
Manzano para el rejoneador Don Álvaro Domecq. La lidia de a pie corrió a cargo
de Manolete, Pepe Luís Vázquez y Rafael Albaicín. En cuanto a la actuación de
Manolete la prensa decía:
“Resulta ya inadmisible e intolerable la
actitud hostil de un sector del público hacia el espada Manolete, reiterada con
una antipática contumacia que colma la paciencia de los buenos aficionados. Hay
quienes creen, unos ingenuamente y otros con manifiesta mala fe, que Manolete
viste el terno de luces para torear siempre becerros adelantados; que es el
novillero puntero de hoy; que escoge siempre las reses más pequeñas que haya en
los corrales; que pone el veto al ganado grande y cornalón…
Córdoba ha vivido unos momentos inefables de
emoción ante su gran tarde con toros de trescientos kilos (en canal), todavía
se oyen los clamores de la tierra del Gran Capitán de la torería, en la Feria cordobesa, estremecida
de júbilo hondo y extenso, ante las portentosas faenas ejecutadas en aquella
plaza con toros-toros andaluces de Villamarta de genio y casta, que la magia de
su muleta, portentosa y fantasmal, supo domeñar, caprichosamente, como ayer, en
la Monumental ,
dio todo un curso de cánones del toreo en redondo, con las dos manos, iluminado
y grandioso…
¡Los toros pequeños! Siempre resulta que los
toros pequeños los escoge el cordobés. ¡Vamos hombre! Los demás no escogen sino
mamuts…”
Al cronista le interesa
subrayar la actitud en contra de Manolete de unos cuantos “aficionados”,
aficionados a la gresca, al jaleo, a pitar porque sí y a morder el puro. Dice:
“¡Y cuidado que Manolete no pudo estar mejor!
Yo le he visto torear mandando en el toro, pero templar y mandar al toro y al
público no lo había visto aún como lo hizo hoy Manuel Rodríguez con la
gallardía, el valor, el arte y la maestría que infundió a su toreo en redondo,
ya con la muleta en la derecha o en la izquierda. El paisano de Séneca se hartó
de torear, realizando una de sus memorables faenas en el cuarto toro, de nombre
“Divertido” de Galache, protestado porque le tocó a Manolete, no por voluntad,
sino porque tenía que tocarle a alguien”.
El diestro de Córdoba
cortó tres orejas y rabo. La cámara del gran fotógrafo Mateo plasmó
instantáneas inverosímiles en belleza taurina. Pies juntos, verticalidad,
mando, temple, arte, adornos muy toreros y media estocada, en la que se ve
doblarse el estoque al entrar a matar a ley. Media verónica belmontina
increíble.
Pepe Luís Vázquez se lució
también y se dijo de su actuación: “Oro
de ley en la faena a su segundo toro”.
El
día 29 de mayo vuelve a abrir sus puertas la plaza Monumental. Toros de
Buendía, un novillo de Sánchez Cobaleda y otro de Pérez Tabernero para: Vicente
Barrera, Manolete, Morenito de Valencia, Pepe Martín y Álvaro Domecq que
rejoneó.
Lleno
absoluto. Lo seis toros de Buendía fueron buenos y bravos.
Existe
otra fotografía de Mateo, de esta corrida, en la que Manolete mata a su primer
toro de forma magistral y digna de figurar en las escuelas taurinas de cómo se
debe matar un toro.
Vicente
Barrera, volvió a ser el que era y se dijo de él que había toreado muy bien y
vistoso. Toreo de color, línea y deslumbrante.
En
cuanto al diestro de Córdoba, López Chacón escribió:
“Espléndido y asombroso el gran espada cordobés. Hay que reconocer que
Manolete puede con todos los toros, si embisten, cuando pesan menos que una
pluma o llevan sobre los lomos casi media tonelada de peso. No es cuestión de
tamaño o peso es otra cosa. Para Manolete lo peor es no tener a su lado ni la
sombra de un rival, porque no acaba de surgir. Cortó una oreja al toro “Tarifeño”.
Arte
de la más fina orfebrería fue la faena que tejió de maravillosos y sugerentes
matices el espada valenciano Morenito de Valencia.
Don
Álvaro Domecq rejoneó con su clásica pureza y estuvo bien a lomos de
“Espléndida”.
Memorable
lleno en la Monumental ,
el día 15 de junio, para ver a Domingo Ortega, Manolete, Domingo Dominguín y al rejoneador Álvaro
Domecq. Toros del Conde la
Corte.
La
crítica se preguntaba. ¿Qué hizo el toledano para superar al Cordobés? ...
¿Qué Manolete para superar al de Borox?
“Cada
uno partiendo de su manera de torear y estudiar la lidia, manifestó altas
cualidades. En el castellano, sobriedad, mesura, suavidad, valor
extraordinario. En el andaluz, suavidad, gravedad y valentía, realmente
excepcional. Resultado del Maestro de Córdoba, 4 orejas”.
Parte
del público catalán era antimanoletista y le acusaba de torear toros pequeños y
escogidos. El crítico Rafael López escribió:
“¡Ya está destruida la leyenda, la mentira y la falsedad!
¡No el toro, sino el público, es el peor
enemigo del torero, cuando no le es consecuente! Se dijo un día que Manolete
había dado, con toros de poco respeto, derechazos mirando al tendido. Hoy
repitió el muletazo, mirando al tendido, que era donde tenía su mayor enemigo;
pero lo hizo con un toro enormemente descarado de pitones, gordo y bravo y con
edad cinqueña. ¡Tiene esto o no tiene el valor de anular la leyenda!”
Manolete
lidió los toros “Cameloso”, número 39 y “Pisador”, número 4, negros zaino de
capa. Los lidiadores y el mayoral de la ganadería dieron una vuelta triunfal al
ruedo resultando un festejo muy lucido. El “Monstruo de Córdoba” cortó cuatro
orejas.
Casi un mes después El cordobés vuelve a la Monumental para lidiar
toros de Vicente Charro junto a Ortega y Gitanillo de Triana. De ambas faenas
destacaron sus clásicos estatuarios, naturales y derechazos llenos de quietud y
mando. Manolete no cortó trofeos y tuvo que descabellar cinco veces lo que no
agradó a los espectadores.
Los
toros de Vicente Charro dieron buen juego con los caballos y fueron nobles.
Finalizan
las actuaciones de Manolete en la
Monumental , durante la temporada de 1944, con la corrida que
se celebró el día 2 de julio. Toros de Miura, para Simao Da Veiga en rejones,
Ortega, Manolete y Andaluz.
Paco
Laguna, dejó escrito en su obra “La Tauromaquia de Manolete” lo siguiente:
“Apunten bien la fecha: 15 de junio de 1944, con
toros del Conde de la Corte ,
qué toros y, sobre todo, ¡qué torero!”.
El
cordobés estuvo sensacional y se escribió de su actuación:
“Cintarazos y trallazos de pasión junto a
formidables réplicas de incesantes ovaciones fueron jalonando, durante el
desarrollo de la corrida, la imperturbable, impasible pulsación y manejo de la
mágica muleta y el magistral capote de Manolete. Para torear con la dignidad,
seriedad, nobleza y arte incomparable, clásico y bello, de Manolete se necesita
poseer todo esto, como él y haber nacido torero. Pero torero de privilegiada
casta que no regatea ante el riesgo ni el aplauso, por el que se perece, ni el
esfuerzo y la emulación de darlo todo, incluso la vida, con tal de hacer más
ostensible su maravillosa concepción del toreo”.
Cortó
dos orejas al toro “Perfecto”, quinto de la tarde. La corrida de Miura
satisfizo plenamente y marcó el rumbo que desmentía una falsedad en torno al Califa
de Córdoba, a quien ni los Miuras cornalones, ni los antimanoletistas pudieron
poner en tela de juicio el valor y el arte extraordinario y sublime que poseyó
Manuel Rodríguez.
Ya
en octubre, el día 28 toreó un festival junto a Juan Belmonte, Domingo
Dominguín, Pepe Martín, Pedro y Álvaro Domecq. Las reses fueron de Ángel
Sánchez y Sánchez.
Este
28 de agosto de 2014 se cumplen 67 años de la tragedia de Linares. Sirva este
artículo como recuerdo al gran torero cordobés desaparecido.
Gracias por seguir recordando al mas grande de todos los tiempos otro año mas y que los jóvenes sigamos conociendo tan grandes azañas del maestro Manuel.Me encanta escuchar sus historias! Que nunca muera Manolete! Siempre en el recuerdo!
ResponderEliminarLos aficcionados. Jovenes como yo con este artículo comprendemos la grandeza del toreo de Manolete.muy semejante al q hoy realiza José Tomas;pero a años luz del toreo del moustro.Berta colorado
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