Manolete y Pepe Luis Vázquez en la Plaza de Sevilla
- Manuel, no seas tan serio.
- Más serio está el toro.
(Manuel Rodríguez "Manolete")
- No debe tratarse de hacer el toreo bonito. Eso es muy feo.
(Pepe Luis Vázquez)
¿Es la Fiesta un pitorreo?
Un diestro que está viviendo de sus ocasionales explosiones de toreo en medio de otras explosiones de petardeo, decidió hace unos días a cantarle a un toro en una corrida televisada para hacer algo nuevo, algo bonito. El festival de Mérida ya es conocido. Es un festejo en el cual el diestro de por allí ensaya nuevas suertes de tentadero y poco más. Esta vez la suerte ha sido la cantaorina. Como hubiera dicho José María Gaona a los aficionados de Córdoba:
"Mis queridos cordobeses / buen fartusco, ¿no os parece? / ¿Caben ya más pegoletes / ante ese pobre torete?".
Y es que la Fiesta está dividida en dos: la de los toreros pobres, que se enfrentan al toro desesperado y aunque triunfen en Las Ventas no vuelven a ver un pitón en meses, y la de losricos, que campan por sus respetos entre risas y chufletas.
La Fiesta fue siempre algo serio, lo opuesto a la risa. De ahí provino su grandeza. La trilogia era valor, arte y muerte.La muerte era lo que le daba grandeza. El torero era consciente de que se jugaba la vida y por eso nos lo tomábamos tan en serio. Llamarle chuflas a un torero era ponerlo en la picota de por vida; ahora son las figuras quienes van de chuflas por la vida.
Pero puede que dar unos jipios delante del toro sea lo de menos. Más grave, por ejemplo, es escuchar al locutor y a los toreros comentaristas - en activo, por cierto - de bromas malas toda la tarde ajenos a lo que tiene lugar en el ruedo, en tanto alguien pasa duquelas negras delante de uno de Escolar, y no hablemos de lo que pasa cuando oímos eso de vámonos al palco, donde personajillos ajenos a la Fiesta nos cuentan que están cosiendo para la verbena de su pueblo, por no hablar de la cadena regional en la que absolutamente todo lo taurino se desarrolla bajo un prisma de cachondeo hortera, y lo que es peor, bendecido por un figurón del toreo de cualquier época y por otro que es matador de puerta grande, ganadero hereditario, doctor ingeniero y, para rematar, título de nobleza.
Y a eso le añadimos la tragedia convertida en chufla: el autodenominado pirata enseña en las teles su colección de parches, que van desde el de cuadros para cuando va de principe de gales hasta el de tela vaquera para cuando va de jeans. Hay una larga y admirable saga de tuertos del toreo (y del cine, la cual encabeza John Ford) y de todos los semi-invidentes taurinos, desde Desperdicios a Lucio Sandín y desde el cordobés Eladio Peralbo al madrileño Javier Vázquez o el sevillano Ignacio, ninguno se ha dedicado al exhibicionismo de su desgracia, porque vender una tragedia sucedida en el ruedo viene a ser una especie de mendicidad a lo grande pero convertida en chufla. Como chufla también es que un matador que acaba de escuchar el sonido hiriente del clarín llamando a los alguacilillos de Las Ventas sea entrevistado cuando ya los otros dos se han adelantado hasta la arena o que ese mismo torero, cuando vive uno de los momentos de su vida a hombros bajo el atardecer de la Puerta de Madrid, sea tironeado del brazo para preguntarle sobre si está o no contento.
Y es que los diestros de ahora hacen de todo, menos lo que les diría el mencionado José María Gaona:
"Conseguirá la criatura / del círculo la cuadratura, / pero no habrá conseguido / dar cinco pases seguidos, / cuatro zurdos, muy derecho / y de remate, el de pecho".
El torero es una persona especial, porque es capaz de algo que sólo está al alcance de muy pocos: el ir contra el instinto de conservación. Lo explicaba mejor qiue nadie Rafael El Gallo, torero gitano y filósofo español:
"Está usté sentado en un patio con un niño en brazos y entra un ladrón amenazante; le da usted la cartera y luego sale a la puerta a llamar a la policía. Está usté sentado en un patio con un niño en brazos y entra humo; le tapa usté la carita al niño y sale con él a la calle para llamar a los bomberos. Ahora bien, está usté en un patio con un niño en brazos y entra un toro, y tira usté el niño al suelo y sale corriendo".
El torero es el hombre que no tira el niño al suelo. Por eso el torero y el toreo deben ser algo tan serio. El pitorreo no le sienta bien ni al uno ni al otro. Lo envilece. Y echa de las plazas a la afición, que era la que antes sostenía la Fiesta.
Firmado:
El hombre tranquilo.
Magnífico comentario.Uno de los mejores que he leído en bastante tiempo.Enhorabuena,con este comentario es Vd el John Wayne de estos lares.
ResponderEliminarUn saludo
¿QUIERE USTED MAS PITORREO QUE LLAMARLE A UN CRONISTA EL JOHN WAYNE DE ESTOS LARES?
ResponderEliminarPues yo no estoy de acuerdo, porque si me parece poco serio ponerse a cantar mientras se torea también me parece poco serio decir que los toreros se dividen en los pobres a los que no se les dan oportunidades y los ricos que andan enre charlotadas. Entre ambos hay muchos grandisimos toreros, hablese de Perera, Juli, Manzanares etc, que son capaces de enfrentarse a todo y salir victoriosos. Es cierto que las figuras procuran aliviarse pero eso no quiere decir que lo hagan siempre, y por otra arte eso siempre pasó, ahora bien antes de ser figuras ¿quien los aupó para ponerlos arriba?. Pues ellos con su valia. Cuando uno de los "pobres" vale sube como un cohete y si no miren el caso de Fandiño o de Escribano. Esto es asi, asi ha sido siempre y ya estamos hartos de derrotistas , negativistas que creen saberlo todo y ser los redentores del toreo.Por eso si poco serio es lo que hizo Talavante igual de poco serio es escribir este articulo.
ResponderEliminarEn el toreo siempre pasa el tren alguna vez; el que es capaz lo coge y ya n sebaja y los que no son capaces lo dejan asar per segur alguna portundad de cogerlo tuvieron.Eso si puede ser que unos solo tengan una oportunidad y otros varias.
¿Si solamente fuera la fiesta un pitorreo? esto sería un país casi decente, pero lo malo es que el "pitorreo" de un gobierno está llevando al desastre a muchas familias.
ResponderEliminarY el pitorreo se hace mayúsculo cuando el propio gobierno en voz de su presidente el Sr Rajoy, hace lo contrario a lo que dijo que no haría.
Este pitorreo si me preocupa, porque sin pretender ser el John Wayne de estos lares, si soy el Gary Cooper cuando me siento "Solo ante el peligro" por la forma de proceder de un gobierno sin escrúpulo y sin el más mínimo decoro de justicia social.
Pedro Domínguez
Valente Arellano,amigo, a ver si además de a leer,aprendemos a "interpretar" querido.
ResponderEliminarLo de compararlo con John Wayne , después de haber alabado su artículo ,que repito es de lo mejor que he leído últimamente,no es precisamente pirorreo.Pitorreo es más bien su ignaro comentario.
Se lo explico campeón.El cronista firma como "El hombre tranquilo" que es precisamente la gran película del año 52 que protagonizó el tal Wayne.Es un elogio en toda regla el que le hago comparándolo con tan gran actor.Claro que para entenderlo hay que saber algo más que las cuatro.
Un saludo y a ir más al cine.
A Francisco Martín:
ResponderEliminarMis tres actores cuando niño fueron John Wayne ("La diligencia"), John Wayne ("El hombre tranquilo") y John Wayne ("Centauros del desierto"), y no paré hasta poder visitar "Innisfree", que en realidad se llama Cong y está cerca de Galway, Condado de Mayo, y Monument Valley, en Utah-Arizona. De modo que muchas gracias, forastero. Usted también parece muy vaquero en esa minifoto ante la entrada de un rancho de ganado bravo de la parte de Lora-La Campana. Chóquela, Lee.
A Valente Arellano.
Valente, ¿escribe usted desde México? ¿Es usted famila del sensacional matador norteño del mismo nombre? Si es así, enhorabuena porque a pesar de que este torero fue flor de un dia debido un accidente vial, dejó un recuerdo tan grande entre los aficionados de todas partes que sus vídeos son visitados por los aficionados de todo el mundo. Aunque no vi torear a Valente Arellano, está en mi memoria a través de imágenes, crónicas y referencias. Chóquela, Valente.
A "Anónimo":
Yo, en cambio, estoy de acuerdo con usted en el 90 por 100 de las cosas que publica en su comentario, porque en el toreo todos llevamos parte de razón. En realidad, sólo discrepo con usted en dos cosas: en que diga los dos toreros que menciona hayan subido como la espuma, porque llevan años en una pelea feroz a base de echarle seriedad al toreo,y todavía están en el camino, y en que yo crea saberlo todo y quiera redimir la fiesta, porque lo único que quiero es que sea lo que siempre ha sido: un arte y un drama real, es decir, algo serio. Ahora, me reconocerá usted que cuando algo va mal, y la fiesta va mal, lo menos indicado es decir que va bien. De modo que chóquela , porque la verdad, como decía Juan de Mairena, no es ni la suya ni la mía, sino la que encontremos entre los dos.
A Gary Cooper
De acuerdo con usted. La decepción está siendo mayúscula y todos estamos solos ante el peligro. Extraordinaria película la que menciona, con dos bellezas como Grace Kelly y Katy Jurado, una gran canción en la banda sonora, soberbio montaje y un Gary Cooper que ya no puede hacer por nosotros sino, por aquello de "Gary Cooper que estás en los cielos...", interceder para que esto no vaya a peor. Chóquela, vaquero.
Firmado: El hombre tranquilo.
Mr. The Quiet Man,me alegra sobremanera coincidir con V. también, en cuestiones cinematográficas y ,sobre todo, que no se haya tomado mi primer comentario como pitorreo que ,por la gloria de mi madre, no iba en ese sentido.
ResponderEliminarPor cierto que ,casualmente, de ese Rancho entre Lora y La Campana cuya egregia portada corona mi noble cabeza en autofoto que ni de John Ford,no quieren ni oir hablar los figurones del presente, que no del futuro,porque estos tienen menos futuro que un fabricante de ceniceros para motos.
Se dice,se comenta,que su solo nombre, les produce tal resecor en las tragaeras que les impediría cantarle al animalito por buleares o solerías.Y eso, que han intuído como una nueva línea de negocio,no estan dispuestos a aceptarlo,entre el beneplácito de los chopos chicos,el Mata endeblita y el espectalular,Mr. Houses.
Entre mis cosas urgentes está el acudir a Cong a tratar de conseguir una pinta de cerveza negra en la Taberna de Pat Cohan.
Un cordial y reverente saludo.
Francisco, muchas gracias por su saludo. En cuanto a la nueva línea de negocio, como usted dice, es más bien vieja. Me contaba un entrañable amigo que lo vio torear que eso lo hacía Matías Lara "Larita". Eso y más cosas aún. Una vez toreó en Córdoba y fue invitado a casa del marqués de Los Castellones. Allí vio una jaca que le gustó y le pidió al marqués que se la regalara a cambio del brindis de un toro, sin obtener el intercambio. Pero por la tarde, en la plaza, Larita se dirigió a la barrera que ocupaba el marqués y le brindó el toro. Y luego, a la hora de matar, lo acercó a las tablas y gritó: "Va por usté, señor marqués, pero ¿es mía la jaca?". La gente empezó a reirse y Larita siguió insistiendo y el marqués siguió negándose hasta que el público empezó a gritar que le regalara la jaca, diciendo entonces el marqués: "Sí, hombre sí, pero mata ya el toro". Y Larita, que no se fiaba: "¿Pero de verdad que la jaca es mía?". "Que sí, hombre, que sí, pero mata ya el toro". Al final, Larita mató el toro, el marqués le regaló la jaca y el toreo incorporó una anecdota de humor, de las que ya no se producen y antes complementaban la Fiesta. Larita era mucho Larita. En otra ocasión se anunció en Málaga con seis novillos de Miura y pusieron un cartel que decía: "Los novillos-toros de Miura han sido elegidos por Matías Lara "Larita". Era una garantía. Ah. Mi inolvidable amigo era Rafael El Niño, maestro guardarnés, como decía él, de la plaza de toros de Córdoba desde los años 30, quien hasta vió torear a Guerrita en un tentadero en El Capricho, finca donde pasta la ganadería de la familia Centeno Guerra. Pero eso, para otro día.
ResponderEliminarEl Hombre Tranquilo
P.S. Me temo que no se va a poder tomar usted nada en el bar de Pat Cohan, porque, si no han cambiado las cosas, ahora es una tienda de souvenirs de la película. Cruzando la plaza tiene usted un establecimiento parecido, aunque, por supuesto, no es igual.