En cada patera vienen dos Nicos, un Yamal, cuatro ingenieros y tres Mbappés / por Toni Cantó

"..La izquierda esperaba que, al llegar, estos chicos dieran un discurso sobre la educación pública, la violencia de género, Gaza, la sanidad y el aporte de la inmigración ilegal. Pero va y se ponen a cantar que Gibraltar es español y gritan que viva España.." 

En cada patera vienen dos Nicos, un Yamal,

 cuatro ingenieros y tres Mbappés

Toni Cantó

La Gaceta/Julio 21, 2024

Qué poco le duró a la izquierda el juguetito de la selección española de fútbol. Nos dieron el coñazo todo el campeonato, ilusionaditos con su «roja», como dicen ellos. A los rogelios les cuesta decir selección española. En deporte vale roja, hispanos o leones. Cualquier cosa que no sea España. La roja racializada, lo que aporta la inmigración, los vascos y catalanes, repetían. Alguno te señalaba con el dedito moral de tal forma que parecía que en cada patera venían dos Nicos, un Yamal, cuatro ingenieros y tres Mbappés.

Pero fue ganar el campeonato, venirse los chavales a casa, abrir la boca y el espejismo se rompía. Los jugadores celebraban abrazados a una bandera de España, qué horror. El entrenador, Don Luis De la Fuente, habla de su fe, de valores, esfuerzo, talento y unión. Dijo que el equipo es un ejemplo para el país, que unidos somos más fuertes, que viva España. ¡Qué espanto!

Para colmo, tras impedir la entrada de Sánchez al vestuario y celebrar con el Rey y la infanta, los futbolistas saludan de forma fría al presidente. No se arrodillan ante su persona. Qué vergüenza. Se rompió el amor de tanto usarlo. ¡Ese saludo frío es un insulto!, dicen los que aplaudían al estudiante que no le dio la mano a un ministro de derechas, los que celebran la mala educación y los desmanes en los Goya o disculpan los pitidos al himno y los juramentos estrambóticos del diputado soplagaitas de turno.

Quien iba a imaginar que a unos chavales que se han tirado la vida entera entrenando y esforzándose por llegar donde están ahora les iba a molestar que los políticos de turno les usaran sin pudor. Qué extraño que no le bailen el agua a quien pacta con los salvajes que insultan y amenazan a Unai Simón por ser hijo de un Guardia Civil y una Ertzaina; con los que acosan a Oyarzabal y a Merino por formar parte de este equipazo. Qué raro que estén hartos de un gobierno que les forra a impuestos.

¿Qué le pedirías a Sánchez?, le preguntaban a Nico. Que baje los impuestos, respondía. Lo mismo que le pedimos casi todos. Una de las teles del régimen realizaba un reportaje en el interior del vestuario. Ampliaban entre las risas de las periodistas el culo de Dani Olmo. Imaginen ese zoom en un vestuario femenino. La que se hubiera montado. Los aspavientos del feminismo, los llantos de las futbolistas. Los nacionalistas están que trinan. Pantallas gigantes en sus ciudades. Banderas, cánticos y celebraciones. Qué alegría. Todos los medios públicos al servicio de los campeones. Horas de retransmisión.

La izquierda esperaba que, al llegar, estos chicos dieran un discurso sobre la educación pública, la violencia de género, Gaza, la sanidad y el aporte de la inmigración ilegal. Pero va y se ponen a cantar que Gibraltar es español y gritan que viva España. Hacen el gamberro y se echan unas risas frente a un público que corea «Pedro Sánchez, hijo de puta» o «Lamine Yamal come jamón«. Vaya, el fútbol de siempre. Gracias a todos ellos. Por hacernos disfrutar con un fútbol de lujo. Por competir como bestias. Por echarnos estas risas. Nos han dado una alegría en una época oscura. Resultaron ser unos jóvenes que, como la inmensa mayoría del país, están hasta los mismísimos de esta panda de trileros.