Mucho, muchísimo podría hablar sobre el Paco Camino torero, para mi uno de los más grandes de toda la Historia-sino el más grande- desde luego el más completo, pues dominaba toda la lidia, dotado de una inteligencia privilegiada; con razón, Gonzalo Carvajal le apodó en el año 1958, nada más verle en Zaragoza, “El Niño sabio de Camas” y su apoderado, don José Antonio Chopera, dijo de él que, “era el torero más inteligente que había conocido, y que del toro lo sabía todo”.
Era, pues, un toreo muy poderoso, aunque todo lo hacía con aparente suma facilidad, pero es que a todo ello unía un arte, una gracia y una torería, inigualables. Ello le llevó a convertirse en una gran figura en todo el mundo taurino. Triunfó en todas las plazas del mundo (especialmente en las Ventas de Madrid, primera plaza del mundo), y no solo en España sino también en toda la América taurina. Incluso llegó a torear tres tardes seguidas en Houston (Texas). Fue un torero de toreros, un torero especialmente reconocido y valorado por todos los profesionales y los buenos aficionados.
Como persona había que conocerle para valorar como era el hombre. Para algunos era, a veces, un hombre muy serio y distante, cuando lo que pasaba es que era una persona a la que no gustaba estar en primer plano, no le gustaba el protagonismo, sino mantenerse apartado en un segundo plano, pero cuando se le conocía, cuando él se daba cuenta de que te acercabas con sinceridad, se abría y te daba su amistad, y en ese terreno era un hombre íntegro, hasta más no poder, cabal, enemigo total de la falsedad, de las alabanzas falsas, y amigo de la verdad, que la llevaba por bandera, llamaba a la cosas por su nombre, lo cual a algunos no gustaba, porque, en general, la verdad suele molestar, al que no es amigo de ella.
Por todo ello podemos decir que, como torero fue absolutamente inconmensurable y como hombre fue inmenso, un hombre del que valía la pena estar a su lado, hablar con él, porque, como decíamos, era un genio, un sabio, y con frecuencia decía frases, reflexiones para enmarcar, y guardar para toda la vida. Yo lo sé, y puedo decir que era la bondad en persona, pues ayudó a mucha gente, aunque eso pocos lo sabían, porque cuando sacaba a alguien de un serio problema, lo primero que le decía era que de aquello no se enterara nadie, pero yo lo digo porque lo creo de justicia. En profundidad no le conocía mucha gente, pero los que le conocían saben que digo verdad.
Una vez retirado definitivamente del toreo se apartó del mundanal ruido y se fue a vivir, con su esposa, a su finca “Los Caminos”, en el termino de Candeleda (Ávila ), y allí ha pasado muchos años, viviendo muy feliz, en el campo.
Descanse en paz, para siempre, un toreo muy grande y un hombre más grande aun. ¡HONOR Y GLORIA PARA SIEMPRE AL MAESTRO CAMINO Y AL HOMBRE PACO CAMINO SÁNCHEZ!
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