la suerte suprema

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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 5 de junio de 2023

23ª SAN ISIDRO. El toro de Madrid / por Jorge Arturo Díaz Reyes


"Director" el 6º. Foto: Las Ventas

"...Y en el ruedo la ley del toreo. El respeto, la autenticidad, la fuerza de la gravedad ejercida por el toro, con su imponencia, su trapío, su edad, (el toro a los cinco, todos), su fiereza, su exigencia, su soberbia de especie, que sale a meter miedo, a vender cara su vida, a no dejarse manosear. Es lo que ha sostenido el culto por miles y miles de años. Es lo que ha eregido héroes. Lo que mantiene la emoción y la devoción auténticas en la feligresía..."

El toro de Madrid

Los victorinos cierran lujosamente San Isidro. Cuatro ovacionados al arrastre y tres de salida. Ureña heroico recibe oreja y De Justo saludado, ambos pinchan triunfos grandes...

Jorge Arturo Díaz Reyes
CrónicaToro/Cali, 4 VI 2023
“Corrida para aficionados” comentó el mexicano Leo Valadéz, en el callejón, y el colombiano Luis Bolívar en una barrera del 9: “La tauromaquia es emoción”.

Así fue. Con el corazón en un puño la plaza plena y soleada vivó la corrida de principio a fin. Los toros traían la muerte en los pitones y los toreros la encararon. Ureña, con la chaquetilla acribillada, la frente reventada y la tensión en el rostro, desde el comienzo, la sobrevivió sin retroceso y sin fortuna en la suerte suprema. De justo con dos toros formidables entre los formidables, fue negado por el palco primero y después no acertó espadas ni en ocasiones terrenos.

Fuera del Palco Real, que SM Felipe VI cambió por una barrera, entre Paco Ojeda y el ministro de cultura, en todo lo demás no cabía un alfiler. No cabía, para ver al hierro insignia de la afición madrileña. El ganadero con su hija en una discreta primera fila. Y en el ruedo la ley del toreo.

 El respeto, la autenticidad, la fuerza de la gravedad ejercida por el toro, con su imponencia, su trapío, su edad, (el toro a los cinco, todos), su fiereza, su exigencia, su soberbia de especie, que sale a meter miedo, a vender cara su vida, a no dejarse manosear. Es lo que ha sostenido el culto por miles y miles de años. Es lo que ha eregido héroes. Lo que mantiene la emoción y la devoción auténticas en la feligresía. Es lo que ha construido la leyenda y por supuesto creado y sostenido el negocio taurino.

Todas esas cosas trajeron los albaserradas (¡Viva Santa Coloma!) otra vez como tanta, al coso máximo. Y se hicieron otra vez protagonistas del rito. Mucho tuvieron que jugar el lorquino y el de Torrejoncillo, no solo para no dejarse desbordar sino para no dejarse matar, porque la corrida fue a eso, a muerte.

562 kilos de promedio, bien armados, bien criado, entipados, parejos, cárdenos, listos, fueron codiciosos a los capotes, a comérselos, a no dar tregua, a no dejarse burlar. Y a los petos con vehemencia, y a las banderillas con altanería, y en la muleta fieros, abajo, cotizando cada suerte.

“Playero” el primero, muy astuto, se enteró rápido, revolvía buscando, cuando hallaba resquicio entre cuerpo y trapo se colaba siniestro. Paco no le cedió y tras tres derechas en redondo fue cogido y apaleado largamente, luego en el volapié que dejó la estocada entera, nuevamente le zarandeó atravesándole la chaquetilla. Se jugó la vida literalmente, y don José María Fernández Egea se negó a la ruidosa petición, como quien dice: la vida no vale nada.

Hubo dos “Gallego”, el segundo y el quinto, ambos ovacionados de salida, ambos ovacionados al arrastre. Encastadísimos. Al uno Emilio, tras faena en los medios, muy ligada y avalada, que alcanzó su climax en la quinta serie, le mató con estocada de efecto tardo con aviso y la petición fue denegada. Al otro, incierto y de cuidado, Ureña le pinchó a recibir y a la salida de la estocada cogió a Agustín de Espartinas que entraba al quite. Tardo tanto en doblar que sonaron dos avisos.

El tercero “Esclavino” al que se le cortó la oreja, el cuarto “Boliviano” y el sexto “Director” fueron de condición excepcional y pusieron a parte del público de su lado y contra la lidia que se les oficiaba. Alternó De Justo con estos momentos de brillantez con otros de opacidad. Saliéndose de la suerte le puso media caída, con aviso al uno y al que cerró la feria le pinchó dos veces antes del clarinazo y la espada honda desprendida. Cierto, en la segunda parte de la corrida el viento saboteó, y multiplicó el peso e imponencia de los toros. Al final, el mayoral fue sacado al tercio a saludar. Broche de honor para la feria.

FICHA DEL FESTEJO
Madrid. Domingo 4 de junio de 2023. Plaza de Las Ventas. 23ª de San Isidro. Sol, viento y gotsa. Lleno de “No hay biletes”. Seis toros de Victorino Martin bien presentados y bravos.
Paco Ureña, saludo, oreja tras aviso y palmas tras dos avisos.
Emilio de Justo, saludo tras aviso, silencio tras aviso y ovación tras aviso.

Incidencias: Al final de la corrida saludó el mayoral y Paco Ureña y su banderillero Agustín de Espartinas pasaron a la enfermería.

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