‘Contento’ fue un gran y encastado toro que tuvo movilidad, fijeza, alegría, humillando por ambos pitones con la boca cerrada hasta su muerte en toro bravo, resistiendo largos segundos hasta caer en la arena. En varas, cumplió y en banderillas persiguió la cuadrilla con prontitud. Emocionante fue ver a este quinto toro (599 kilos, número 14, nacido en 11/2018) quien fue premiado con una unánime vuelta al ruedo en su arrastre. Bien podría ser el toro de esta feria.
Eso sí, ‘Contento’ ofrecía sus dos orejas en una bandeja, pero se fue con una al paraíso de los toros bravos.
Y contento estará Fernando Adrián de haber heredado en el sorteo tal toro. El toro de su carrera, tal vez.
Contentos estuvieron muchos en los tendidos al ver torear a Adrián con más técnica que sentimiento en una faena de poca profundidad, pero estructurada ad hoc para el gusto del nuevo público. Comenzó de rodillas con pases cambiados por la espalda, con tandas ajustadas por ambas manos pero que carecían de esa emoción que distingue un simple trasteo de una gran faena. Gustó con sus doblones finales, pero mató de un metisaca y una entera trasera ladeada. La petición mayoritaria le permitió a Fernando Adrián cortar ese anhelado apéndice y poder salir después a hombros tras un primer corte con el segundo de la tarde. Pero nos dejó con ganas de más, mucho más, sin que un importante sector aficionado esté tan contento como él.
Su primera oreja la obtuvo con el segundo toro tras una faenita de poco fondo e interés pero con esa misma técnica, limpia y transparente, bien aprendida cuando fue alumno en la Fundación El Juli. Terminó tras otra entera trasera. Era como ver al mismo Fernando Adrián de hace 10 años, cuando era aún novillero. En eso, poco cambió el torero, sin mucha evolución ni renovación en el concepto de su toreo.
Contentos fuimos de ver al toledano Álvaro Lorenzo con el sexto Santiago Domecq con la que fue la mejor tanda por naturales de la tarde. Una lástima haber esperado más de dos horas para por fin ver una serie con profundidad en una gran corrida que no paró de embestir. Mal estuvo el toledano con el tercero, lejos del nivel al que nos acostumbró en este coso.
Descontentos fuimos y así estuvo el mexicano Arturo Saldívar al salir de la plaza. Perdido parecía estar con sus dos toros, ovacionados en el arrastre. Apenas aprovechó las nobles embestidas en línea recta del cuarto, sin cargar la suerte, pensando tal vez que así cumplía. Ocho temporadas que no pisó este ruedo, temo que serán como mínimo ocho más que no volverá a pisarlo.
El mayoral de Santiago Domecq fue ovacionado y tuvo que saludar finalizando el festejo con la satisfacción de haber presentado un lote completo al que no había que perder la cara, los tres diestros saliendo o heridos (Lorenzo con una trayectoria de 15 centímetros en el muslo derecho) o siendo volteados como lo fueron Saldivar y Adrián. Había que bregarlos, y bien, como lo hizo Curro Javier ovacionado en el sexto, compartiendo saludo con Raúl Ruiz tras gran par en banderillas.
Contentos estuvimos y fuimos, viendo sin tregua esta interesante corrida y ‘Contento’ también fue, siendo un gran toro de Santiago Domecq. Ser y estar contentos esta tarde, esa fue la clave de esta corrida.
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