Borja Jiménez, Roca Rey, Adrián, Escribano, Luque, De Justo, toros de Fuente Ymbro, Santiago Domecq, Victorino y Victoriano del Río, y la Concha de Oro de San Sebastián, hitos positivos de un año para la esperanza.
Antonio Lorca
El País/25 Oct. 2024
Ser aficionado a los toros hoy no está al alcance de cualquiera. Aficionado, no espectador, se entiende. Para estar dispuesto al sufrimiento, a la admiración, a la conmoción, al entusiasmo, y también al dolor, al tedio, a la desesperación… y tras una tarde de fastidio irremediable volver al día siguiente con la ilusión renovada hay que estar poseído de un temple que raya la heroicidad o de una vocación cercana a la locura que produce ese virus misterioso de una fiesta tan ancestral como políticamente incorrecta.
Quizá por eso, en la fiesta de los toros no suele haber medias tintas; por eso, quizá, entre la euforia y la desolación solo hay un paso; y hoy, en plena modernidad, con la tauromaquia vilipendiada a partes iguales por unos y otros, por los taurinos —empresarios, ganaderos y toreros de oro y plata—, por los políticos —unos, por su cobarde complejo; otros, por su palabrería impostada e hipócrita, y los demás, por su ataque autoritario y despótico—, y las apasionadas y esforzadas corrientes animalistas que tanto hueco encuentran en los medios de comunicación, (inexplicable situación que rompe las normas básicas del periodismo), son más frecuentes los estados de desánimo que de satisfacción entre los aficionados.
Finalizan las temporadas y queda la impresión de que la fiesta va de mal en peor, precipitada a toda velocidad por una catarata de decadencia; y suele permanecer la idea de que ganan terreno los enemigos, los que desean su desaparición cuanto antes.
Pues no. A pesar de ese pesimismo reinante, que no pocas veces se apodera también del ánimo de quien escribe, la temporada taurina de 2024 ha estado cuajada de brillantes recuerdos que permiten encarar la siguiente con fundada esperanza.
He aquí algunos de ellos:
El año nuevo arrancó con los ecos, todavía en la memoria, del rabo que cortó Morante de la Puebla el 26 de abril de 2023 en La Maestranza, los 90 años que el 1 de diciembre cumplió el Faraón de Camas, Curro Romero, y la reapertura de la Plaza México, cancelada desde junio de 2022. Tres noticias para la ilusión.
El 1 de febrero se presentaron los carteles de San Isidro —26 festejos, 13 de ‘no hay billetes’ y 6 llenos—, y la primera sorpresa llegó de la mano izquierda del novillero Jarocho, que salió a hombros el 21 de mayo. Borja Jiménez, erigido en triunfador del largo ciclo, también traspasó la Puerta Grande, al igual que Fernando Adrián. David Galván, por su parte, dejó un sello de exquisita inspiración. Y se lidiaron toros de renombre: Orgulloso, de Fuente Ymbro, con el que triunfó Román; Periquito, de La Quinta (Emilio de Justo); Bastonito, de Baltasar Ibán; Experto y Tejonero, de Santiago Domecq; Dulce, de Victoriano del Río; Rebeco, de Juan Pedro Doemcq, y otros de El Torero, Conde de Mayalde; y novillos destacados de Fuente Ymbro, Montealto y Guadaira.
El héroe de San Isidro fue el colombiano Juan de Castilla. El 19 de mayo toreó por la mañana en la localidad francesa de Vic Fezensac en una dura corrida concurso pasada por agua, y por la tarde se enfrentó a una señora corrida de Miura en Las Ventas.
Antes se había celebrado la Feria de Abril —15 corridas, 7 tardes de ‘no hay billetes’—, con el protagonismo de Morante de la Puebla cinco tardes— y Borja Jiménez, tres. El primer aldabonazo lo dio Calerito el 7 de abril, que cortó dos orejas en la segunda corrida del abono, aunque de poco le ha servido. Dos días después, un corridón de Santiago Domecq y triunfo de dos orejas de David de Miranda, también en el olvido. Miguel Ángel Perera, Daniel Luque y Roca Rey salieron a hombros por la Puerta del Príncipe, y el 15 de abril, Juan Ortega cortó las dos orejas a un toro de Domingo Hernández y se erigió en uno de los triunfadores de la Feria junto a Luque y el toro Tabarro, de Santiago Domecq. En la corrida de Victorino Martín, Manuel Escribano se convirtió en el héroe de la feria al salir a lidiar su segundo toro después de sufrir una cogida en el primero.
David de Miranda y el toro Tabarro, de Santiago Domecq, en la Feria de Abril.
Arjona (Imagen cedida por Pagés).
En la primera corrida de la Feria de San Fermín de Pamplona resultó herido de gravedad Borja Jiménez al entrar a matar a un toro de La Palmosilla, al que le cortó las dos orejas. Roca Rey salió a hombros las dos tardes en las que estaba anunciado; también enfilaron la puerta grande Emilio de Justo, Tomás Rufo y Jesús Enrique Colombo. Una oreja paseó Román ante un toro de Cebada Gago, y Juan de Castilla dejó huella la tarde de los toros de José Escolar. La Casa de Misericordia concedió el premio a la mejor corrida a la ganadería de Fuente Ymbro, y el trofeo Carriquiri al toro más bravo a Campanilla, de Victoriano del Río.
En la Feria de Julio de Valencia, Román indultó un toro de Santiago Domecq.
La gesta del año la protagonizó el diestro Sánchez Vara el 17 de agosto en la plaza navarra de Tafalla al encerrarse en solitario con seis toros de Casta Navarra. No fue un festejo exitoso, pero sí emocionante e intenso por las dificultades manifiestas de los toros y el pundonor del torero.
Fuente Ymbro también triunfó en la Feria de Bilbao, en la que Borja Jiménez cortó tres orejas la tarde de su mano a mano con Daniel Luque.
Fortes, otro olvidado por las empresas, fue el triunfador de la feria de Málaga. Cortó cuatro orejas en un mano a mano con Roca Rey y se erigió en el torero más destacado del ciclo.
– En la feria septembrina de San Miguel de Sevilla, Talavante salió por la Puerta del Príncipe tras una actuación que supo a poco.
– En la Feria de Otoño de Madrid se despidió Enrique Ponce a hombros ‘por la puerta falsa’; Roca Rey fue herido en medio de una trifulca en los tendidos, y Miguel Ángel Perera y Emilio de Justo pudieron lucir más ante una encastada y emocionante corrida de Victorino Martín.
– El 9 de octubre, Ponce dijo adiós a sus paisanos de Valencia en una jornada cariñosa y triunfalista.
– Y la noticia más inesperada del año se produjo en el Festival de Cine de San Sebastián: ‘Tardes de soledad’, del director Albert Serra, con Roca Rey como protagonista, ganó la Concha de Oro, y a más de uno se le abrieron las carnes.
Hasta aquí algunas de las ‘perlas’ positivas de la temporada 2024. No son todas, ciertamente, pero sí las más sobresalientes.
Es verdad que la tauromaquia ha cambiado, pero sigue viva a pesar de tantos avatares como sufre. Y eso es lo más importante. La afición ha sido sustituida por un público generoso, pero que acude a las plazas en mayor o menor medida, y mantiene el espectáculo. De ahí, la esperanza.
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