Rafael de Paula ante “Corchero” de Martínez Benavides, lidiado en la Feria de Otoño de Madrid el 28 de septiembre de 1987. (Foto de El País)
"...En el arte del toreo, como en pocas artes, la belleza es producto de la verdad. La estética que traiciona, finge, maquilla los alivios, podrá engañar incluso deslumbrar, pero es pantomima. El pase natural lo transparenta..."
Hermenéutica del natural
Cali, 13/08/2014
Mirando una fotografía de Rafael de Paula. En jurisdicción de cacho. Vaciado de la suerte. Actitud serena. Cuerpo frontal, recto, entregado al embroque. Zapatillas apuntadas a la dirección del viaje. Muleta en la izquierda, baja, tras la cadera. Brazo suelto. Espada en la derecha, pasiva. Cornamenta centrada en el trapo, conducida, circundando. Es el toreo puro. Ético y estético.
Mirando una fotografía de Rafael de Paula. En jurisdicción de cacho. Vaciado de la suerte. Actitud serena. Cuerpo frontal, recto, entregado al embroque. Zapatillas apuntadas a la dirección del viaje. Muleta en la izquierda, baja, tras la cadera. Brazo suelto. Espada en la derecha, pasiva. Cornamenta centrada en el trapo, conducida, circundando. Es el toreo puro. Ético y estético.
El cumplimiento fiel del contrato de honor con el toro, que reza: Eres grande y fuerte, tienes dos armas. Soy pequeño y débil, tengo un trapo. Pero eres bruto y yo inteligente. A cambio te doy las ventajas. No usaré mi arma.
Atacas, no me quitó, no me descompongo, te aguanto, te consiento, te mando, si no tú vences. Natural, porque así es, ahí está todo, el respeto, la igualdad, la lealtad, la esencia. Cada elemento en su sitio y función.
En el arte del toreo, como en pocas artes, la belleza es producto de la verdad. La estética que traiciona, finge, maquilla los alivios, podrá engañar incluso deslumbrar, pero es pantomima. El pase natural lo transparenta.
De Paula no era el más aguerrido de los toreros, pero quizá sí de los más valientes. Nunca quiso taparse, cuando no pudo ser sublime, las más de las veces, prefirió el ridículo a la impostura. Enfrentar al público y a sí mismo antes que mentir. Al fin y al cabo, el auténtico arte de torear es precioso, como los diamantes, por escaso.
Esta estupenda foto corresponde al sobrero “Corchero” de Martínez Benavides, lidiado en la Feria de Otoño de Madrid el 28 de septiembre de 1987.
ResponderEliminarEsto dijo el gitano del barrio jerezano de Santiago: “La del toro de Benavides fue la faena que más me emocionó. No por la perfección, sino porque en cada pase daba el pecho y el toro tardaba bastante en obedecer. Al final, obedecía pero no sabía si se me iba a colar o a quedar corto. Aquel día me convertí en un valiente”.
Uno que pasaba por aquí
Muchas gracias por su acertada observación. Subsanaré el lapsus y lo inserto al pie de foto. Tuve la suerte de presenciar aquella corrida.
ResponderEliminarJuan Lamarca
Sr Lamarca, claro que me figuro que usted estuvo en esa corrida, (no recuerdo quien fue el presidente) y si la vio desde el callejón, mejor para usted, pues la visión es bastante mejor que desde el palco.
ResponderEliminarYo también tuve la suerte de estar ese día en Las Ventas. Rafael de Paula sustituía a Julio Robles y el cartel quedo compuesto con cuatro toros de Joaquín Buendía, uno de Paloma Eulate y el sobrero de Martínez Benavides, un toro muy astifino, con el que Rafael de Paula toreo como los otros sueñan.
Les acompañaron José Mª Manzanares y Ortega Cano, Y guardo mi entrada con un cariño especial, “tendido bajo del 9, fila 8 número 28, 2.650 pesetas”.
Saludos
Uno que pasaba por aquí