No siempre un adiós puede resultar agradable
"..El primer vocablo que ha aparecido es el de ‘espantá’, propio de aquellos toreros que salen huyendo para no enfrentarse a lo que tienen delante o se les viene encima. Está claro que le cuadra esa denominación a lo hecho por Juan. Eso sí, siempre a la vista de los demás, sin que sepamos los motivos de dicha espantada.."
Juan Ortega abre el diccionario
Antolín Castro
Opinión y Toros/6 Diciembre 2023
El torero sevillano se ha convertido en el personaje del momento y lo ha hecho ejerciendo de paisano, pero sin dejar de lado el toreo.
Ya se que todos saben que ha sido por un tema al margen, por suspender su boda, pero está lleno de connotaciones taurinas. Es el tema del que se habla en todos los programas de televisión, pero que está sirviendo para poner de moda el amplísimo lenguaje que representa la tauromaquia.
Antes que nada, he de dejar claro que lo suyo es una decisión propia, íntima, por la que ni ha dado, ni debe dar, explicaciones fuera del ámbito cerrado que solo ocupa su pareja, los demás somos convidados o, para mejor decir, no convidados, por lo que lo razonable es mantenernos al margen. En los asuntos de dos no deben entrar unos cuantos millones, digo yo.
Lo que si es notorio, y hasta positivo, es que se ponga nuevamente de manifiesto que el lenguaje propio del mundo de los toros haya salido a la palestra para demostrar, una vez más, lo enraizado que está en nuestra cultura y nuestras costumbres.
El primer vocablo que ha aparecido es el de ‘espantá’, propio de aquellos toreros que salen huyendo para no enfrentarse a lo que tienen delante o se les viene encima. Está claro que le cuadra esa denominación a lo hecho por Juan. Eso sí, siempre a la vista de los demás, sin que sepamos los motivos de dicha espantada.
En contraposición se puede utilizar ese otro dicho de ‘coger el toro por los cuernos’, que no otra cosa es enfrentarse totalmente a un asunto peliagudo o peligroso. Lo que hizo el torero fue precisamente eso, coger el toro por los cuernos directamente.
Otros lo pueden calificar de ‘petardo’, una forma de definir el resultado de la actuación de un torero que provoca la ira de todos por no dar por buena su actuación. Seguro que es otra forma de calificar lo sucedido.
‘De frente y por derecho’ es otra manera de ver lo hecho por el sevillano. Siempre más peligroso por enfrentarse directamente al problema, pero normalmente bien calificado por los aficionados. Puede salir mal parado, pero nadie podrá discutir su valentía al hacerlo de esa manera, no siendo 'ventajista' como cuando se usa 'el torear con el pico y la pierna retrasada’.
También ha sido una forma de no hacer el ‘paseíllo’, impropio de un torero que debe aceptar el reto contraído. En su descargo hay que decir que a lo mejor él esperaba una de ‘Jandilla’ cuando la realidad es que era de ‘Miura’.
Por todo ello está recibiendo uno, dos y hasta los ‘tres avisos’, del conjunto del respetable, que le ha dado una ‘bronca’ monumental. En lugar de dar la ‘vuelta al ruedo’ lo que se ha dado es la media vuelta ofreciendo como cierre una muy medida ‘media verónica’ a su pareja. Eso sí, saliendo de 'la suerte’ muy en torero, pero no precisamente airoso.
Lo que es indiscutible es que la expectación es máxima y que se ha puesto el ‘cartel de no hay billetes’.
Está claro que hay que tener respeto por ambos, a uno por tomar una decisión con tanto ‘riesgo’ y para ella por quedar ‘a merced’ y completamente ‘desarmada’.
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