Copia del cuadro de Mariano Yzquierdo y Vivas existente en la capilla del Cementerio de los Mártires de Paracuellos.
“Asesinados en masa por el mero hecho de ser cristianos”
"..En total fueron asesinados en Paracuellos del Jarama entre el 6 de noviembre y el 4 de diciembre de 1936 unas 5000 personas. Entre esas personas había 276 menores de edad, algunos con 13 años de edad. Varios padres, hijos y hermanos fueron fusilados juntos atados por los codos.."
Las Matanzas de Paracuellos no las cometieron «incontrolados»
En la noche del 6 al 7 de noviembre de 1936 se iniciaron las matanzas de Paracuellos. Los asesinatos se prolongaron hasta el 4 de diciembre de 1936 y fueron llevados a cabo por milicianos del Partido Socialista Obrero Español, el Partido Comunista, la UGT y la CNT. Las Matanzas de Paracuellos no las cometieron «incontrolados»
Las personas asesinadas en Paracuellos eran presos políticos sacados de las cárceles de Madrid con la excusa de ser trasladados a Valencia. Fueron asesinados por sus ideas o su religión abogados, jueces, periodistas, escritores, catedráticos, médicos, religiosos, militares,…
En total fueron asesinados en Paracuellos del Jarama entre el 6 de noviembre y el 4 de diciembre de 1936 unas 5000 personas. Entre esas personas había 276 menores de edad, algunos con 13 años de edad. Varios padres, hijos y hermanos fueron fusilados juntos atados por los codos.
Las victimas de Paracuellos procedían de la Cárcel Modelo y de otras prisiones madrileñas. Eran trasladados en autobuses de dos pisos como el de la imagen. Se les hacía bajar en grupos de 10 a 20 atados de dos en dos. Una vez puestos en fila eran fusilados por los milicianos.
Miembros de la Dirección General de Seguridad de la Junta de Defensa de Madrid obligaron a numerosos vecinos de Paracuellos a cavar las fosas donde fueron enterrados los asesinados. En total existen 7 fosas. Cuando no hubo más espacio, se abrió otra en Torrejón de Ardoz.
Muchas de las personas fusiladas por los milicianos del Frente Popular en Paracuellos del Jarama fueron enterradas vivas, otras murieron desangradas mientras se les trataba de introducir en las fosas.
Tenía una bala alojada en el paladar, otra en la rodilla y otra en el estómago. Le dijeron que quedaba «libre» y le enviaron a la muerte.
Junta de Defensa de Madrid
La matanza de Paracuellos fue organizada por el Consejo de la Dirección General de Seguridad de la Consejería de Orden Público presidida por Segundo Serrano Poncela, que a su vez dependía de Santiago Carrillo, Consejero de Orden Público de la Junta de Defensa de Madrid.
Tanto Santiago Carrillo como su amigo Segundo Serrano Poncela pertenecían a las Juventudes Socialistas Unificadas de Madrid cuando se produjeron las matanzas de Paracuellos. Dicha organización resultó de la fusión de las Juventudes del PSOE con las Juventudes del Partido Comunista.
Santiago Carrillo siempre negó su participación en las matanzas de Paracuellos pero existen numerosas pruebas que indican que fue uno de sus máximos responsables. Y no pudo alegar desconocimiento, el 7 de noviembre fue avisado por varios diplomáticos de lo que estaba sucediendo.
Las matanzas de Paracuellos del Jarama fueron finalmente paradas por el anarquista Melchor Rodríguez, conocido como el «Ángel Rojo», que al ser nombrado Delegado General de Prisiones de Madrid el 4 de diciembre de 1936, detuvo las sacas de presos de las cárceles de Madrid.
Por cierto, de la literalidad de la Ley de Memoria Democrática se extrae que considera «víctimas a las personas que padecieron persecución o violencia por razones políticas, ideológicas, de pensamiento y opinión, de conciencia o creencia religiosa,…, durante la Guerra de España».
A pesar de lo anterior, los responsables actuales del Partido Socialista Obrero Español, el Partido Comunista de España, la Unión General de Trabajadores y la Confederación Nacional de Trabajadores se niegan a recordar los asesinatos llevados a cabo en Paracuellos del Jarama.
Ley de Memoria Democrática
De la misma forma que recuerdan el terrible y condenado asesinato de Federico Garcia Lorca, podían también recordar y condenar el asesinato de Pedro Muñoz Seca el 28 de noviembre de 1936 en Paracuellos del Jarama. Eso sí sería una «memoria democrática».
Quizá sea porque en noviembre de 1936 esos partidos políticos y sindicatos estaban representados en el Gobierno del Frente Popular cuyo Consejo de Ministros estaba presidido por Francisco Largo Caballero y que al menos por omisión, fueron responsables de los crímenes.
Algunos dicen que las matanzas fueron algo espontáneo, llevadas a cabo por «el pueblo incontrolado». Su razonamiento es absurdo. Fueron crímenes que contaron con personas que los idearon, que eligieron el lugar, ordenaron cavar fosas y los llevaron a cabo durante un mes.
Los autobuses municipales de dos pisos que llevaban a los prisioneros políticos que iban a ser asesinados salían del centro de Madrid, atravesar la ciudad y antes de llegar a Paracuellos del Jarama, tenían que pasar hasta 13 controles para llegar a su destino. ¿Incontrolados? No.
Las Matanzas de Paracuellos no las cometieron «incontrolados».
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