¿Habrá toros en Jaén...?
Por Álvaro R. del Moral
Y se acabo lo que se daba en 2012. Muerto el último toro de la feria de San Miguel que encumbró al mejor Manzanares se cerró también la temporada grande en España. Quedan algunas ferias en el calendario pero el breve inviernillo que ha remojado el campo y el adelanto de varias ferias septembrinas ha sentenciado esta extraña campaña que ya empieza a ser historia. Aún queda por delante un puñado de meses para poner en orden los calientes entrebastidores de un oficio que atraviesa uno de los momentos más delicados de su historia sumando una indisimulada crisis interna al calamitoso panorama económico y a ese sirimiri antitaurino que ha calado mucho más de lo que creemos. Tiempo habrá en el largo invierno de hablar de todo ello.
Una sustanciosa oferta económica. Dejábamos el Observatorio de la pasada semana esbozando el futuro inmediato de Morante dando rango de noticia a rumores insistentes a los que sólo les faltaba oficialidad. Los cabos se ataron solos: al anuncio de la retirada de Antonio Barrera se unió sin solución de continuidad la confirmación de la ruptura del diestro de La Puebla con Curro Vázquez y el fichaje con esos millonetis mexicanos que han contado con Barrera -íntimo de Morante- para que ejerza de hombre de confianza y nuevo acompañante. Detrás del trato hay una sustanciosa suma previa -ajena a los resultados posteriores en la plaza- que no está exenta de peligros. Morante ya experimentó con desigual fortuna otras exclusivas que acabaron como el rosario de la aurora. Los aficionados más informados recordarán la que firmó con el difunto Diodoro Canorea -truncada por su muerte- y la que le unió al constructor y ganadero José Sánchez Benito, a la sazón suegro de Barrera, al que despidió con honores después de que casi nada saliera como se había pensado. Del nuevo acuerdo se pueden extraer varias lecturas: ¿estará buscando Morante rentabilidad económica para afrontar sin riesgos el último tramo de su vida profesional? ¿Revertirá en su irregularidad? ¿Logrará elevar su caché de cara a las empresas en estos tiempos de recesiones? Las preguntas y las respuestas están en el tejado del imprevisible diestro de La Puebla, que sigue siendo uno de los nombres propios de una primera fila muy mermada de efectivos.
Medidas que llegan tarde. Se anuncia a bombo y platillo que en 2013 se podría trazar un nuevo marco legal que blinde y proteja el espectáculo taurino en todas las comunidades de lo que todavía llamamos España. El ejemplo desacomplejado del Constitucional de Francia sigue escociendo. Pero ese previsible y nuevo escenario legislativo que llegaría avalado por la ILP que siguió al proceso abolicionista catalán servirá de muy poco sin plazas, empresarios o afición. Y de muestra un botón: ¿Estaría dispuesta la familia Balaña a reabrir la Monumental como recinto taurino? ¿Volverían a levantarse la larguísima lista de plazas derribadas sin que nadie dijera una sola palabra? Dejemos esas preguntas en el aire. Lo más grave no es recuperar la fiesta en una región que comenzó su suicidio taurino en el ya lejano 1988. Una restrictiva legislación socavó la fiesta de los toros desde sus cimientos y desandar ese camino se antoja un imposible. Lo complicado es recuperar la Tauromaquia en pueblos y ciudades de acendrada tradición taurina en las que el toreo se ha esfumado. Nadie ha prohibido nada en Jaén y a dos semanas para San Lucas aún no hay empresa oficial. También pasó la feria de Écija sin que su histórica plaza -cada vez más deteriorada- abriera sus puertas para un festejo mayor. ¿Seguimos?
***
No hay comentarios:
Publicar un comentario