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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

miércoles, 25 de marzo de 2015

Las campanas del Santiago Bernabéu / por Juan Manuel Rodríguez



"...el Real Madrid Club de Fútbol, que pese al interés que Barça y Athletic están poniendo nuevamente para convertirle a la fuerza en un actor protagonista no deja de ser en toda esta historia un simple convidado de piedra, podría ofrecer cien motivos distintos por los que no pueden tocar al vuelo las campanas del estadio Santiago Bernabéu cuando pase por él Leo Messi..."

Las campanas del Santiago Bernabéu

Empiezo a escribir este artículo a las diez y al parecer la federación tiene previsto hacer público "por la tarde" el nombre del campo en el que se jugará la final de la Copa del Rey de España que, si nadie lo impide, volverá a ser insultado por aficionados de ambos equipos. Desconozco dónde se jugará el Barça-Athletic pero sí sé dónde no se jugará: en el estadio Santiago Bernabéu. Y viene aquí a colación aquella anécdota tan graciosa, que a lo mejor ya he contado, del general de Napoleón Bonaparte que pidió hablar con el alcalde de un pueblo de Zaragoza: "El Emperador pasará mañana por aquí y es deseo expreso de Su Excelencia que a su paso toquen a vuelo las campanas". Al día siguiente, y tal y como estaba previsto, Napoleón I Bonaparte, Emperador de los franceses, Copríncipe de Andorra, Rey de Italia y Protector de la Confederación del Rin, el hombre más poderoso sobre la faz de la Tierra, cruzó por el pueblo, sí, pero en silencio. Indignado y temiéndose que su carrera militar sería breve, el general hizo llamar al alcalde: "¿Acaso no le quedó a usted suficientemente claro que al paso de Su Excelencia debían tocar a vuelo las campanas?", preguntó; a lo que el alcalde respondió lo siguiente: "Sí señor, lo dijo usted y me quedó muy claro. Y yo podría darle a usía cien motivos por los que las campanas no han sonado, empezando porque nuestra Iglesia no tiene campanario".

Como le sucedía al maravilloso alcalde del pueblo de Zaragoza, el Real Madrid Club de Fútbol, que pese al interés que Barça y Athletic están poniendo nuevamente para convertirle a la fuerza en un actor protagonista no deja de ser en toda esta historia un simple convidado de piedra, podría ofrecer cien motivos distintos por los que no pueden tocar al vuelo las campanas del estadio Santiago Bernabéu cuando pase por él Leo Messi, que hasta por la estatura bien podría ser Napoleón, pero es que en el Bernabéu... sigue sin haber campanas. Quiero decir que hace ya bastante tiempo que Florentino Pérez le dijo al honrado y trabajador Ángel María Villar que, hasta nueva orden e independientemente del nombre y apellidos de los equipos que la jugasen, el Real Madrid no quería que su campo volviera a acoger una final copera. Florentino, como digo, se lo comunicó a Villar en su día, hay testigos que confirman que, al parecer, Villar lo comprendió, la federación no ha recibido del Real Madrid desde entonces ninguna contraorden y, puesto que en el Santiago Bernabéu sigue sin hacer campanario, uno no acierta a comprender a santo de qué el presidente de la federación continúa dándole aire a una historia que está condenada desde el principio al más absoluto de los fracasos.

De forma que ni aunque Rosell y Urrutia se comprometieran por escrito y bajo juramento a que sus aficionados gritaran "¡Viva el Rey!", aplaudieran a rabiar el himno de España y pasaran por el photocall besando nuestra bandera, el Real Madrid prestaría su campo para que se jugase en él una final de Copa. De forma que, ni aún en el caso de que CEIM, CEOE, FBI, CIA, ONU y OTAN emitieran de repente un comunicado conjunto rogándole a Florentino Pérez que dejase jugar en el Bernabéu la final de Copa, eso sería posible. De forma que si ahora mismo apareciese Ban Ki-moon tratando de convencernos a todos de los indudables beneficios que para la humanidad tendría una final de Copa entre Fútbol Club Barcelona y Athlétic Club de Bilbao en el campo del Real Madrid, ello sería imposible. Sería imposible porque, como dije antes, Villar ya sabe que el club blanco no quiere una final y obra en su conocimiento que en el campo del Real sigue sin haber campanario. Dejen ustedes, pues, de tocar los perendengues de una vez y lleven por fin la final a un campo neutral y con campanas. Todo es poco para Leo.

1 comentario:

  1. Campanas de la Giralda que están tan cerca del cielo,
    repican por sevillanas que ya salen los romeros.

    Y los rubios querubines bajan aquí a nuestra tierra
    que quieren ir con Sevilla por esas rubias arenas.

    Quieren andar con nosotros y juntos cruzar el Quema
    y cantarle al simpecao las plegarias rocieras.

    Que quieren ser peregrinos detrás de nuestra carreta,
    haciendo el camino se esta mas cerca de Ella.

    Y la Torre del Oro,
    curiosona se asoma,
    al río se asoma,
    para ver en sus orillas,
    reflejándose en el agua,
    al simpecao de Sevilla.

    Estas son las mismas campanas que repicaron a gloria cuando a la virgen Macarena le pusieron corona, y en la marisma lejana había una blanca paloma que al eco de las campanas entre nardos y amapolas le cantaba por sevillanas.

    Miguel Castilla


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