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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

domingo, 5 de octubre de 2025

Madrid Sin toros bravos, todo queda en nada / por Andrés Amorós

Jarocho, que confirmó este sábado la alternativa, con el segundo toro de su loteEFE

'Vuelve a llenarse la Plaza de Las Ventas. Siguen «acertando» al revés los antitaurinos, citando a Urtasun, cuando dicen que el arte de los toros ya no interesa a la sociedad española…'

Madrid. Sin toros bravos, todo queda en nada

Confirma la alternativa sin opciones Jarocho, en una corrida de gran desastre ganadero

Crónica de Andrés Amorós
ElDebate / 04 oct. 2025
Nuevas noticias confirman que Emilio de Justo tiene dos costillas rotas y otras dos, fisuradas. Eso confirma su mérito. Con una lesión tan dolorosa, salió a torear al sexto toro y realizó la faena que le valió las orejas y la Puerta Grande.

Vuelve a llenarse la Plaza de Las Ventas. Siguen «acertando» al revés los antitaurinos, citando a Urtasun, cuando dicen que el arte de los toros ya no interesa a la sociedad española…

Me gustan los carteles abiertos, pero con cierta medida y sentido. El de esta tarde, no alcanzo a verlo. Los toros de Domingo Hernández, una de las divisas actuales más buscadas por las figuras, que tantas veces han triunfado, dan un resultado muy decepcionante: flojos, mansos, descastados…

Tampoco se emplean a fondo las dos figuras, Talavante y Pablo Aguado. Intenta salvarse con voluntad Jarocho, que confirma la alternativa. Además, los tres diestros matan muy mal, sin entrar de verdad. Los seis silencios pesan como seis losas.

Talavante sigue haciendo «sus cosas», que a algunos les deslumbran, porque no las habían visto. Si el toro no permite hacerlas, suele pasar del tema.

El segundo mansea y flaquea de salida; lo devuelven. No gusta el sustituto, también feble: arrecian las protestas, con el triste clamor, «¡Toros, toros!»: triste porque significa que no los hay; al menos, como aquí se exigen. En los doblones iniciales, el toro protesta y cae. Talavante le quita las moscas y corta. Mata sin confiarse, a la segunda. Se le agradece sólo la brevedad.

Natural de Alejandro Talavante al segundo de la tarde

El cuarto, bien armado, sale enterándose, mansea, pero se duerme un rato en el caballo; en la muleta, sí embiste pero desigual. Talavante le da algunos muletazos, sin estrecharse ni corregirle los defectos. Suenan algunas palmas hasta que el público se impacienta y con razón. Aburrido, el toro se raja a tablas. Mata a la segunda. Mis vecinos de localidad siguen merendando y hablando de sus cosas, del partido de fútbol que verán esta noche…

Dentro de la estética sevillana, Pablo Aguado posee una cualidad innata y muy valiosa: la naturalidad, su gran arma. Le falta mandar más, redondear las faenas y matar mejor.

El tercero mansea de salida pero le deja a Pablo mecer el capote por la derecha sin crearle problemas. El toro sale rebotado del caballo dos veces. Las chicuelinas de Aguado son lo que menos ayuda a fijar al toro, que es lo que necesita. Aunque el toro está muy suelto, Iván García banderillea muy firme, como siempre. Aguado corre la mano con suavidad y buen estilo, sin apreturas, hasta que el toro protesta. También protestan que lo haga al hilo del pitón; por la izquierda, sólo unos pocos naturales, uno a uno y con dudas. Todo ha quedado en algunos bonitos muletazos sueltos. Entra a matar sin entrar de verdad cuatro veces; a la quinta, deja un pinchazo hondo y el toro se echa: ha sonado un aviso y hay algunos pitos, aunque el público madrileño, siempre enamorado de la estética sevillana, ha tratado al diestro con todo cariño.

Pablo Aguado entra a matar a su primer toro. Las Ventas rozó el "No hay billetes"

El personal, aburrido, se divierte cuando ve que, en la tablilla que anuncia al cuarto toro, se han caído dos números y figura que pesa solamente 5 kilos…

El quinto mansea pronto a chiqueros, barbea las tablas, es incierto: Aguado no logra ni un lance lucido. Lo pican poco, cerrándole la salida. Lidia bien Iván García (una de las poquísimas cosas salvables de la nefasta tarde). Aguado se dobla, esboza algún muletazo y se aflige pronto. Lo mismo hace el toro, refugiado en tablas, como si quisiera echarse. Allí mismo mete Pablo la mano con habilidad y se lo quita de delante. Aunque son sólo las 8 de la tarde, bastante público huye…

Tiene atractivos la confirmación de alternativa de Jarocho, de 21 años, en su segunda temporada como matador. Es hijo de torero, ya triunfó en Las Ventas, toreando muy bien al natural. Tiene ganas, facilidad y desparpajo. Y acude a Las Ventas con la ilusión de un joven que intenta abrirse paso en el muy difícil mundo del toreo.

El primero, astifino, abierto de pitones, se cuela en los lances de recibo, hace floja pelea en varas y flaquea. Lidia el padre del joven matador, un veterano banderillero. Brinda al público. El toro no mete mal la cabeza, en los correctos muletazos, pero flaquea, desluciéndolo todo. Lo mantiene en pie con un trasteo suave, a media altura, pero así no cabe el triunfo. Logra algunos pulcros naturales, antes de que el toro se pare: no hay más tela que cortar. Se le ha visto a Jarocho suelto, fácil: no cabía más, salvo matarlo bien y no lo hace: tras dos pinchazos, el toro se echa.

El último, veleto, astifino, también tiene querencia a chiqueros. Jarocho intenta lancear con gusto pero el toro apenas se deja. Le pegan poco en varas pero también flaquea; además, corta, en banderillas. Con la montera puesta, Jarocho intenta meterlo en el engaño. Cuando entra de verdad en su terreno, pasa un momento de apuro. Se ha justificado con su voluntad, más que sus compañeros de terna. Excepto con la espada: vuelve a matar mal. La historia se repite: después de dos pinchazos, el toro se echa.

Jarocho, con su primer toro de este sábado

Es el colofón adecuado a una tarde desastrosa, una de las más insulsas que yo recuerdo (y recuerdo muchas). El desastre ganadero ha sido total. Es indiscutible: sin el toro bravo, todo el arte del toreo se viene abajo.

Lo siento sobre todo por Jarocho: en teoría, era su oportunidad… y se ha quedado en eso, en teoría. También ha de matar mejor. A los otros dos diestros, les importa menos: seguirán toreando igual en todas las Ferias, las de Madrid incluidas. Así está la Fiesta.

El viernes, para cantar a Emilio de Justo y a los toros de Victoriano del Río, citaba yo a don Manuel Machado: «La hermosa fiesta bravía / de terror y de alegría». Este sábado, en cambio, he recordado el desolado endecasílabo de mi amigo Pepe Hierro: «Después de todo, todo ha sido nada…»

Hablaba don Manuel Machado de «este viejo pueblo fiero». Hace años, cuando ese pueblo era fiero, al acabar una corrida como ésta, el ruedo se hubiera llenado de almohadillas. Por lo menos. Ahora, para bien y para mal, ese pueblo se ha suavizado mucho. Sólo así se entiende que aguante a algunos políticos actuales… La Fiesta siempre ha sido un gran termómetro para entender cómo está la sociedad española.

POSTADATA: En la Plaza de Las Ventas he asistido a la presentación del nuevo libro de la querida fotógrafa y escritora Muriel Feiner: De la Gloria hasta Santa María. Conversaciones con Ángel Luis Bienvenida (ed. Temple). Han acompañado a la autora en el acto el editor, Vidal Pérez Herrero; el prologuista e hijo del biografiado, Miguel Mejías Bienvenida, y el autor del epílogo, Juan Lamarca, fundador del Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida. Es un libro ameno, interesante e instructivo.

Tuve la fortuna de ser buen amigo de Ángel Luis. Su nombre lo definía: era un auténtico ángel de bondad, caballerosidad y educación. En ese terreno, no he conocido a ningún taurino que le igualara. Nunca me habló mal de ningún taurino. (La excepción nunca la revelaré). Y encarnaba las mejores virtudes de la dinastía Bienvenida; sobre todo, esa torería, dentro y fuera de las Plazas, única, extraordinaria, que a a todos les infundió su padre, el Papa Negro, y que tanto echamos de menos en el taurinismo actual. Este libro es muy oportuno porque un buen aficionado a los toros no debe olvidar nunca a Ángel Luis y a todos los Bienvenida.
  • FICHA
Madrid. Plaza de las Ventas. Feria de Otoño. Sábado, 4 de octubre de 2025. Lleno: 22.462 espectadores.

Toros de Domingo Hernández, flojos, mansos y muy deslucidos.

TALAVANTE, de lila y oro, en el segundo, pinchazo, estocada defectuosa y dos descabellos (silencio). En el cuarto, pinchazo y estocada (silencio).

PABLO AGUADO, de grosella y oro, en el tercero, cuatro pinchazos y pinchazo hondo (aviso, silencio). En el quinto, espadazo defectuoso (silencio).

JAROCHO (confirmación de alternativa), de rioja y oro. En el primero, dos pinchazos (silencio). En el sexto, dos pinchazos (silencio).

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