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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 21 de noviembre de 2023

Indulto: ¿gracia o desgracia? / por Paco Delgado


"..Uno de los principales puntos tratados en el recientemente celebrado Congreso Nacional de Tauromaquia organizado por la UNPTE fue el indulto. El toro, qué duda cabe, es uno de los protagonistas imprescindibles del espectáculo, y de su comportamiento depende buena parte del desenlace del mismo.."

Indulto: ¿gracia o desgracia?

Paco Delgado
Un animal único, que representa una manera de entender la belleza y cuyo destino es la muerte para explicar la vida. Lo que le convierte en un ser único y excepcional. Como excepcional debe ser asimismo la gracia que le conceda vivir tras haber demostrado su bravura.

De manera más prosaica lo entiende también así el vigente Reglamento, que en su artículo 83 deja claro que

“Cuando una res por su trapío y excelente comportamiento en todas las fases de la lidia, sin excepción, sea merecedora del indulto, al objeto de su utilización como semental y de preservar en su máxima pureza la raza y casta de las reses, el Presidente podrá conceder el indulto”

Excepcionalidad, esa es la clave para esta medida. Y así se recoge también en la norma, que en ese mismo artículo refleja que sólo se podrá conceder “En las plazas de toros de primera y segunda categoría”. Abunda, además, en requisitos, como “Que sea solicitado mayoritariamente por el público, que lo solicite expresamente el diestro a quien haya correspondido la res y, por último, que muestre su conformidad el ganadero o mayoral de la ganadería a la que pertenezca”.

Hubo que esperar a 1992 para que Ponce inaugurase la lista de indultos cuando perdonó la vida de “Bienvenido”, si bien antes ya Ortega Cano salió encumbrado cuando logró que se indultase a “Belador” (o “Velador”) en Las Ventas y en Jerez, en su corrida concurso de ganaderías que instaurase Álvaro Domecq, el premio gordo era el indulto del mejor toro de aquel festejo, siendo “Desteñido”, del propio Álvaro Domecq, quien abrió aquel capítulo, aunque no en todas las ediciones de dicha función hubo animal que lo consiguiese.

Vuelve a quedar claro que lo que caracteriza la concesión de ese premio es la excepcionalidad, la singularidad. No se puede hacer extensivo a tanto toro como en la actualidad se hace por que se devalúa así esa disposición, precisamente, extraordinaria.

Claro que con ello se busca el prestigio, la fama y la publicidad de ganadero, torero y hasta la plaza en la que sucede. Pero basta con rascar un poco para entender que en la mayor parte de estas ocasiones no hay base para tan gran y alto honor. Prueba de ello es que hace unos años, en una plaza de tercera, en una feria que se quería potenciar, se acordó entre las partes indultar a uno de los toros lidiados en aquella corrida y así se hizo. El problema vino luego, cuando al finalizar la fiesta y ya con el coso desierto, nadie quiso hacerse cargo de aquel animal, supuestamente magnífico, y mucho menos de los gastos que conllevaba su perdón. Hay que recordar que estos casos, y vuelvo al artículo 83, en su punto 5, “El ganadero deberá reintegrar al empresario en la cantidad o porcentaje por ellos convenido”. ¿Reintegrar? ¿Pagar los costes del viaje de vuelta? ¿Curas, veterinarios, etcétera? No, gracias. 
Y, en la soledad de un corral, tras haber sido engañado, se perpetró la infamia y aquel toro fue muerto de un traicionero puntillazo, como aquellos pobres gladiadores en Roma, a los que prometían la vida si daban muerte a su rival y luego eran vilmente estafados y asesinados a sangre fría y sin posibilidad ya alguna de defensa o lucha.

Es por ello que, en las conclusiones de ese Congreso de la ANTP, se pida que “En cuestiones de indulto se cumplan los reglamentos vigentes. El indulto del toro sólo debe realizarse de forma excepcional cuando se cumplen todas las suertes de la lidia por parte del toro o novillo de forma inequívocamente destacada y brillante” y recuerdan también que “Debido a los avances científicos las medidas de extracción de semen ante y post mortem, permiten reproducción asistida, por lo que no sería estrictamente necesario contemplar el indulto” y eliminar esta posibilidad en corridas de rejones, festivales y novilladas sin picar. Recordemos que para preservar la magia sólo vale lo extraordinario. No hagamos de la gracia desgracia.

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