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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 17 de octubre de 2024

Andrés Hernando y Ortega Cano, un homenaje a la tauromaquia clásica y añeja / por Alejandro Martín

Foto de familia tras el tentadero en la Finca 'Los Cerros'. / Foto: Emilio de Frutos

Torería y clasicismo de Andrés Hernando, que a sus 86 años vuelve a ponerse delante de una becerra, y de Ortega Cano, que torea en el 50 aniversario de alternativa con un cabestrillo pese a arrastrar una lesión en el hombro.

Pase de pecho de Andrés Hernando  /Emilio de Frutos

Andrés Hernando y Ortega Cano, un homenaje a la tauromaquia clásica y añeja

Alejandro Martín
El empaque, la clase, el temple y la torería son cualidades que no se compran. Atributos clásicos de una tauromaquia clásica y añeja, que solo los años de experiencia son capaces de destilar. Como todo lo que no se puede mercadear, llegar a ser capaz de ofrecer un concepto natural que quede grabado en el disco duro del toreo resulta inmaterialmente caro. Y cada vez más, pues hay que recurrir a aquellos maestros, figuras en su época, que detengan el tiempo con sus muñecas en algunos eventos marcados en rojo para una serie de elegidos. El pasado domingo un centenar de aficionados pudo disfrutar en la Finca ‘Los Cerros’, en La Higuera, del clasicismo del segoviano Andrés Hernando (La Velilla, 1938), que a sus 86 años volvió a ponerse delante de una becerra con un semblante físico envidiable para regalar un toreo que no se fabrica: conocimiento, colocación y poso. Un recital. “Maestro, ha estado cumbre”, le decían compañeros de profesión. Todo un manantial de sabiduría taurina para las generaciones venideras.

Ortega Cano se dispone a ejecutar un pase de pecho / Emilio

De los muletazos con sabor de uno de los nombres más relevantes del escalafón de los años 60 y principios de los 70 y uno de los grandes toreros castellanos de la historia se dio paso al toreo de José Ortega Cano (Cartagena, Murcia, 1953), una de las figuras más importantes y mediáticas de los últimos lustros del siglo XX y principios del XXI, que cuenta con el título de ser el único torero que ha indultado un astado en Las Ventas de Madrid -‘Belador’, de Victorino Martín-. El afamado espada, que llegó a la coqueta plaza de tientas de Los Cerros con un cabestrillo tras sufrir una rotura del húmero del hombro izquierdo al caer en las escaleras del Metro de Madrid la semana anterior, no dudó en dar un ramillete de pases de gran calado ante una vaca, pese a las limitaciones físicas que presentaba. Aparentemente relajado, dejó tres tandas impregnadas de ese aura especial propio de Ortega Cano, tan solo un día después de cumplir el 50 aniversario de su alternativa (Zaragoza, 12 de octubre de 1974). Su compromiso con los aficionados fue un acicate para mostrar que la profesión va por dentro, pues la veteranía es un grado -o dos-. Un arquetipo de torero grande.

Natural de Emilio de Frutos. / Foto: Alejandro Martín

De esta manera, se conmemoraron los más de 60 años de doctorado de Hernando y los 50 de Ortega Cano. Un homenaje a la tauromaquia clásica y añeja. Reminiscencia de la tauromaquia. Honores al clasicismo. La estela artista no se detuvo ahí, ya que después el diestro anfitrión, Emilio de Frutos, toreó un novillo junto a Julio Benítez ‘El Cordobés’. La mañana continuó con el buen hacer del diestro segoviano, que firmó varias series de suma elegancia, asentado y muy encajado. El Cordobés, por parte, se mostró maduro y muy dispuesto con un trazo largo de muletazo y estéticos pases de pecho, y hasta se colocó de rodillas en una valerosa intervención. Para la ocasión, se lidiaron ejemplares de los hierros del El Tajo y Cayetano de Frutos.

Julio Benítez ‘El Cordobés’, toreando de rodillas. / A.M.

Fue una jornada de sorpresas, pues hasta esta finca enclavada en medio de la naturaleza también se desplazó Frank Evans ‘El Inglés’, uno de los pocos toreros anglosajones de la historia. Un romántico, que tomó alternativa en 1991. Otros de los diestros que estuvieron presentes en esta fiesta campera fueron el colombiano José Porras, Curro Cruz, David Luguillano o Enrique Martínez ‘Chapurra’, torero habitual como sobresaliente, el novillero Carlos de Mendoza o el aficionado práctico Pablo Bermúdez; además de varios alumnos de la Escuela Taurina Provincial de Segovia como Jorge Oliva, Jesús Manso, Jaime Hermosa, Joaquín López o Lola Sanz y otros jóvenes que tomaron parte de tapia.

Frank Evans ‘El Inglés’. / Foto: Alejandro Martín

Tras el emotivo tentadero, el evento campero dio paso a una comida de hermandad y una actuación musical, con un posterior brindis para enmarcar los aniversarios de alternativa de Hernando y Ortega Cano. Agradecidos, compartieron impresiones con los aficionados para después intervenir en un coloquio sobre la situación actual taurina en Colombia. El encuentro se llevó a cabo con motivo de la exposición ’Toreros pintores’, que llegará al Aula ‘Antonio Bienvenida’ de Las Ventas, de Madrid, durante la Feria de San Isidro de 2025, a cargo del Proyecto ‘Atardecer Torero’.

David Luguillano y Andrés Hernando. / Foto: Alejandro Martín

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