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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 7 de diciembre de 2021

Rafa Varane y el botón de pausa / por Juan Manuel Rodríguez

¿Cómo le va ahora a Varane? ¿Alguien lo sabe? ¿Ha jugado mucho o ha jugado poco? Y cuando ha jugado, ¿quién le ha acompañado en el centro de la defensa? ¿Quién entrena al United? ¿Cómo le va en su grupo de clasificación? ¿Y en la Premier, cómo está clasificado en la Premier? Si, parafraseándole, lo que quería era, y cito textualmente, "apretar el botón de pausa", a fe mía que lo ha logrado.

Rafa Varane y el botón de pausa

Hace mucho tiempo que un viejo periodista deportivo me dijo que lo mejor era no tener demasiados amigos futbolistas o entrenadores porque eso hipotecaba tu trabajo. Y es cierto, a mí me ha pasado. Me ha pasado que al tener mejor relación con éste entrenador o con aquel futbolista he sido más benévolo con ellos que con el resto, de modo que, efectivamente, es mejor no encariñarse demasiado con ninguno. Porque además, y en líneas generales, para el futbolista profesional el club en el que juega no es nada más que un buen (o mal) sitio para desarrollar su profesión. Llegado el caso, y siempre dependiendo del interés puramente personal, el futbolista se va por conveniencia o se queda por lo mismo. Habitualmente, y cuando un futbolista dice que quiere emprender un nuevo camino o que quiere conocer otras Ligas u otra cultura, a lo que se está refiriendo en realidad es a que quiere ganar más dinero. Acaba de pasar con Messi, que ha sido el mayor emblema del Barça junto a Johan Cruyff. Por mucho que él diga ahora que nadie le pidió que jugara gratis, todo el mundo sabe que nunca lo habría hecho. Messi huyó de la quema, consciente de la quiebra económica del club y del caos deportivo que se avecinaba. Buscó lo mejor para él. Como Cristiano. O como Ramos.

No tiene nada que ver ni con el escudo ni con el color de la camiseta y, como decía y salvo rarísimas excepciones, si un futbolista sigue es porque le conviene y si no sigue es porque no le conviene seguir. Mbappé no quiere seguir en el PSG y quiere jugar en el Real Madrid, de forma que en junio de 2022 Mbappé firmará por el Real Madrid

Henry le preguntaba el otro día a Kylian a qué tenía miedo y Mbappé respondía que tenía miedo a no ganar, a decepcionar. Mbappé quiere dejar huella, que no se olvide su nombre, pasar a la historia del fútbol mundial. Y sabe que, para eso, no existe en el mundo un destino mejor que el Real Madrid.

Pero no es la primera vez (ni será la última) que un futbolista llega muy joven al Madrid, se tira un montón de años luciendo esa camiseta y, cuando se marcha, se va como vino, sin entender absolutamente nada. Porque el Real Madrid es el mejor club deportivo del mundo si de dejar huella se trata y, al mismo tiempo, el más canalla. Y es canalla por la sencilla razón de que aquí ganar es una obligación y quedar segundo es un absoluto fracaso. En el Real Madrid si no ganas es que has hecho algo mal o no te has esforzado lo suficiente. En el Real Madrid no se contempla la derrota. Así que uno tiene que tener un carácter muy templado para que el nivel de exigencia no le arrastre como un tsunami.

Rafa Varane, por ejemplo, no ha entendido nada. Varane se fue bien del Real Madrid, dejando en caja un dinero que me parece sinceramente que no vale y con un vídeo de despedida muy bonito y en el que se glosaban todos sus títulos. Pero no ha entendido nada. Si yo saliera a la calle ahora mismo y preguntara a la gente en qué equipo juega Varane estoy seguro de que un tanto por ciento, y no pequeño, diría que juega en el Real Madrid y entre el resto habría división de opiniones: ¿Francia? ¿La Premier? ¿En el PSG? ¿O era el City? ¿O el United? Y eso es porque cuando uno ha jugado en el Real Madrid todo lo demás produce invisibilidad. Rafa dijo que se iba porque quería afrontar nuevos retos, conocer otros países... O sea, Varane se fue porque el United, que es por cierto el equipo en el que juega actualmente, le ofreció el dinero y el tiempo de duración de contrato que no le daban en el Madrid. Digo que Varane no ha entendido nada porque dice que los aficionados no le felicitaban después de ganar una Champions y únicamente le pedían que ganara la siguiente. "No gané una, gané cuatro", dice Varane, y añade: "Y siempre me decían lo mismo". La felicitación, querido Rafa, era poder vestir esa camiseta.

¿Cómo le va ahora a Varane? ¿Alguien lo sabe? ¿Ha jugado mucho o ha jugado poco? Y cuando ha jugado, ¿quién le ha acompañado en el centro de la defensa? ¿Quién entrena al United? ¿Cómo le va en su grupo de clasificación? ¿Y en la Premier, cómo está clasificado en la Premier? Si, parafraseándole, lo que quería era, y cito textualmente, "apretar el botón de pausa", a fe mía que lo ha logrado. Varane lleva un mes lesionado y aún no tiene fecha de regreso a los terrenos de juego. Sólo ha disputado 9 partidos y su nivel ha estado muy lejos del que mostró en el Madrid. Están por la mitad de la tabla, acaban de prescindir de Solskjaer y han sentado en el banquillo a Rangnick. Eso sí, el United lidera su grupo de clasificación de la Champions, que es lo mínimo que cabe exigirle a un club histórico como el inglés y que viene de hacer un desembolso tan importante. Manchester está muy bien pero decididamente no es Madrid, no es el Real Madrid. París está fenomenal, pero tampoco. Y eso es lo que quiere Mbappé, que le exijan ganarlo todo siempre. Quiere pasar del cómic a la acción. Tiene miedo a permanecer invisible. No quiere apretar el botón de pausa como Varane. Quiere que después de ganar una Champions le pidan conquistar la siguiente. Quiere ser el mejor. Necesita brillar. Sin haber llegado aún, Kylian lo ha entendido todo. Encaja.

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