Falta la feria el Pilar de Zaragoza y algo más
LA TEMPORADA NO HA TERMINADO
Benjamin Bentura Remacha.-
He leído en uno de los medios digitales que afortunadamente tanto se prodigan que la temporada taurina se ha terminado. Es falso de toda falsedad y “hasta el rabo todo es toro”, que diría uno de esos picadores que se aferra al dicho en contra de lo que “Joselito” le pedía a “Camero”: “Pica delantero”. En estos nuestros tiempos, “Joselito” se volvería loco. Insisto en mi petición medio centenaria: la reforma principal que necesita la fiesta española es la de la suerte de varas. Pero decía que no es cierto que haya concluido la temporada taurina española, desconocido colega. Falta Zaragoza y algo más. Pero Zaragoza sobre todo. En Zaragoza se encuentra la segunda plaza de primera de España. La primera es Sevilla, 1760, pero inmediatamente viene, cuatro años después, Zaragoza, 1764, cuando ya, en octubre, se celebraban las fiestas en honor de la Virgen del Pilar, pareja antigüedad con las de San Fermín de Pamplona. Todavía no se había inventado la Feria de Abril, que, además, fue invento vascongado. No sea impaciente, colega, espere a ver lo que sucede en Zaragoza esta próxima semana y luego saque sus consecuencias. En Zaragoza se van a lidiar toros de Cebada Gago, Peñajara, Ana Romero, Gavira, Bañuelos y los de Murube para rejones. Y van a actuar “El Juli”, Talavante, Castella, Perera y Hermoso de Mendoza, de los de primera fila; Ferrera, Juan Bautista, Ivan Fandiño, “El Fandi” y “El Cid” de la fila siguiente, los perennes “Paquirri” y “El Cordobés”, también llamados “mediáticos”, los aguerridos Robleño y Castaño, los interesantes Curro Díaz, Morenito de Aranda y Nazaré, las novedades de Juan del Álamo y Jimenez Fortes, padre y madre toreros y con casta demostrada en este último mes de agosto, los aragoneses “Serranito” y “Paulita” con su “aquel” apuntado y J.J. Padilla que viene a la plaza de Pignatelli a recordar que el año pasado, en este mismo lugar, solo perdió un ojo. A Hermoso de Mendoza le acompañan Sergio Galán y su alumno y paisano Robert Armendáriz en el cierre de la última feria de primera de la temporada de 2012, temporada de no muy dulce recuerdo porque se acentúan los ataques antitaurinos por el triste y lamentable antiespañolismo de catalanes y vascos. Los catalanes conservan los toros en sus calles y los vascos se olvidan de sus antepasados.
Estamos en un delicado momento en el que apenas un par de medios nacionales tienen en cuenta la noticia taurina salvo si esa noticia tiene algo que ver con la posible tragedia, el chismorreo social o la última corrida de la temporada de tres festejos del mesías salvador. Y yo no sé si considerar a José Tomás como héroe o villano. Tres corridas y cuarenta mil espectadores no pueden significar la salvación de la fiesta y más si se extiende la especie de que muchos de los que estuvieron en Nimes ya no volverán a una plaza de toros porque ya lo han visto todo. Pocos días después, Manzanares abría la Puerta del Príncipe en Sevilla y no merecía un hueco en las portadas de esos diarios tomistas. Y ¿qué plaza es más importante en la historia de la Tauromaquia, Nimes o Sevilla? No creo que haya ninguna duda. Lo que necesitamos es que José Tomás se una a Manzanares en muchos cosos taurinos y que, en lugar de mover a cuarenta mil espectadores, sean varios millones los que cubran los aforos más amplios. Que el de Galapagar ejerza de lo que es: la figura de este siglo XXI de nuestros pecados y mueva los millones de euros que pueden mover las corridas de toros. Que no sea una leyenda y casi un misterio para los que no tenemos la dicha de poder asistir a esos tres festejos de su ¿temporada?
En una crónica de uno de los diarios que todavía se preocupa de nuestra fiesta leí que había muerto “Pirri”: ¿Cuál de los “Pirri”? Porque yo llego a la decena de “Pirris”, uno de ellos, de la segunda generación, yóquey del Hipódromo de la Zarzuela. El patriarca fue Emilio Saugar Babarro, un banderillero de poco fuste que, a la vista de su leve proyección en los ruedos, se colocó de puntillero en el Matadero madrileño de Legazpi. Tenía un gran don de gentes y, al final de cada temporada, invitaba a cronistas y médicos a unos callos al estilo de la ciudad del Oso y el Madroño. Allí se encontraba mi padre con el doctor Jiménez Guinea y le confesaba que, como operado de úlcera de estómago, tenía prevención de tomar tan delicioso manjar. “No tema, “Barico”, los callos son muy digestivos. Todo depende de la cantidad de guindilla que les añada”. Emilio Saugar seguía en el Matadero y uno tras otro, sus hijos se vestían de luces para destacar en la categoría novilleril o en las mejores cuadrillas de su tiempo. El primero fue Félix, el que ha fallecido hace unos días, y luego sus hermanos Emilio, Lorenzo y “Pali” (Pablo) que fueron en las cuadrillas de Palomo Linares, Curro Rivera, Mariano Ramos, Julio Robles, “El Viti”, “Espartaco”; Luis Francisco Esplá, “Orteguita”, Luis Miguel, Manzanares, Ángel Teruel, Dámaso Gómez, Antonio Bienvenida, Curro Vázquez y Pablo Hermoso de Mendoza. “Pali” tuvo la mala suerte de que “Yiyo” muriera en sus brazos en la plaza de Colmenar Viejo.
En la actualidad, tres hijos de “Pali” siguen en los ruedos, David, que va en la cuadrilla de “El Cid”, y Víctor Hugo y Pablo que torean mucho, pero que “andan sueltos”, como se dice en el argot taurino. Muchos y buenos toreros que han llevado y llevan el taurinísimo apodo de “Pirri”. También había un “Pirri” que jugaba en el Madrid, pero que no tenía nada que ver con esta familia de toreros. Gloria a Félix Saugar “Pirri”.
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