“Cuando las figuras se apuntan a una corrida tuya, es porque han visto que tu ganadería está baja de raza. Ellos son los primeros en darse cuenta.”
Fernando Cuadri
DECEPCIÓN CÁRDENA
Domingo Delgado de la Cámara
Dijo una vez Fernando Cuadri: “Cuando las figuras se apuntan a una corrida tuya, es porque han visto que tu ganadería está baja de raza. Ellos son los primeros en darse cuenta.” Inteligente comentario que viene pintiparado para la corrida de ayer. Toreaba el señor Julián una corrida de La Quinta, todos esperábamos una tarde de emociones fuertes y lo que vimos al final fue un desfile de toros inválidos y descastados. La peor parte se la llevó precisamente el señor Julián, con dos toros sin fuerza ni raza ninguna. Dos toros que estaban como dormidos y que imposibilitaron cualquier posibilidad de lucirse.
La corrida de La Quinta era una preciosidad. Un muestrario variado de los distintos tipos del encaste santacoloma. Pero fue una decepción cárdena por su nula fuerza y nula raza. La corrida fue muy mejicana, y no lo digo como halago sino como censura. Los toros tuvieron esa embestida cansina y somnolienta del toro azteca, que puede seducir a los toreros, pero que condena al espectador al más espeso de los aburrimientos. Por eso los cosos mejicanos están vacíos. Supongo que Álvaro Martínez Conradi estará muy preocupado. Yo lamento mucho que la ganadería insignia del linaje de Joaquín Buendía haya dado tan mal juego. Cuando sale una corrida dura y rabiosa, aunque no guste a los toreros ni a sus corifeos, la lidia tiene su importancia y es bueno para la Fiesta. Pero cuando sale una corrida como la de ayer, la Fiesta se hunde. Y es mucho peor cuando se trata de un encaste minoritario contra el que conspiran los taurinos. Una auténtica pena.
Antonio Ferrera estuvo muy mal con su primero y muy bien con su segundo. Su primero se quedaba corto y no terminaba de pasar, pero Ferrera se movió en exceso, no paró quieto ni un momento. A su segundo lo toreó de capa con temple y buen gusto. Le banderilleó con mucha exposición y mucha verdad. El segundo par, clavando en la cara tras una pirueta fue muy bueno. También fue superior el quiebro con el que cerró el tercio. Ferrera comenzó la faena sin probaturas, toreando directamente en redondo. Hubo tres series muy toreras, muy bien ligadas y templadas. Pero en ese momento el toro se acabó, dijo que hasta aquí hemos llegado y no se dejó dar ni un pase más. La faena se frustró por la poca raza del toro, que en cuanto se sintió dominado se negó a volver a embestir.
Iván Fandiño, tuvo dos toros muy parecidos. Sus toros fueron nobles pero tuvieron las fuerzas muy medidas. Fandiño dio una lección de templanza. No hubo ni un tirón, ni un enganchón, en sus dos faenas. Toreó a la altura justa para que el toro pasase sin perder las manos. Supo esperar a que el toro metiera la cara para tirar de él con la máxima suavidad. Además, los toreó con mucho ajuste y muy hacia adentro, cosa nada fácil de conseguir cuando los toros están tan flojos. Construyó de la nada dos buenas faenas. Para esto hay que tener una gran técnica. Fandiño es famoso por su raza y su valor. A partir de ahora también habrá que cantar su técnica y buen estilo. Pero…tiró todo al retrete por el mal uso del estoque.
Fandiño podía haber cortado una oreja de cada toro. No hubo triunfo porque pinchó mucho. Él, que era un buen estoqueador, ha perdido el sitio con los aceros totalmente. El caso es que siempre pinchó en lo alto, pero no lograba la estocada. Se quedaba en la cara sin pasar, no cruzaba. Y no cruzaba por no echar la muleta al hocico. El toro le esperaba con la cara arriba y pinchazo al canto. En uno de estos empellones, parece haberse lastimado la mano izquierda. Una lástima. El orduñarra podía haber salido de las Corridas Generales de Bilbao con tres orejas y se ha ido sin ninguna en un momento que necesitaba los triunfos para asentar su cotización.
Hablando de todo un poco, hay que decir que donde suena de verdad bien el pasodoble “Nerva” es en Bilbao. La excelente banda realza todavía más la categoría de una feria incomparable. Eso sí, este año ha sonado poco “Agüero” y no han sonado pasodobles tan característicos de nuestra plaza como son “Lecumberri”, “Chacarte”, “Con garbo” o “Pepito Medrano”; que además son mucho mas toreros y bonitos que el insufrible “Puerta Grande”. En Bilbao se conservan con amor las tradiciones: el apartado, las banderillas de seda, la arena negra…también deben conservarse esos preciosos pasodobles que sólo se escuchan en Vista Alegre.
Después de la preocupación por las pésimas entradas de los primeros días, la gente se ha ido animando. Creo que ha habido más público que el año pasado. Esto es importante. Sería una pena que se malograse la mejor feria de toda la temporada.
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