Cansados del maltrato y desprecio a que han sido sometidos por la administración, traducidos en atropellos, abusos administrativos y legislativos, aumento de insumos y de asuntos tan esenciales como la energía eléctrica y los combustibles, que los han llevado a mal vender sus productos, han decidido venirse a Madrid, para exponer sus demandas de una manera rotunda.
Es una auténtica rebelión del mundo rural, pues va más allá de lo que puedan decidir unos pocos en despachos suntuosos de un sector determinado. Aquí se trata de la protesta genuina de los que trabajan el agro, la ganadería, la pesca, las tradiciones más arraigadas de nuestro campo y de el mar.
Alrededor de quinientas asociaciones de todo el espacio de la España vaciada, que tanta ayuda nos han prestado durante estos tiempos de Covid, produciendo sin descanso para que nada faltara en los anaqueles de los supermercados, y para que en medio de la tragedia tuviéramos por lo menos seguridad alimentaria, lo han decidido sin pedirle permiso a nadie!! Simplemente coordinados por un movimiento ciudadano llamado Alma Rural, se han puesto de acuerdo para decir Basta Ya!!
Los agricultores sometidos a los aumentos de la luz eléctrica como nunca antes se había visto, unido al precio ya insoportable del combustible, que deja tirado el poco valor que reciben por sus productos después de que los intermediarios se lleven la mayor tajada; o los que tienen que enfrentar la competencia desleal de las importaciones descontroladas, que violan las normas europeas pero que los conducen a la ruina y a tener que destrozar sus cultivos por ser inviables, como ha ocurrido recientemente con los cítricos en la Comunidad Valenciana, sin que el ejecutivo abra la boca.
Los ganaderos, que sufren exigencias increíbles en sus explotaciones por los múltiples controles e inspecciones de sanidad animal para estar a la altura de las condiciones de los mercados internacionales, que han tenido que soportar como el Ministro Alberto Garzón los atacaba desde The Guardian, con su afirmación de que la carne que producen es la peor del mundo por, entre otras razones que adujo, el maltrato a que someten a sus animales.
Los productores de leche, que al final después de ser desatendidos sus múltiples reclamos, se ven obligados a vender por debajo de sus costos, que han tenido que lanzar miles de litros a las puertas de despachos regionales, que se lavan las manos ante esta tragedia, mientras las comercializadoras se llevan la gran tajada del precio, con la aquiescencia del sector oficial.
O los pescadores, que sufren las amenazas un día si y otro también de acuerdos europeos con Marruecos que no se cumplen y que se deciden a espaldas de las verdaderas necesidades de los que se echan a la mar un día si y otro también para que no falten en nuestros platos sus valiosos productos.
A ellos se unen las expresiones más tradicionales de campo, que mantienen la ilusión de la vida de esos pueblos, sus costumbres y la cultura de esa España que se niega a ser vaciada por completo. Los ataques son incesantes y sistemáticos contra la caza, los toros, los circos, las romerías y todas las tradiciones conexas, pues sabemos perfectamente que enfrentan una agenda política por cambiarle a España su alma y su identidad.
Es por ello que su protesta tiene carácter de auténtica rebelión, y que será sólo la primera de muchas si no se atienden sus reclamos y se pretende correr la arruga a tan serio problema. Es el sector primario de nuestra economía el que alza su voz con energía suficiente para que quienes tienen en sus manos la toma de decisiones que afectan al mundo Rural se lo piensen dos veces.
La gente esta verdaderamente cansada y hastiada de las promesas incumplidas y de cantos de sirena. Pero ahora es aún peor, porque el campo ya ha identificado a sus adversarios y el ataque sistemático de sus políticas con la llamada Agenda 20-30, y no está dispuesto a continuar el juego de sus enemigos.
Así que la gran manifestación del 23 de enero del Mundo Rural, que con sus tractores, sus aperos, sus animales y sus arreos recorrerán el Paseo de la Castellana tiene más de llamado “Alarma” que nunca, pues es la tercera vez que se protesta, antes lo hicieron el 2016 y el 2019, por lo que ésta tiene carácter definitivo. Oído, que suenan tambores de guerra en nuestro campo.
William Cárdenas RubioALMA RURAL TOROS
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