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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 18 de noviembre de 2023

Meditación /por Pla Ventura

 

"...el invierno es una etapa durísima para los toreros a los que cito puesto que, en plena temporada o desde que empieza la misma, todos albergan la esperanza de que sonará el teléfono para ser contratados mientras que, en este tiempo invernal el teléfono no sonará porque, como es obvio no hay festejos ni contratos a la vista..."

Meditación
Pla Ventura 
Toros de Lidia/17 noviembre, 2023
No quisiera estar en la piel de los toreros humildes o, en su defecto, de todos aquellos que no han toreado lo que en verdad merecían o les correspondía porque, en este tiempo de parón invernal es cuando analizarán errores, tratarán de enmendar defectos, soñarán con un mañana mejor; como explico, el invierno es una etapa durísima para los toreros a los que cito puesto que, en plena temporada o desde que empieza la misma, todos albergan la esperanza de que sonará el teléfono para ser contratados mientras que, en este tiempo invernal el teléfono no sonará porque, como es obvio no hay festejos ni contratos a la vista.

Este tiempo de espera hasta la próxima temporada, para algunos, yo diría que para la inmensa mayoría se hará muy largo y, como consuelo, algunos hacen las “américas” en Perú que, sin tener la más mínima recompensa, en el peor de los casos se recuerdan a sí mismos que son toreros pero, eso es privilegio de unos pocos o, quizás de los más osados porque, acudir a Perú ya se sabe que nadie se traerá gloria alguna y mucho menos dinero. Son meses cruciales para los toreros que, con toda seguridad tratarán de evadirse de la realidad en la que están sumidos a base de tentaderos, alguna que otra charla por distintos pueblos, algo que siempre le vendrá muy bien porque se olvidarán, aunque sea por momentos, de la dura realidad en que viven.

El pensamiento de estos hombres girará, entre otras cosas en pensar los motivos por los que han dejado a sus apoderados que, como es notorio han sido muchos, algo que les derrumbará en su interior porque, a priori, cuando empezaron la relación creían que sería por mucho tiempo y, en apenas unos meses han tenido que asumir la dura realidad con la que viven. Es cierto que, nada es para siempre, ni en bien ni en mal, pero que dure tan poquito una relación entre torero y apoderado, hasta comprendo que el diestro que siempre es el más perjudicado, quede tocado en el alma. Muchos, como es lógico, trabajan por aquello de buscar un nuevo mentor que, con la espera del milagro rezar para que el año venidero sea más productivo en cuanto a contratos.

Los que hayan ganado para pasar el invierno, como antes dije, les quedan los tentaderos, las reuniones entre aficionados y demás asuntos afines a la personalidad de cada cual. Peor lo tienen los que, pese a tanto esfuerzo ven su cuenta corriente en números rojos y no les queda otra opción que buscar un trabajo ajeno al traje de luces. Todo un drama al más alto nivel porque, como sabemos la subsistencia es irremediable en el trabajo que fuere. Y, sentirte torero, sabedor de que tienes virtudes para ello y no tener la más mínima oportunidad debe ser desolador, que se lo digan a muchos diestros alternativados en esta temporada en la que, como es el caso de Álvaro Alarcón, tras su doctorado apenas ha visto un pitón.

Si durante la temporada que siempre es motivo de esperanza para todos los toreros, no quiero ni pensar lo que supondrá el largo período invernal en la que, además de no haber actividad taurina hay mucho tiempo para pensar y reflexionar que, en definitiva no sé qué tiempo será peor. Son las consecuencias que tienen que asumir todos los hombres que han decidido adentrarse en el mundo de los toros, todos ellos con un mérito tremendo porque, pese a todo, ahora se encuentran con el vacío de la soledad que, en definitiva es algo dramático, el propio Borja Jiménez que, a Dios gracias este año ha toreado quince corridas de toros pero, a su vez, es consciente del dramatismo que supuso para su persona el año anterior en que sumó un solo contrato. Como explico, el torero quiere luchar frente al toro y, en su gran mayoría, todos los diestros, su quimera más grande no es el toro, es la soledad en la que viven y, muchísimos por los desprecios que tienen que soportar.

--Gracias a sus éxitos en la temporada que ha terminado, Borja Jiménez, durante el invierno, tiene más contratos de los que pudiera imaginar porque, como se desprende de la imagen, está siendo reclamado en todos los foros taurinos por los aficionados cabales.

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